Precisiones necesarias (I)

Responder las críticas al proceso político en marcha, solamente señalando que se tiene un “compromiso con el proceso revolucionario venezolano y el comandante Chávez”, es un acto de fe idéntico al de “creo en Dios”.

Esta declaración es una simple opinión sin valor probatorio ninguno, como no sea que se le brinda total apoyo al proceso en marcha.

Acusar a alguien de escuálido o de haber saltado la talanquera, sin esgrimir argumentos convincentes, no prueba nada sobre la posición del acusado.

La industria petrolera no fue nacionalizada por Chávez, como dicen algunos fanáticos, dejándose llevar por su adoración al Presidente, que los impulsa a colocar en manos de Chávez todo lo bueno que se ha hecho en el país.

Hay excelentes realizaciones en estos últimos 10 años, por lo que no hace falta inventar logros para defender el proceso actual.

PDVSA nace en el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez y es producto de las luchas populares, nacionalistas y revolucionarias, del pueblo venezolano desde hace muchísimo tiempo.

La oligarquía a enfrentar por el gobierno es la financiera y no la existente en la época de Zamora. A la actual no se la ha tocado.

Lo que se ha hecho con la faja del Orinoco no es el mejor ejemplo para defender la acción del gobierno en el campo petrolero, pues está siendo administrada inconstitucionalmente con el apoyo de la oposición.

Es falso que la cuarta república haya despojado a los obreros de todos sus beneficios. Hubo sí, un cambio del régimen de prestaciones sociales, el cual no ha sido corregido por el gobierno actual en sus más de 10 años de vida.

Este gobierno ha mejorado considerablemente el salario mínimo y el de los pensionados y jubilados, quienes tenían una situación miserable en el pasado.

En los aspectos de libertad y democracia sindical, la política del gobierno con la clase obrera, clase dominante en el socialismo, ha sido fatal, por ese empeño del gobierno de querer controlarlo todo. Se ha auspiciado el paralelismo sindical y se presiona en forma inmoral a los trabajadores.

Son las grandes empresas asociadas al capital monopólico internacional las que deben ser estatizadas, entre ellas la banca y las aseguradoras, no las pequeñas y medianas que prestan sus servicios a PDVSA y a la CVG.

Hay coincidencias tácitas entre gobierno y oposición, por lo cual el país queda desprotegido ante la polarización entre ambos sectores y la ausencia de una fuerza intermedia, que enfrente las claudicaciones del gobierno.

Decir la verdad no tiene nada de contrarrevolucionario.


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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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