Realidades a simple vista

Pareciera un esfuerzo carente de todo propósito y de toda racionalidad continuar denunciando el triste y desvergonzado papel que hace tiempo desarrollan los grandes medios de comunicación, sobre todo ahora cuando los hechos noticiosos, sin previa necesidad que estos grandes medios lo reseñen, se los puede encontrar en el comentario de cualquier humilde ciudadano que con un café lo comparte en una esquina.

A pesar de que algunos medios suelen con desafiante hipocrecia publicitar sus espacios noticiosos y de opinión con la incuestioble afirmación que solo estando bien informados se puede obtener más fácilmente el poder, la batalla por la credibilidad se ha hecho cada vez más rigurosa y fácil para cualquiera corroborar. El avasallante y decidido aporte de la prensa alternativa es un fenómeno que ha permitido controlar y derrumbar la manipulación y cerco mediático impuesta por estos grandes colosos de la comunicación.

Hasta no hace mucho solo estos grandes medios eran los que manipulando la realidad subjetiva del ciudadano eran capaces de generar condiciones objetivas para cambios políticos, sociales, económicos, etc. De no haber sido por el Internet y la revolución comunicacional existente en nuestros días Obama no habría pasado de ser un simple y raro Senador de color en los Estados Unidos.

Por ejemplo un “Periódico” como el Heraldo que se precia de ser el más importante de Honduras, en cuyo país no por casualidad y mucho menos por este impreso, se conoció que recientemente había ocurrido un golpe militar, inclusive aceptado a regañadientes por los mismos Estados Unidos (principal productor de “gorilas” en el mundo) y que tiene desplegado expresamente a cuatro Presidentes latinoaméricanos en el Salvador, aguardando que el Presidente Constitucional derrocado retome el gobierno, y que en los dos últimos días se hayan realizado dos manifestaciones multitudinarias en respaldo a Zelaya; y este “Periódico” no haya hecho mención de estos eventos en “primera plana”, debería por lo menos azuzar la curiocidad de sus lectores.

Realmente aparatoso se ha tornado en los últimos tiempos ocultar o engañar como en el pasado. Lo que en un momento les pudo significar la estocada final para completar su bien buscada dominación, hoy nos resulta la primera línea de defensa y nuestra primera línea de ataque. La revolución de las comunicaciones (así como la del fuego y la del vapor), sobre todo el internet, permitirá cambios significativos y determinantes en nuestra realidad histórica y política. El monopolio del mundo dejará de ser exclusividad de los poderosos y de los que pueden manejar con efectividad sus tentáculos a través del planeta. En tiempo real se puede conocer hoy no solo lo que está ocurriendo en cualquier distante y remoto lugar, sino que incluso es posible conocer, en igual cantidad de tiempo, lo que innumerables de personas, estando o no en el lugar de los hechos, opinan o comentan sobre ello.

Pero a pesar de la evidente facilidad de hoy en día encontrar veraz y oportunamente información, la “digestión” de las mentiras continua siendo asombrosa. Sobre todo en aquellos países de cierta solvencia financiera, en los que un supuesto confort mantiene prácticamente a fuerza de clicles su racionalidad. Una población que permanece aturdida y cedada, incapaz de percatarse de una realidad que les es tan diaria como también le suelen ser los argumentos de casi la mayoría de sus películas favoritas. En esas que los poderosos aliados con políticos y medios de comunicación, por su avaricia desmedida, están a punto de condenar a buena parte del planeta y con el planeta, en aras de alcanzar un jugoso contrato.

A pesar de todo este tétrico panorama, día a día son más los que comienzan a cuestionar que el globo terráqueo se solo el producto de un Dios que come chicle.

Waldomunizaga@hotmail.com


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Waldo Munizaga


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