Solo hay "un gobierno maluco, más na" y una oposición requetebuena. La política, políticos, opinadores y ciencias sociales

Acabo de leer un, digámosle, diagnóstico parcial y parcializado, del escenario venezolano, que no es extraño, es más bien demasiado común, sólo que me despertó la atención, tanto como para escribir esto, por su autor, un amigo radical opositor al gobierno, por sus orígenes políticos, exmilitante de uno de los partidos dominantes de los tiempos de la IV República, pero una persona honesta, respetable, tanto que, pese a esa vieja militancia, padece de los mismos rigores de todos aquellos que fuimos trabajadores y ahora estamos jubilados.

Al analizar la situación venezolana de hoy, lo relativo al problema monetario, las corridas del dólar, los aumentos de precios, el problema salarial, etc., procede con cordura; tanto me parece así que, pudiera firmarle un documento donde estampe aquello para que lo haga público a manera de dejar constancia de nuestro malestar. Hasta hace uso de ciertos conocimientos de las ciencias sociales para fundamentar su diagnóstico del panorama.

Pero después de esa narrativa, suma de conclusiones, como quien describe el estado en que quedó el campo de batalla, con posterioridad a un cruento combate entre dos fuerzas, donde se ve un arrume de cadáveres, banderas rodando por el suelo, armamento y hasta se escuchan gritos desesperados de los abundantes heridos y de los dolientes que se acercan buscando a los suyos; al intentar explicar los motivos o causas de aquel cruel acontecimiento, pone a un lado las ciencias sociales, la sobriedad y hasta sus sentidos, esos que le permiten ver, leer y hasta oír y opta por entregarse a la imaginación y sus deseos. En aquello hay un solo culpable, como si hubo un solo actor y combatiente; un loco encerrado en un museo que tomó un bate, una barra de hierro e incitado por su irracionalidad, comenzó a destrozar todo lo que tuvo a su alcance, las obras de arte, lo que a estas le servían de asiento, las paredes, lámparas, venas y hasta el piso. Como si viese un combate boxístico donde sólo hay un hombre sobre el ring; porque habiendo uno sólo ¿para qué árbitro?

Para él, que pudiera no ser un político militante, sino un individuo como yo, encerrado en su casa, rodeado de libros, frente a una PC, pero determinado por sus viejos prejuicios, percepciones unilaterales y una fuerte carga emotiva, generada por lo anterior, más las dificultades económicas que pudiera estar confrontando, y digo pudiera, porque en su caso estoy seguro que sí, pero pudiera tratarse de un personaje diferente, en buena situación económica, pero desagradado con el gobierno por viejos atavismos, la disminución de acumulación, por este combate que se da en Venezuela, con fuerte y contundente efecto sobre la economía. Para quien escribió lo que hago referencia, lo que es como un lugar común, en este agarre que hay en Venezuela sólo hay un contendor y culpable.

El problema de la migración, lo explica de la misma manera como lo del salario, la movilidad monetaria, los precios de las mercancías y el grito por los dolores. No le parece siquiera pertinente calificar al gobierno de ineficiente, incompetente para afrontar las calamidades, sino lo atribuye a la predisposición, la maldad, contra las multitudes de quienes ese ente conforman. Según él, todo eso que bien describe, es el resultado de un plan macabro, ideado por unos individuos que gozan con hacer daño. Algo así como que estamos en el infierno, bajo el control de Satanás y su patota. Lo único que no dijo en ese lugar común, que, por serlo, es muy extendido y popular, que eso o esto es comunismo.

La migración entonces, es sólo el resultado de un gobierno malo, ineficiente; como también lo es la volatilidad del dólar, los precios de las mercancías y el ritmo creciente o no de las lluvias. La baja producción petrolera, la decadencia de PDVSA, la escasa oferta de nuestro hidrocarburo al mercado, sólo se explica en la ineficiencia gubernamental. En el comportamiento de la economía venezolana y por supuesto al problema migratorio, en todas sus facetas, no incide ninguna otra cosa o ente, que no sea la ineficiencia y acendrada mala fe del gobierno. Algo así como que tenemos un gobierno de puros locos y hasta sádicos, que gozan torturándose a sí mismos. Es decir, el sadismo y mala fe de los gobernantes es tal que, no se percatan que velozmente pierden apoyo, tanto que esos mismo personajes aseguran que el 28D, Edmundo González ganó por paliza. Perder apoyo no les importa, más si el goce de ver el trágico cuadro de la economía nacional.

Y si todo eso hacen con el fin exclusivo de enriquecerse, son sádicos, pues en los gobiernos de la IV República, mucha gente también se enriqueció, pero cuidaban, en lo que les era posible, en no hacerse daño y poner fácilmente en peligro su propia estabilidad, como que fuerzas poderosas les tumben o pierdan las elecciones y con la posibilidad de seguir enriqueciéndose. Y aunque se queden, habiendo perdido, como se dice que sucedió a raíz de las elecciones de diciembre, se generan mucho rechazo y le dan fundamento a factores externos para que se inmiscuyan en lo nuestro y ellos corran peligro, como que, en un zafarrancho de invasión, algunos de ellos hasta pudieran perder la vida.

Las sanciones no existen, es una narrativa falsa del gobierno para justificarse. Y si se admite que existen, lo explica el analista de modo "diáfano y totalizador". Ellas sólo se aplican a individuos del gobierno, como Diosdado Cabello y el mismo Maduro. No están dirigidas a la población, a esta para nada tocan. Por ejemplo, mi pastilla Losartán de 100 mg, que compré ayer, de 30 pastillas, que me costó más de lo que el MPPE me paga como quincena, sólo se explica en el sadismo gubernamental.

Las dificultades para producir petróleo y venderlo con libertad en los mercados, incluyendo el de EEUU, para nada existen; no hay traba alguna. El gobierno no vende petróleo porque no quiere ingresos para que la gente adentro se joda y los del Tren de Aragua, que somos todos, nos vayamos a "combatir contra el imperialismo yanqui", atracando en las calles, quitándole los puestos de trabajo a los nacionales de allá y llenando las calles de trashumantes.

La pérdida de Citgo y hasta Monómeros, es un cuento chino, eso no se perdió por efecto de factores externos que pusieron a Guaidó y los suyos a administrar y gerenciar una empresa, cuyos recursos malbarataron, y acumularon una deuda impagable. Lo que les permite decir, en caso de Citgo, que se perdió, porque el gobierno dejó de enviarle, por maldad, a Guaidó y sus agentes en ella, petróleo, para que lo procesara y produjera gasolina y otros derivados. Pues aquella empresa fue concebida y diseñada para procesar determinado tipo de petróleo venezolano.

Los gobiernos estadounidenses, de antes y mucho menos ahora, este de Trump, jamás han hecho nada para incomodar la economía venezolana. Estas sanciones, como la que obliga a Chevrón dejar de operar en el país y la aplicación de altos aranceles a quienes compren petróleo a Venezuela, para nada inciden en la economía venezolana, pues tenemos un aparato productivo enorme, creado por la dirigencia política y clasista de la IV República, ni siquiera de antes, cuando Gómez y Medina, capaz de exportar abundante producción industrial y con eso nuestras arcas están llenas de dólares, con lo que pagan en impuestos al gobierno, lo que pasa es que éste, este conducido por malignos, cuya tarea deliberada, por su exclusiva iniciativa y proceder, es matar a los venezolanos de hambre, para que vayan a las urnas, locos del hambre, a votar contra él.

No hay otra lectura posible, las Ciencias Sociales no dan para más, pues el pecho está atorado de las racionales explicaciones que, de la emotividad, los sentimientos, emanan; de donde lo único que, aquí hay que hacer, para que todo se componga, es aplicar aquello de "quítate tú para ponerme yo" y sin ningún sacrificio, sortilegio y menos trampa, todo comienza a renacer.

Y hay también, al margen de estas criaturas inocentes, porque lo son muchas, tantas como los depredadores que rondan esperando su oportunidad para atrapar sus presas, quienes saben lo que aquí sucede, tanto de las deficiencias gubernamentales, las debilidades generadas por inhibiciones, malos procederes, hasta de los corruptos, pero llenos de prejuicios que, anteponen ante las amenazas de los factores externos con la ayuda deliberada, estudiada de ciertos internos y la entusiasta de los inocentes que leen y aprenden al caletre y responden a sus simples instintos o estados emocionales.

La amenaza de la política oficial de EEUU en este momento, no es contra el gobierno de Maduro; no tiene como fin deshacerse de lo que ellos llaman una dictadura, sino contra la soberanía nacional. Esto no es muestra de sabiduría y hondo conocimiento de las Ciencias Sociales, sino una percepción del simple sentido común, que mucha gente está "descocada", por el odio y los resentimientos. Y lo mismo, acontece en el gobierno que, ante tan grave situación, confusa encrucijada, no es capaz de llamar a la concordia nacional, al encuentro de las fuerzas pertinentes.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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