El impulso al mercado interno como camino de Desarrollo nacional

Las economías que han seguido el patrón de desarrollo económico basado en la exportación han cosechado una gran cantidad de males consecuencia del monopolio económico imperialista y los intentos de superarlos lo que han producido es acentuar el daño hecho. El primer elemento perjudicial del modelo exportador es que de los componentes de capital y tecnología necesarios para su explotación no tenemos ninguno por lo que quedamos completamente a merced, dependientes y a la voluntad de los países desarrollados imperialistas, que son los que disponen de cada uno de esos componentes.

Ante esta situación todos los grupos sociales, clases sociales, organizaciones, partidos, tendencias, etc. que luchan contra la explotación y por la creación social de formas de producción que liberen al trabajador y a los países se encuentran en una situación de extrema debilidad y vulnerabilidad después de las derrotas históricas sufridas ante las fuerzas del capital. Se hace necesario pensar las estrategias de desarrollo factible, viable, fácil de entender por la población, que beneficien directamente a las clases trabajadoras y que tengan posibilidades reales de insertarse en su dirección.

Los pilares del argumento construido se basan en la Estrategia de dejar de depender únicamente del ciclo de exportación petróleo y activar el ciclo del Mercado Interno.

Este cambio de orientación requiere una transformación profunda en nuestras prioridades económicas y sociales, orientada a potenciar la producción y el consumo internos. Para ello, es fundamental implementar políticas públicas que incentiven la producción nacional, protejan a los productores locales y fomenten el desarrollo de cadenas productivas que generen empleo digno y sostenible. Asimismo, es necesario promover la industrialización de sectores estratégicos, diversificando la matriz productiva y reduciendo la vulnerabilidad ante shocks externos.

Además, resulta imprescindible promover una política de distribución del ingreso que reduzca las desigualdades sociales y garantice el acceso de todos los sectores a bienes y servicios básicos. La inversión en infraestructura social, educativa y sanitaria, junto con programas de protección social, contribuirá a ampliar el mercado interno y a consolidar un modelo de desarrollo que sea inclusivo y sustentable.

Destaca la participación activa de las comunidades y organizaciones sociales en la planificación y ejecución de estas políticas es esencial para asegurar que los beneficios lleguen a las mayorías y que el proceso de cambio sea realmente democrático y emancipador. Solo mediante una estrategia integral centrada en el impulso del mercado interno podremos avanzar hacia un desarrollo nacional soberano, equitativo y sustentable.

 

El modelo actual, basado en la exportación de materias primas, ha fracasado rotundamente en generar estabilidad política y bienestar dejando a las economías más expuestas permanentemente expuesta a shocks externos, como precios globales, sanciones y aranceles, lo que impide la planificación a largo plazo. La contracción del salario real y el bajo poder adquisitivo han paralizado el ciclo económico interno, rompiendo el ciclo que se basa en la circulación de la riqueza. Además, aunque el capital existe, no circula ni llega a la base productiva, como comercios y agricultores, generando así una economía dual y desigual.

 

No debemos confiarnos en los programas de asistencia, por muy buenas intenciones y bien elaborados que estén, ya que no pueden generar una dinámica automática que los perpetúe y potencie con el tiempo. Es necesario definir un plan como una inyección estratégica de capital directa al consumo.

Esto activará el impacto, dado que el bajo ingreso garantiza una alta Propensión a que cada bolívar se gasta y recircula, garantizando así un retorno de la inversión en el PIB local.

Por último, al impulsar el mercado interno el incremento sostenido en la demanda de bienes "normales" obligará a los productores y comerciantes locales a invertir y contratar, creando nuevos activos de mercado y empleo, lo que resolverá el problema de la oferta desde la demanda y disminuyendo la necesidad de importar aunque el gobierno debe estar vigilante porque el comercio cae con mucha facilidad en la tentación importadora.



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Oscar Rodríguez E


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