Sesión de mi batallón el sábado 4 de agosto

Cada Asamblea del PSUV: un ejercicio de Nueva Sociedad

Ahora no se si Tomás tenía muletas o
es un cuerpo de alas estimulándonos a soñar.

 

Desde el sábado 21 de julio, pasando por el sábado siguiente (28 del mismo mes), el desorden y la desinformación fueron la pauta en la instalación de las asambleas del PSUV, parecía que una voluntad con cara de derecha, voluntad de derecha y conciencia de derecha dentro del mismo proceso bolivariano apostaba a la desilusión, desánimo y quiebre de un esfuerzo dirigido a colocar en manos de las bases la construcción de un instrumento para profundizar la revolución. También hicieron su parte los prejuicios y la precaución ante lo novedoso de construir desde abajo un PARTIDO SOCIALISTA, con la participación de todos: Es la impronta de la utopía tocando insistentemente a nuestra puerta.

Bueno ese sábado 4 de agosto, como a la una de la tarde la Flaca (la mujer que tiene más de veinte años soportándome) y yo nos fuimos a la reunión del PSUV. Cuando estábamos a la altura de la Av. Andrés Bello, en dirección al centro de estudio Faustino Sarmiento, sede de nuestro batallón, un hombre y dos muletas, se movilizaban con pasión, en una precipitada bajada, como si Jesucristo o el propio Che Guevara lo esperaran. Entonces le dije a la Compañera: "veo a ese ser y me imagino que así de seguro andan aquellos que salen victoriosos luego del férreo afán del capitalismo por destruir lo mejor de la especie humana. Mira Flaca, en el desplazarse de ese sujeto hay mucha hidalguía y perseverancia". Entonces continuamos la caminadera hacia la reunión de nuestro batallón y ¡SORPRESA! "El hombre antes mencionado estaba en la puerta del centro de estudio que es sede de mi batallón".

Debo decir que a la entrada algunos vehículos entorpecían el paso de cualquier persona y más de alguien con muletas, bueno, el amigo de este relato pasó como un Ronaldiho en una jugada estelar después; unas escaleras pretendieron interrumpir su marcha y alguien tenía que auxiliar, no pudiendo ser yo debido a mi particular estado de salud, invitamos a dos jóvenes a que lo ayudaran a bajar la escalera y entonces miré o soñé una inmensa mirada de dignidad, de compromiso, de trascendencia en este Tomás (así se llama o lo llaman). Este Tomás de sesenta o más años que debido a mi imaginación es un muchacho realengo y libre sorprendiendo a las vecinas conservadoras del barrio; es el alumno vengador del cual la maestra se cuida porque en cualquier momento le puede hacer caer sus dogmas. Ese día descubrí cuántas canteras están anónimamente construyendo vida nueva en esta Venezuela de esperanza y combates. Entonces me dedique a observar atentamente a quienes hacen parte de mi batallón; arco iris de conductas y aportes presentes en el sencillo desenvolvimiento del debate en el Ciclo Básico Faustino Sarmiento, a cuadra y media de la avenida Andrés Bello, cerca de la Hermandad Gallega, bajando por la bomba, a la derecha: Allí, donde bajo la tenacidad y armonía de la discusión construimos un pequeño pedazo del socialismo que idealizamos. Fue un baño de frescura esa tarde, tal vez porque la lluvia no cesaba así como la semblanza de Tomás mientras mis compañeras y compañeros del batallón tomaban la palabra y presentaban sus contribuciones y puntos de vista.

Seamos realistas, reinventemos la realidad, aprovechemos la ocasión que nos presenta cada asamblea del PSUV para retratar a esos seres maravillosos que son parte significativa en la construcción de una Venezuela de Esperanza y Socialista. Marchemos junto con los que están en el PSUV haciendo la experiencia; con los que se encuentran fuera por libre decisión; con quienes tienen cargos de responsabilidad en las Comisiones Presidenciales, en fin con todos aquellos en disposición de dar su aporte por este proceso. Construyamos una gran red de defensa y profundización de la Revolución Socialista y Bolivariana por ahora desde las reuniones del PSUV, mañana los hechos y nuestra inventiva señalarán nuevos senderos y trincheras de acción.

Ya muchos Tomás, desde una disposición tan inmensamente verde como nuestra Amazonía están abriendo trochas de decoro para todos; sembrando ganas de pensar y hacer revolucionariamente. Es más, ahora no recuerdo si nuestro Tomás tenía alas o muletas, lo recuerdo si como la mayoría en esa asamblea, intentando dar lo poco o mucho que se puede llevar en nuestros particulares morrales de vida y dignidad.

Por último, pensando en el ejemplo de Tomás se me ocurre que sería muy bueno que cada quien envíe a este medio –Aporrea- las anécdotas o notas que considere más interesantes ocurridas en esta experiencia de construcción del PSUV, que sigamos haciendo críticas, pero que a su vez quede un registro de los hechos más trascendentes ocurridos, pues estas asambleas son los rieles por donde habrá de pasar este proceso, por disposición del pueblo venezolano,  estimulando al resto de la poblada Nuestro-americana, atreviéndonos a despertar a nuestros libertadores para hacer realidad sus respectivos sueños hoy.

P.D. Ahora imagino a todo el colectivo de un batallón visitando a la compatriota que por problemas de salud no pudo asistir a su asamblea; mientras desde otro batallón se canta feliz cumpleaños. Noticias llegan de miembros de una asamblea en el campo, que decidió irse a limpiar la parcelita del viejo Jacinto y de otra asamblea en Caracas que le arregló un muro a la casa de María, mientras terminaban el debate. En fin, visualizó ahora que la construcción del Partido Socialista Unido de Venezuela para nada esta reñido con la cotidianidad y la trascendencia socialista, todo lo contrario, tiene que ser un instrumento que se alimente de la tristeza y de las satisfacciones de nuestro pueblo; de sus necesidades y sus sueños mayores; de su conciencia, cantos y alegrías.


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Luis Villafaña


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