Aclaratorias a un respetado amigo

Tengo un gran amigo zuliano, aunque no de nacimiento; filósofo, aunque nada que ver con el de las "peras al horno". Un filósofo y literato de verdad. De excelente discurso, oral y escrito, con una redacción cautivante e ironía fina, de esas que dan envidia. No mencionaré su nombre, pero él sabe que a él me dirijo y que aprecio en alto grado sus comentarios, juicios y opiniones, aunque a veces no los comparta. Sus discusiones son sobre temas muy diversos, complejos, numerosos e importantes. No lo nombro para no agregarle temas de discusión a su vida, como tener que defender su amistad conmigo, amistad que me honra. AG, mi amigo, está quizás muy cerca, para mi gusto, de partes de cierto discurso opositor extremista, que he enfrentado vehementemente desde sus inicios, aunque las posiciones de mi amigo son de cabeza propia, que la tiene y muy bien puesta, y nunca de aceptación de conductas impropias de nadie, además de una gran franqueza que sin embargo nunca abandona la cortesía.

Quiero aclararle, y al mismo tiempo hacerlo a todo el mundo, que no considero que la culpa de la permanencia de Maduro en el poder y su ejercicio, sea de la oposición y no del régimen. Lo he dicho, lo he escrito mucho: el gobierno es responsable primario de lo que hace y en ese hacer se incluye sus acciones para mantenerse en el poder. De eso no puede haber ninguna duda. Pero AG como filósofo sabe que en esa contradicción gobierno/oposición, ambos polos influyen en el resultado, pues actúan y estas acciones, aunque discursivamente contrarias, pueden favorecer a uno de los bandos. Cuando los políticos enloquecen actúan en forma suicida, como un ejército que se enfrenta a un enemigo sin tener fuerzas para ello, y terminan favoreciendo, al contrario.

Es en este sentido que afirmo, que esa oposición beligerante, inmediatista, voluntarista y violenta, muy prona a abstenerse en los procesos electorales, como lo hizo en 2005 y en 2018, dejando solo al gobierno para que éste haga y deshaga, tiene una gran culpa de la permanencia de Maduro en el poder. Una gran culpa, dije, no la culpa, ni la mayoría de las culpas. Algo similar ocurre con las sanciones y el bloqueo que, si se es objetivo y analítico, sobre todo cuando se tiene la capacidad y preparación para ello, se entiende que incrementan los efectos deletéreos del caos económico originado por la negligencia y corrupción gubernamentales. Esto de hecho ha ocurrido y lo han aceptado incluso los propulsores de las sanciones, quienes cínicamente han dicho que querían exacerbar el sufrimiento ya existente de los venezolanos, para que estos insurgieran contra el gobierno. No es nada difícil de comprender, amigo mío. El fracaso del régimen es inherente a él; pero la intensidad del mismo tiene sumadas las acciones económicas, financieras y diplomáticas, dictadas por EEUU.

No se trata de excusar un fracaso por la maldad del otro; se trata de entender que también existe la maldad del otro y que, por tanto, no se lo puede tener como opción para sustituir al primero, al fracasado. Es absurdo que el régimen pretenda considerar que la causa de su fracaso radica en la agresión imperialista, pero sería necio e irreal decir que esa agresión no existe o que no influye y que no afecta a nuestros compatriotas, cuando la misma es más que evidente y hasta ha sido aceptada cínicamente por sus autores, como ya dije. Algo perverso, que adicionalmente fue apoyado por quienes hoy aparecen como blancas palomas, dispuestas a sacrificarse por los intereses del pueblo venezolano. Te recuerdo el axioma jurídico que dice: "A confesión de parte, relevo de prueba". Ahora, eso no significa que bastaría entonces con erradicar a esa oposición para derrotar al régimen; esa es una suposición que no está en mis escritos. Pero sí es necesario evitar su nefasta influencia en la gente de buena voluntad y enfrentarla política e ideológicamente.

De Marx aprendí que los procesos tienen dentro de sí mismos todas las fuerzas necesarias para su éxito o fracaso, razón por la cual desecho que lo que nos ocurre tiene causas solamente externas, que es lo que el gobierno maliciosa y manipuladamente pregona. Pero de Marx también aprendí que los factores externos a los procesos pueden acelerarlos o retardarlos, y no voy en este momento a recurrir al ejemplo simple de Mao Tse Tung (lo escribo como aprendí a hacerlo), sobre si es la temperatura la que determina la transformación del huevo en pollo o si ese trascendental cambio está dentro del huevo mismo. Mis saludos cordiales y mis consideraciones de siempre.



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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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