Cuento o razón

Querían hablar de la Décima Malaver

- Mira amigo Juancho, a estas alturas, que ya el año va entrando en agosto, aún en la Tacarigua de Margarita, ningún agricultor ha sembrado un hoyo de maíz, pues la sequía ha sido larga y severa.

- Si ya veo, amigo Alejandro, y con mucha razón en tiempos pasados, cuando la gente dependía de un conuco para sostener a su familia, tenía que salir con la diáspora, bien a los campos petroleros o si no hasta el Delta, que lo llamaban Los Caños, donde había bastante agua para sembrar.

- Si supieras, Juancho, que yo estuve en Los Caños y ahí hay agua de verdad, y en realidad provoca sembrar, lo que a mí me ha gustado siempre, y te digo que no me quería venir, pero me consiguieron un trabajo aquí en Margarita en un organismo público y me vine para la isla, y empecé a trabajar, pero nunca dejé de sembrar.

El periodista Juancho como pasó cerca del conuco del Sr. Alejandro, un viejo agricultor del lugar, aprovechó para saludarlo y hablar un poco del mal tiempo que se le ha presentado a los pocos campesinos que aún le sacan provecho a la lluvia y a la tierra. Pero como ya eran horas de mediodía, decidió regresar a casa y ahí encontró al perro Pipo, esperándolo y con un recado que darle, por eso cuando vio la oportunidad, lo abordó: "Juancho por ahí estuvieron Evaristo y Emigdio Malaver, buscándote, querían hablar contigo".

El periodista observó a Pipo calladamente y luego manifestó: "Y ¿De que querían hablar esos dos amigos? ¿Te dijeron?

- Querían hablar sobre un asunto llamado La Décima Malaver, que, de paso, ¿Qué es eso Juancho?

- Eso es una décima, o sea una estrofa de diez versos que a Emigdio Malaver se le ocurrió cambiarle la estructura de la rima a otra estrofa que por allá en 1591 había creado un poeta español llamado Vicente Espinel, y tiene bastante lógica, y, de paso, hay quienes se han preguntado, cómo es posible que después de tantos años, a nadie se le había ocurrido un cambio a esa estrofa y así romper paradigmas como dicen ahorita, aunque alguien dice que esa clase de décima existió en la décima antigua, pero no demuestra ninguna prueba. Pero con respecto a eso hay mucha mezquindad, envidia e hipocresía".

El perro escuchó al periodista y también oyó a la esposa de éste que llamaba para degustar un rico almuerzo que había preparado, y hombre y perro, se dirigieron contentos al comedor.



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Emigdio Malaver

Margariteño. Economista y Comunicación Social. Ha colaborado con diferentes publicaciones venezolanas.

 emalaverg@gmail.com      @Malavermillo

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