Maestras que, tal como en los tiempos de la cuarta, apenas llega la hora del despacho salen disparadas para la otra escuela porque un solo ingreso no les cubre ni lo mínimo para sustentarse.
Algunas en lo que la moda llama "reinventarse" no han dudado en ofrecer sus servicios limpiando quintas en el este de la ciudad (por razones de tiempo exclusivamente los fines de semana).
Esas que venden cualquier tipo de productos, además de la afectación directa que padecen por los pírricos ingresos fijos que reciben, ahora padecen la caída del consumo de sus colegas, quienes antes eran clientes fojas hoy en día apenas consumen lo indispensable.
Las que iban a desertar del sistema hace mucho ya lo hicieron (fueron parte de la ola migratoria desatada a partir del 2013), pero aun algunas no dejan de acariciar esa idea, aunque la verdad es que las opciones cada vez son mas limitadas en este sentido, especialmente después de las políticas impuestas por Donald Trump en el norte.
Lo cierto de todo esto es que la realidad de las maestras venezolanas se complica cada vez más con ingresos invariables, desde hace más de 3 años, en un país donde la inflación es galopante y en el que la calidad de vida de la gente disminuye con el paso de los días.
En estos días cuando se culmina un año escolar y se inicia lo que históricamente se conocía como "período vacacional" las maestras en Venezuela apenas gozaran del derecho al receso de las jornadas laborales en las escuelas, la gran mayoría de ellas se dedicaran a seguir "buscándose la vida" por distintos medios, hasta el 15 de septiembre cuando deban retornar a sus aulas.
La principal razón por la cual las maestras no se irán de vacaciones este año, como no lo han hecho en los dos años precedentes, es básicamente porque que no disponen de dinero suficiente para hacerlo. Antes cuando gozaban de salarios y recibían un "bono vacacional" muchas tenían la posibilidad de hacer algún tipo de turismo local y en muchos casos otras optaban por cubrir otras necesidades familiares (adquisición de bienes, remodelación de vivienda, etc.). Los "ingresos extraordinarios" que llegaban por concepto de bono vacacional lo permitían. Hoy cuando no hay salarios, el "bono vacacional" existe solo nominalmente pero en la realidad no tiene ningún impacto en la economía de quien lo recibe.
Mientras se cierra el ciclo escolar de este año y el ente rector ni siquiera puede resolver eficientemente el tema de las irregularidades en la nómina del Ministerio, después de un año. La promesa de que se le daría atención a las maestras no paso de ser otro ofrecimiento más incumplido.
Puede parecer inimaginable pero no debe sorprenderse a nadie que en cualquier momento aparezca el Ministro en un Acto diciendo: ¡Felices vacaciones maestras!. Lo más insólito será que algunos hasta tendrán el descaro de aplaudirlo.
