Juego mortal el capitalismo, donde solo los imperialistas reciben cartas

El capitalismo ha sido el sistema económico predominante en el mundo en los últimos 200 años y a lo largo de la historia ha generado tanto admiración como crítica, no solo por sus beneficiados sino también por sus enemigo, tal como Marx y Engels señalan en el Manifiesto Comunista,".. La burguesía ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario." Hay que recordar que ellos consideraban al capitalismo como una etapa histórico y que algún día pasará.

Sin embargo cada vez es más evidente que el capitalismo es más un "juego mortal" tanto para sus participantes individuales como para la sociedad que una opción de desarrollo para los países. Por lo que también llegara el momento en que sus daños serán mayores que los beneficios.

Hablando abruptamente eso ya se ve en Gaza y los que hoy no apoyan a Palestina lo vivirán cruelmente, porque la historia no perdona la silenciosa complicidad. Por todo eso es que al capitalismo hay que considerarlo un "juego mortal" para sus participantes, inclusive para los empresariales porque fomenta una competencia constante y despiadada en la que solo algunos logran sobrevivir y prosperar, mientras que otros fracasan y desaparecen.

Esto refiere a las consecuencias extremas que este sistema puede tener para los personas, las sociedades así como para el planeta en su conjunto. La búsqueda incesante de ganancias y crecimiento siempre lleva a una serie de efectos perjudiciales que amenazan la supervivencia de las comunidades, la biodiversidad e inclusive la buena vida de muchos grupos clase media.

Es que el capitalismo se basa en la competencia y el deseo de acumulación de riqueza, teniendo como soporte comercial la rentabilidad y la eficiencia, lo que lleva a sus participantes individuales empresariales alienados a estos principios, a enfrentamientos continuos sin pausa ni reglas, tampoco hay árbitros pues los tribunales que pudiera pensarse que tendrían ese papel más bien ayudan a tasajear una empresa por la otra.

Y a los países también les pasa lo mismo como es el Caso de la CITGO venezolana, o también el pisado y humillado por tribunales de EEUU, gobierno argentino, cuando a una empresa que invirtió 16 millones de dólares, los tribunales de EEUU le entregaron la empresa petrolera argentina que solo en activos tiene 16.000.000.000 de $.

En el contexto de este juego mortífero los individuos están constantemente impulsados a maximizar sus beneficios, debido a la intensa competitividad y a las dinámicas de riesgo inherentes que promueve la competencia, lo que implica sacrificios significativos en otros aspectos de la vida, como el bienestar personal, la salud mental y las relaciones interpersonales. La búsqueda incesante de éxito y riqueza puede llevar a la explotación de recursos y personas, creando un entorno donde la moralidad se ve comprometida en favor de la ganancia.

Por ello planteo que el capitalismo, en su esencia, debe considerarse un "juego mortal" para sus participantes empresariales, ya que implica un entorno altamente competitivo donde la supervivencia y el éxito están en constante pugna donde las empresas y los empresarios enfrentan una lucha constante por recursos, mercado y liderazgo, por su existencia organizacional, lo que genera una presión intensa que siempre lleva a decisiones arriesgadas o éticamente cuestionables.

La competencia feroz fomenta una mentalidad de "sobrevivir o desaparecer", donde solo las empresas más adaptadas o agresivas permanecen, lo cual es aceptado académicamente y presentado en los textos no como una tragedia sino como un logro empresarial. Además, la incertidumbre inherente al mercado puede hacer que los empresarios se sientan atrapados en ese ciclo de riesgo constante, donde un error puede significar la ruina personal o empresarial.

La lógica del beneficio inmediato también puede impulsar decisiones que sacrifican la sostenibilidad a largo plazo, poniendo en peligro no solo a las empresas, sino también a las comunidades y ecosistemas afectados y como vimos en los casos de Venezuela y Argentina también a países debilitados por los políticos de derecha. En este contexto, el capitalismo se asemeja a un "juego " porque cada participante arriesga mucho, y los fallos pueden tener consecuencias devastadoras, para empresas como para la economía en su conjunto. La búsqueda de poder, riqueza y dominancia puede llevar a una carrera sin fin que, en última instancia, deja a muchos en la cuerda floja, enfrentando decisiones que podrían significar su destrucción.

El ganador de hoy, esa empresa o empresario que logra dominar el mercado, puede convertirse rápidamente en perdedor mañana, debido a cambios económicos, avances tecnológicos o crisis financieras que lo dejan obsoleto o en la quiebra. Así un Rockefeller es un nadie hoy comparado con un Altman el gurú de la inteligencia artificial o un Elon Musk. Además, la competencia feroz genera una carrera sin fin por innovar y reducir costos, lo que lleva a las prácticas laborales precarias o a la explotación.

En definitiva, el capitalismo favorece a quienes logran adaptarse y vencer en un entorno cambiante, pero también puede arrastrar a sus participantes a la ruina, haciendo que el éxito sea efímero y la derrota inevitable para muchos.

El sistema capitalista es mortal para todos, empresarios, consumidores, estado y población, por lo que lentamente se ira pidiendo un nuevo sistema social más adecuado a las necesidades de la gente, porque en este juego con la muerte, donde a los trabajadores, profesionales, docentes, sindicalistas, amas de casa y otros grupos sociales masivos no se le reparten cartas, la única salida es cambiar las reglas por la igualdad y la riqueza para todos. Y esas nuevas reglas se llaman el socialismo.



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Oscar Rodríguez E


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