Y si no, renuncien al falso sacerdocio

Cardenal Urosa véase en este espejo

La cúpula eclesiástica no aprende de sus errores y sigue empeñada en echarle vaina al proceso revolucionario. Sí, es condenable que estos apóstatas vestidos de sotana y crucifijo y capelo rojo, y en flagrante violación de los preceptos cristianos que los acredita como tal, en vez de practicarlos con humildad, devoción y tolerancia, hacen todo lo contrario del buen proceder y del sensato y recto comportamiento. Ladinamente se alían o conspiran –a su conveniencia— contra las instituciones políticas de turno, y con cínico yerro defienden a traidores, pederastas, violadores y criminales de cuello blanco.

Así lo han hecho desde tiempos inmemoriales y lo seguirán haciendo, porque ellos cual rémoras de la oscuridad seguirán siendo la negación de la verdad, del amor, la equidad, la tolerancia y de la humildad. Muy lejos por cierto del ejemplarizante legado de Amor y rectitud que nos dejó el maestro Jesús.

Sin mencionar nombre alguno, veremos cuáles son los signos de un falso sacerdote (falso profeta) y dejaremos que el lector determine a quien le calzan las descripciones:

· Los que predican pero no practican.

· Quienes predican división y odio

· Los que incitan o predican violencia, en oposición a la No-violencia.

· Quienes prediquen intolerancia en lugar de tolerancia por otras sendas religiosas diferentes, se estará condenando a sí mismo.

· Quienes dicen “mi camino y ningún otro”, se condenan como falsos con sus propias palabras.

· Los que confunden a los hombres con ceremonias ridículas y necias supersticiones, son falsos, puesto que abusan de sus temores y les dan una falsa seguridad de salvación con la mera realización del acto religioso.

· Los que pronuncian mentiras en vez de verdad.

· Los que predican odio en vez de amor.

· Los que promueven la división entre la gente en vez de la unidad.

· Los que se dejan llevar por sus egos en vez de la humildad.

· Los que son acumuladores de riqueza en vez de ser distribuidores de ellas.

· Los que apoyan directa o indirectamente a gobernantes dictadores, regentes satánicos, malvados o brutales.

· Los que complican en vez de simplificar a Dios.

· Los que recurren al temor a Dios en vez del amor a Dios, para controlar y confundir a las personas.

· Quienes como dijera Jesús “Se aferran a la letra de la Ley y violan su sentido“

· Los que señalan las diferencias más que las similitudes entre nosotros.

· Los que dejan de servir a todos por igual o de darle a los necesitados.

· Los que siembran las semillas de odio y de violencia, de división y de desarmonía.

Señores obispos, hay solamente una ley eterna: “el odio nunca destruye al odio, sólo el Amor puede hacerlo”. Y si ustedes como guías espirituales que son, sino no son capaces de predicar y practicar, la tolerancia, la bondad la compasión o el Amor al prójimo, mejor ahorquen los hábitos y renuncien de una vez por todas a los falsos ropajes purpurados y al falso rol que desempeñan desde el cinismo, la hipocresía, la mentira, el odio y el falso sacerdocio.

Es bueno resaltar que no todos los sacerdotes y líderes religiosos sean malos, o que sea un error ir a una iglesia, un templo, una mezquita o una sinagoga, o que todas las ceremonias carezcan de valor. En absoluto. Por consiguiente, aquellos que traigan paz y unidad al mundo sembrando las semillas del amor y la compasión, de la paciencia y la tolerancia, y que practican lo que predican, ayudando a todos los que lo necesiten sin consideración de raza, credo, color, sexo, nacionalidad, etc., ellos son bendecidos y son verdaderos profetas (sacerdotes).

Dejen de seguir viviendo y disfrutando, como parásitos, de los dineros del estado y de las contribuciones de los fieles. Salgan del nicho de la burocrática comodidad y disfrute de vehículos y lujosos aposentos; dejen la citadina vida porque no les calza con lo que predican y vayan a las barriadas como lo hace el presidente Chávez; mézclense y sientan el olor a pueblo y necesidades de los desposeídos y olvidados. ¡Basta ya de tanta soberbia, egoísmo, codicia, cinismo, hipocresía, divisionismo, intolerancia y falsa atestación!

joseagapo@cantv.net


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José Agapito Ramírez


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