¡Viva la Resistencia Indígena! ¡Viva nuestros ancestros!

"Con Guaicaipuro, Paramaconi -los desnudos y heroicos Caracas-, hemos de estar, y no con las llamas que los quemaron, ni con las cuerdas que los ataron, ni con los aceros que los degollaron, ni con los perros que los mordieron" (Exaltación de José Martí al guapotori Guaicaipuro)

Tal día como hoy 10 de octubre del año 2002 (Años 192° de la Independencia y 143° de la Federación), el revolucionario presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, firmó en Caracas en la sede del Ejecutivo Nacional el decreto 2028 que derogaba la celebración del 12 de octubre como “Día de la Raza”, y en su defecto promulgó que ese día se conmemorara como el “Día de la Resistencia Indígena”.

El establecimiento de estas disposiciones en Venezuela es un ejercicio de soberanía como Estado independiente, y por ello es atacada por las empresas trasnacionales que privilegian la obtención de sus ganancias a la conservación de la vida. La Venezuela bolivariana junto a los pueblos indígenas, los afrodescendientes y las masas populares, se resiste hoy a la hegemonía imperialista luchando por la supervivencia del planeta, luchando por la vida de las generaciones futuras.

Este celebérrimo decreto, promulgado en justicia, entre otras cosas declaraba que se reconociera nuestra autoafirmación americanista por la unidad y diversidad cultural y humana, reivindicando tanto a los pueblos indígenas de América como los aportes de los pueblos y las culturas africanas, asiáticas y europeas en la conformación de nuestra nacionalidad, en el espíritu del diálogo de civilizaciones, la paz y la justicia.


En publicaciones recientes se dice que antes de que Cristóbal Colón llegara a América, Zheng He conocido como "El almirante chino", en pleno siglo 14 lideró siete expediciones durante 28 años, y durante uno de sus viajes descubrió el continente americano 72 años antes que llegara Cristóbal Colón.

La conmemoración del arribo de Cristóbal Colón a las costas del continente americano en 1492 sigue siendo motivo de interpretaciones y polémicas, porque para los pueblos indios fue el comienzo de una guerra de exterminio que impuso un régimen colonial, al que se opusieron los indígenas de manera directa o soterrada. Más de 500 años después, muchos pueblos originarios preservaron su identidad comunitaria, vigorizada por constantes rebeliones y la resistencia cultural.

Así como Cristóbal Colón nunca se enteró que llegó a un nuevo continente, las elites globalizadas ignoran que sus sociedades han cambiado para siempre y que la demanda de los pueblos indios en favor de su inclusión en el presente y futuro de sus naciones, es también hoy bandera de todos los excluidos del mundo.

Hace tiempo el parlamento del pueblo Aymara declaró el 12 de octubre como "día de la desgracia" al recordar los "cinco siglos de vivir en la incertidumbre, infortunio y sojuzgamiento de nuestras libertades fundamentales.

A sangre y fuego se inició el periodo de la conquista, con violencia, cometiendo un atroz genocidio. Desconociendo todo lo existente impusieron sus ideas, su modo de vida, un sistema político, económico, social, ideológico y cultural, lo controlaron todo a través de su superioridad militar.

Los invasores españoles (mas no como “descubridores, como se le ha etiquetado durante siglos) en nombre de la supremacía occidental y cristiana, por la fuerza les arrebataron a los pueblos indígenas sus tierras, su cultura y su religión, justificando sus acciones con la matriz ideológica de la dominación occidental: "La negación del derecho del colonizado comienza por la afirmación del derecho del colonizador; lo es de un derecho colectivo por un derecho individual."

Los intentos de someterlos a la esclavitud fracasaron, los indígenas se resistieron de diversas formas, la mayoría de los que sobrevivieron al genocidio se retiraron, en el caso de Venezuela, al sur del Orinoco, Apure, Amazonas y noreste del Zulia. La dificultad de conseguir mano de obra da origen a una monstruosidad: la migración forzada de habitantes del continente africano. Se calcula que en dos siglos alrededor de cien millones de personas fueron desarraigadas para ser convertidas en esclavos, de los cuales entre un tercio o la mitad perecieron en el trayecto.

Nuestra raíz indígena está presente en la Constitución de la República Bolivariana, en el que se invoca "el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes" para refundar la República. Esa valoración lleva al actual gobierno a declarar el “Día de la Resistencia Indígena” a través del Decreto 2028, cuyo último considerando anota: "Que los pueblos Indígenas del mundo y particularmente los de América, han dado y seguirán dando sus aportes irremplazables en la configuración de una rica sociodiversidad, y que deben ser reconocidos plenamente como patrimonio de la humanidad para restablecer un nuevo equilibrio del universo como lo soñó el Libertador Simón Bolívar en su lucha independentista."


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José Agapito Ramírez


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