Existe un grupo de escritores socialistas en aporrea, no de la corriente política socialista, sino portadores de una concepción que cree, fundamenta y afirma la posibilidad de construir todavía el socialismo en Venezuela.
Todos ellos, están buscando ingredientes políticos para continuar dibujando el mundo que bosquejó Chávez con su esfuerzo y martirio.
Las quejas constantes, la búsqueda de redención de las esperanzas de cambio, la denuncia de la incapacidad gubernamental de conducir el país hacia el bienestar de todos, destapar las maniobras de entreguismo de los recursos naturales del país a las transnacionales encubiertos en un discurso de progreso de la nación, se suma a esto, la presentación de alternativas de poder como la Junta Patriótica de Salvación, la candidatura de Rafael Ramírez como guía del proceso de restauración del socialismo chavista y los llamados a la población para que reencuentre el camino humanista de relaciones sociales.
Al gobierno de Maduro, lo han mandado a la mierda por traidor a Chávez y mentiroso con el pueblo venezolano y muchas cosas más.
Pero, creo que a ese dibujo le falta el caballete popular que lo sostiene; bueno, aparte del arte de dibujar y sus ajuares, lo que se busca es reiniciar la revolución en un mundo que se ha estancado sosteniendo un proyecto capitalista retrógrado, en relación a lo que se había logrado con Chávez; pero, aceptable para la población que ahora labora en la rebusca. (hacer todo para sobrevivir, principalmente vender: motos, ron barato, teléfonos, gasolina trasegada, ropa usada, dólares piratas, comida) es decir, técnicamente trabajar como emprendedores.
Ahora, el conflicto no es entre Maduro y los chavistas, socialistas radicales, sino, entre emprendedores y los haraganes que esperan todo del Estado. Hasta esas dimensiones se ha deformado la esperanza que promovió el socialismo.
La contradicción principal es, emprendedurismo o te morís de hambre y esclavizado en los trabajos mal pagados del Estado.
El socialismo y la revolución, se alejaron del pueblo, esos fenómenos, solo quedan en los dibujos de Marcos Luna y sus paisanos ideológicos.
