La expresión que "el modo de producción, determina el tipo de sociedad" contiene una verdad fundamental en la teoría social y económica: el modo en que se producen bienes y servicios en una sociedad influye directamente en sus estructuras sociales, políticas y culturales. En el contexto de Venezuela, donde la propuesta de una sociedad socialista ha tomado un papel central en la política y la economía del país, es crucial explorar cómo la transición hacia un modo de producción socialista podría dar forma a un nuevo tipo de sociedad.
No basta por ello la buena voluntad o el instinto politico, es necesario el estudio científico, técnico, organizativo, pudiéndose crear instituciones específicas para ello.
En un modo de producción capitalista, la propiedad privada y la acumulación de capital son las fuerzas motrices. Este sistema tiende a generar desigualdades socioeconómicas y a priorizar el lucro sobre el bienestar colectivo. En contraste, el socialismo propone un modo de producción basado en la propiedad colectiva o estatal de los medios de producción, e inclusive aceptando y respetando todas las formas de propiedad y productivas, a fin que la riqueza se genere y distribuya de manera más equitativa. Las cooperativas Lenin las veía como una forma de propiedad idónea para el socialismo y creo que podría ser una base económica para las comunas.-
Este cambio implica no solo un cambio en la economía, sino también una transformación en las relaciones sociales y en la concepción del individuo dentro de la comunidad.
No hay que olvidar que nuestra propuesta de una sociedad socialista en Venezuela, se da en un contexto de crisis económica y social, buscando romper con las estructuras de desigualdad que han prevalecido durante décadas. En teoría también, este modelo promueve la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones, fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida. Las características de esta nueva sociedad incluirían ir disminuyendo progresivamente la eliminación de la explotación del trabajo, acentuar la búsqueda de la justicia social y el fortalecimiento de la solidaridad entre los miembros de la comunidad.
Sin embargo, la implementación de un modo de producción socialista enfrenta desafíos significativos, no solo el ataque externo que nos referimos, sino la polarización social que genera y la cual exige el diseño de políticas bien pensadas para incorporar otros sectores sociales, a la propuesta, claro sin modificar su sentido.
La transición hacia un modelo socialista requiere no solo una reconfiguración de las estructuras económicas, sino también un cambio cultural profundo que fomente la cooperación y el trabajo en equipo, la eficacia y la eficiencia organizativa, la modificación de valores como el amiguismo, el grupismo, el nepotismo, valores que son esenciales modificar para alcanzar éxito en cualquier sistema socialista.
Además, es transcendental considerar la diversidad de opiniones y contextos dentro del país ya que el venezolano es opinador y aunque tendemos hacia cierta unificación, la sociedad venezolana es heterogénea, y las visiones sobre el socialismo pueden variar ampliamente. Para que la propuesta de una sociedad socialista sea efectiva, debe incluir un diálogo inclusivo que respete y refleje esta diversidad por lo que portales como Aporrea deberían ser apoyados y multiplicados, junto con otros medios.
Por ello, la expresión "el modo de producción, determina el tipo de sociedad" resuena profundamente en el marco de la propuesta socialista de Venezuela y su propuesta de transición hacia un modo de producción socialista puede ofrecer oportunidades para construir una sociedad más justa y equitativa, con un compromiso colectivo y una visión clara que priorice el bienestar común sobre el individual, generando riqueza abundante colectiva e individual.
Las características de esta nueva sociedad dependerán en gran medida de nuestra capacidad de los venezolanos para unirse en torno a un proyecto compartido que promueva la participación activa de todos los ciudadanos.