¿Es verdad que San Martín pensaba igual que Bolívar? (I)

Es oportuno mostrar los lados del pensamiento martinico y el bolivariano, en ellos encontramos dos actitudes mentales totalmente antagónicas. Como toda individualidad grande y fuerte San Martín lucha en contra de su tiempo, en su tiempo, participando de él pero no queriéndolo modificar, de ahí que nada resulta más dramático que un espíritu como este que, en su lucha por la libertad y la justicia, se presto a engrandecer el monarquismo peruano argentino. Este libertador entendido como tal, yo lo describo como el “imperfecto jamás realizado” y mucho menos acercado al pensamiento de Bolívar, puesto que él siempre apostó a su causa y ella rechazaba íntegramente, ontológicamente, la presencia de la libertad, la justicia y la igualdad para su pueblo.

La historia nos muestra que cuando aparecieron en la vida política argentina las llamadas “terribles montoneras” (verdaderos movimientos revolucionarios), y que durante años habrían de mantener a la defensiva a los centros urbanos, cuales eran sus intenciones. Carlos Ibarguren, resalta la impresión que le causaron estos movimientos al famoso naturalista inglés Charles Darwin, quien dijo: “La visión que tengo al contemplar estas “montoneras” es salvaje; soldados negros y mestizos de siniestra catadura, envueltos en ponchos rojos, iban y venían; pelotones de indios, hombres y mujeres, pasaban cabalgando semidesnudos o agrupados bebían sangre fresca de las reses recién carneadas, entre suciedad y cuajarones…Las montoneras eran una bárbara caterva de milicias irregulares, compuestas de gauchos y de indios, que seguían fanáticos a sus caudillos, empujados por un odio tan delirante al gobierno de la capital (Buenos Aires) y sus ejércitos regulares que, dice el general Paz, sofocó hasta el noble entusiasmo de la independencia: nadie se acordaba de los ejércitos españoles que amagaban por diferentes puntos, y es seguro que les hubiera visto penetrar en nuestro territorio sin que se hubieran reconciliado los ánimos”.

Pero lo que si es cierto que de todos esos factores de lucha, se origina la forma política que ellos adaptarían para imponer el predominio de sus aspiraciones fundamentales. El patriciado burgués de Buenos Aires, compactado por la comunidad de intereses, presentaba un frente unido y sus hombres destacados como lideres abogaban por las ideas autoritarias, capaces de impedir a las masas populares toda intervención en la constitución del Estado. La dirección política de la misma clase tenía su mejor instrumento en las organizaciones secretas, como era la Logia de Lautaro, órgano de lucha política transplantado de Europa al llamado Nuevo Mundo. Es así, que nada puede sorprendernos y de ahí que encontremos desde Rivadavia hasta San Martín, en su correspondencia, en sus conversaciones, en sus acciones, cumplir insistentemente las órdenes de los llamados “hermanos”.

Esta Logia cumplía una función muy importante: establecer un puente entre las aspiraciones de las clases dominantes americanas y la diplomacia de las grandes potencias europeas.

Encontramos un escrito de Mitre donde deja la siguiente constancia histórica: “El doctor Valentín Gómez enviado argentino a París, ha entrado en negociaciones con el gobierno Francés para la coronación de un príncipe de la casa de Borbón- el duque de Luca- como soberano del Río de la Plata.

Francia se comprometía, por su parte, al manejo directo y darle otro destino a la expedición española que tenía como meta irse contra las Provincias Unidas y asegurar la aquiescencia de Portugal y la evacuación portuguesa de la Banda Oriental, mediante el casamiento del futuro rey con una princesa brasileña.

Vemos como el Congreso entonces, pasando por alto la constitución republicana jurada poco antes, sin hacer el menor esfuerzo por consultar a la opinión, sancionó este acuerdo en sesión secreta. Es el 12 de noviembre cuando autoriza a Gómez para que firme el tratado. De esta manera la expedición española se dispondría a operar contra México, Venezuela o la Nueva Granada, y aún para reforzar al gobierno del Perú, este acto constituía una enorme traición al programa revolucionario y una deserción a la Causa de América emprendida por el Libertador Simón Bolívar.

Únicamente las rivalidades de las casas reinantes europeas y la tremenda intervención de las masas populares argentinas, frustraron entonces la solución monárquica a los dirigentes de Buenos Aires a enfrentarse a las provincias que proclamaban su independencia de la capital porteña. La primera etapa de este drama se desató en la Banda Oriental, donde surgió el gran caudillo del Sur, Artigas, y donde el mas grande de los generales monarquistas de Buenos Aires, Belgrano, fracasó en su empeño de someter a las “montoneras” a la autoridad centralista de la ciudad del Plata.

De ese pacto observamos como la clase privilegiada argentina quiso hacer un sistema definitivo y un pensamiento único, pero mas adelante vamos a ver también como se sentenciaron y el papel definitivo de San Martín como libertador.

…. (Continuará)

vrodriguez297@hotmail.com


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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