La importancia de la soberanía y las consecuencias negativas que una intervención extranjera podría traer a Venezuela

​Hoy quiero hablarle a mis hermanos y hermanas venezolanos. Aquellos que, en medio de la frustración, han llegado a pensar que una intervención militar extranjera es la solución para nuestros problemas. He visto cómo algunos, en las redes sociales, celebran la idea de que un país como Estados Unidos penetre nuestra patria. Piensan que la fuerza militar traerá democracia y prosperidad.

​Pero, ¿realmente nos hemos detenido a pensar en lo que eso significa?

​Hemos visto las consecuencias en otros países. La historia nos ha enseñado que las intervenciones extranjeras no traen libertad, sino caos, destrucción y una dependencia aún mayor. No son un acto de rescate, sino un acto de intereses geopolíticos.

​Aquellos que anhelan que la bota extranjera pise nuestro suelo, ¿han olvidado el valor de nuestra soberanía? ¿Han olvidado que la verdadera solución debe nacer de nosotros mismos, de nuestra capacidad para dialogar y construir, a pesar de las diferencias?

​Quiero hacer una mención especial a una valiente mujer mexicana. En un video que me inspiró, ella confrontó con entereza a quienes, en su propio país, deseaban una invasión. Su mensaje es un eco que resuena con nuestra realidad. Recuerden que la misma política de agresión que el gobierno de Donald Trump está aplicando a Venezuela es la misma que le está aplicando a México. Ella nos recordó que el amor por la patria no es un discurso vacío, sino un acto de defensa, incluso cuando esa patria está en crisis. La valentía no es pedir que otros nos salven, sino pararnos firmes y decir: "Nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho de invadir mi hogar".

​La oradora, con gran pasión, critica a los mexicanos que desde el extranjero desean una intervención de Estados Unidos en su país. Cuestiona por qué celebrarían una invasión que, históricamente, solo ha traído destrucción y caos a otras naciones. Advierte que esta actitud refleja un profundo odio hacia sí mismos y hacia su propia patria. Con firmeza, les recuerda a sus compatriotas que una intervención extranjera no es un acto de salvación, sino una violación de la soberanía que podría llevarlos a centros de detención. Concluye que la verdadera lealtad no se demuestra odiando a México para pertenecer a otro país, sino defendiendo la dignidad nacional. Destaca el papel fundamental de los mexicanos como la columna vertebral de la economía estadounidense y afirma que México ha sostenido a Estados Unidos por siglos, por lo que no necesita derrumbarse para que sus ciudadanos sean reconocidos.

​A los venezolanos y venezolanas que hoy ven a un Donald Trump como un salvador, les pido que reflexionen seriamente sobre las consecuencias. No hay un escenario donde, tras una intervención militar y el derrocamiento de Nicolás Maduro, un líder opositor pueda gobernar sin convertirse en un tirano. ¿Cómo contener la inmensa cantidad de chavistas que saldrían a las calles, reclamando justicia por sus propias manos? Seguramente, surgirían múltiples golpes de Estado y se derramaría mucha sangre antes de que el país pueda volver a la paz política y la seguridad ciudadana. No podemos permitirnos regresar al siglo XIX, a esos tiempos en que nuestro país vivía entrando y saliendo de conflictos civiles y militares de manera constante.

​A los venezolanos y venezolanas que hoy ven a un Donald Trump como un salvador, les pido que reflexionen. Un país no se construye a base de intervenciones, sino de autodeterminación. Los verdaderos héroes no son quienes agitan banderas ajenas, sino quienes defienden la suya propia. La lucha por la libertad y la dignidad es nuestra. Y solo nosotros, con nuestras manos y nuestra mente, podemos levantar a Venezuela. El camino no es fácil, pero es nuestro. Y la solución no vendrá de afuera, sino de la fuerza inquebrantable de nuestro pueblo.

​Una Propuesta a la Nación

​Frente a la gravedad de la situación, es urgente que el Gobierno de Nicolás Maduro y sus fuerzas políticas demuestren su compromiso con la paz y la soberanía de la patria. Hacemos un llamado a que convoquen, sin dilación, a todos los actores de la sociedad venezolana: partidos políticos de todas las tendencias, movimientos sociales, y especialmente a los gremios empresariales.

​Es hora de que se fijen posiciones claras y patrióticas ante la amenaza de guerra de Estados Unidos. Los empresarios, que han vivido de la renta petrolera de la nación para enriquecerse sin una contraprestación productiva, deben sumarse a la defensa de Venezuela. No se puede defender al país con un bolsillo lleno de dólares para importar productos, mientras el enemigo amenaza con asfixiar nuestra economía. Es momento de que todos los sectores demuestren de qué lado están, y que la única bandera que nos une es la de Venezuela.

Reflexión Final:

¡El camino de Venezuela no es ni la rendición ante el imperialismo, ni la guerra civil, sino la autodeterminación de nuestro pueblo!



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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