De la confrontación cognitiva a la confrontación real. Entre la mentira simbólica y la Realpolitik

La reciente vuelta a la circulación de un video del exmandatario estadounidense Donald Trump, ha hecho sonar las alarmas y ha reavivado la discusión sobre la naturaleza del choque entre Estados Unidos y Venezuela. Las observaciones de Trump, realizadas en abril de 2020, donde advertía que podría haber derribos de aviones venezolanos que amenazaran a las fuerzas navales estadounidenses, son interpretadas por muchos como un indicio de una estrategia más elaborada: la lucha cognitiva.

En la grabación, que ha resurgido en plataformas sociales y medios de comunicación, Trump se refiere al envío militar en el Caribe y Venezuela. Con un tono de advertencia, le comunica a un general: "Si lo repiten, usted tiene la libertad de actuar como considere necesario". Luego, subraya: "Si hacen algo peligroso, los derribamos". Estas afirmaciones, aunque no implican un ataque inmediato, sí exponen una táctica de intimidación y un aumento de tensiones que, en el contexto de la guerra cognitiva, intenta alterar el equilibrio mental del oponente.
A diferencia de las guerras tradicionales, la guerra cognitiva no busca desmantelar infraestructuras o eliminar ejércitos, sino minar la habilidad de una nación para reflexionar, decidir y actuar independientemente. Su escenario de combate se encuentra en la psique humana. A través de la desinformación, la propaganda y la manipulación psicológica, se intenta instigar miedo, desconfianza y confusión entre la población y sus líderes, fracturando el tejido social y la moral.

Las declaraciones de Trump se alinean con esta táctica. Al advertir públicamente sobre un posible ataque aéreo, no solo se dirigía a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), sino que también causaba incertidumbre y miedo en el pueblo venezolano. La difusión de este tipo de declaraciones, amplificadas por redes sociales y ciertos medios de comunicación, contribuye a crear un clima de hostilidad y amenazas permanentes.

El uso de "falsos positivos" y la construcción de una narrativa de agresión son tácticas comunes en la guerra cognitiva. El video de Trump, aunque auténtico en su contenido, podría verse como parte de esta narrativa. Las declaraciones provenientes de la Casa Blanca sobre el narcotráfico y la seguridad en el Caribe sirvieron de base para un despliegue militar que, a su vez, estableció el contexto para la amenaza. Surge la pregunta: ¿cuántas "provocaciones" fabricadas o exageradas son necesarias para fundamentar un "ataque real" con el objetivo final de controlar los abundantes recursos de Venezuela?

La preocupación no radica solo en una agresión física, sino en la fatiga psicológica de la población. El continúo enfrentamiento a amenazas, la inestabilidad política y las sanciones económicas convergen para crear un estado de "agotamiento psicológico" que, según expertos, debilita la capacidad de la gente para pensar y resistir.

¿Qué papel desempeñan los actores internacionales? Frente a esta situación, surgen interrogantes fundamentales: ¿Qué acciones tomarán Rusia, China e Irán, aliados de Venezuela, si la agresión aumenta? ¿Actuarán organismos bilaterales latinoamericanos como CELAC o Unasur para mediar o defender la soberanía de un miembro? Y la ONU, ¿Permanecerá como espectador o intervendrá para frenar la violación de los derechos internacionales de navegación marítima y aérea que estas amenazas suponen?

Para el pueblo venezolano, la situación presenta un gran desafío. La guerra cognitiva, al tratarse de un conflicto invisible, exige una respuesta distinta. No se trata únicamente de prepararse para un ataque militar, sino de fortalecer la fortaleza mental. Lo que queda es la acción colectiva: rechazar la desinformación, fomentar la cohesión en lo social y cultural, y crear una narrativa propia que resista la manipulación externa. La lucha por la mente es, posiblemente, la más crucial de todas.

Noticias de Última hora. Efectivamente la primera lancha no era la que realmente habían destruido en el mar caribe, correspondía a otro episodio (Sacaron un video de su contexto por la rapidez que tenían que responderle a Trump para buscar la justificación de su acción.). Lo mismo sucedió con la orden de Trump de tumbar aviones que intercedan con sus maniobras agresivas en el mar Caribe durante el 2020, me confirman y aparecen nuevos videos de la lancha que realmente si fue bombardeada, con 11 personas, y que supuestamente salió de San Juan de Unare, lo mismo me confirman los sobrevuelos de nuestras naves de guerra y de vigilancia áreas en aguas internacionales. Lo cual molesta al gobierno de Trump, porque creen que no tenemos como defendernos y los sobrevuelos son legítimos y legales sogún los tratados internacionales de comportamiento de estas naves en aguas internacionales.


 



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Renny Loyo

Doctor en Educación. Dramaturgo

 drloyophd@gmail.com

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