En estos momentos de gran inestabilidad no solo en las acciones, sino en la interpretación de los hechos y acontecimientos producto del avanzado desarrollo de la crueldad, la mentira y la falsedad en las relaciones internacionales, es imprescindible para Venezuela plantear con mucha claridad en sus relaciones con otros países del sur global y aun con otros países en general, las distinciones y diferencias entre las políticas de integración y unidad correspondientes a la ayuda y cooperación y las políticas de inversión y desarrollo económico.
Plantearse bien el problema es absolutamente crucial en relaciones internacionales y en cualquier actividad, porque determina la calidad y la precisión de las soluciones que se pueden desarrollar pues un problema mal definido puede llevar a diagnósticos erróneos, objetivos equivocados y decisiones ineficaces. Plantearse bien el problema implica considerar variables contextuales, históricas y estructurales para no caer en simplificaciones o que una consigna nos tire por un barranco.
Por lo demás, plantearse bien el problema no es tarea sencilla ya que requiere un gran esfuerzo de tiempo y de trabajo intelectual, que no tiene medios de sustitución. Y aunque a muchos les resulte inadecuado decirlo, el intelectual es de suma ayuda al politico al momento de definir la actuación del país en ese escenario.
Venezuela ha tenido muchos chascos en sus iniciativas de cooperación y ayuda con todos los países del sur, centro y del caribe, con los cuales ha establecido actividades concretas de asociación, dejándose llevar por los altos principios de los ideales y los sentimientos, que el menor cambio político o interno en los países receptores significan perdidas económicas para nuestro país, que van desde no reconocimiento de la deuda, apropiación de activos o simplemente no pago.
Ante este reinicio de nuestras relaciones internacionales con la región considero lógico plantearnos bien cuál es el problema de dominación imperialista contra esos países para formular programas efectivos y de mutuo beneficio, haciendo las distinciones pertinentes, diferenciado entre Programas de ayuda y cooperación y los Programas de desarrollo económico y de inversión, pues cada uno de ellos tiene componentes de ejecución y salvaguarda diferentes.
La distinción clave radica en la motivación principal. La ayuda se refiere a asistencia económica, social o técnica que un país recibe sin la expectativa de retorno financiero inmediato. Puede ser ayuda humanitaria en caso de crisis, financiamiento para programas sociales, o incluso cooperación tecnológica, cultural, educativa, etc. En el caso de la ayuda y la cooperación su enfoque central no es generar ganancias para el donante y confundirlas es lo que ha generado pérdidas al país.
La ayuda a otro país se debe realizar principalmente a través de políticas ya que la decisión de brindar ayuda, así como la forma y el destino de esa ayuda, están intrínsecamente ligadas a las prioridades, objetivos y estrategias de los gobiernos, en este caso Venezuela. Venezuela ha diseñado y aplicado muchas políticas en diversos ámbitos las cuales deberían servir de instrumento de ayuda y cooperación, al ser puestas a disposición de otros países.
Los criterios pueden incluir niveles de pobreza, situaciones históricas, solidaridad política o ideológica, crisis humanitaria, la importancia estratégica o las consideraciones políticas y diplomáticas. Y los instrumentos de la ayuda son variados, pero creo que todos ellos tienen un objetivo común, que el país ayudado se levante y camine.
La inversión de capital busca primordialmente un retorno financiero para el inversor. La inversión debe tener impactos positivos en el desarrollo económico de ambos países, el inversor y el receptor, pues es su objetivo principal.
En el caso de la Inversión de Capital, en sus diversas modalidades, aunque el funcionamiento exitoso de la inversión generara beneficios económicos al receptor, esta inversión se realiza para obtener retornos financieros al inversor, en este caso Venezuela y por lo tanto requiere fuertes salvaguardas, donde se debe incluir hasta un cambio de gobierno o de régimen, previendo el paso de una situación de amistad a una de hostilidad, con un gobierno fascista. Por ello la Inversión está dictada por las oportunidades de generar ganancias y el mínimo riesgo.
Es importante reconocer estas diferencias para analizar y reconfigurar nuestras relaciones internacionales y políticas de desarrollo de manera más precisa. Mezclar estos conceptos puede llevar a confusiones sobre las intenciones y los resultados de las acciones de un país hacia otro. Venezuela tiene su propio estilo de ayuda, cooperación e inversión, basado en la solidaridad y el desinterés y creo que puede denominarse Diplomacia Solidaria. Eso creo que no nos lo podemos quitar aunque no tengamos nada, pero si podemos mejorar el estilo.
Oscar Rodríguez Estrada 8 de mayo de 2025
