Binóculo Nº 501

Marx

Eran las 2:30 de la tarde del 14 de marzo de 1883, cuando sentado en su sillón, tranquilamente, murió Carlos Marx. "Dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días". Contó Engels, su mejor amigo y compañero de investigaciones y coautor de algunas de sus obras, como el Manifiesto Comunista, texto fundamental que todo el mundo debe leer, pero que estoy absolutamente seguro la mayoría de la dirigencia del chavismo actual, no ha leído. Engels, quien le sobrevivió 12 años a Marx, autor de otro de los libros fundamentales y que debería ser parte de la formación de cualquier persona: El origen de la familia, la propiedad privada y El Estado, en sus palabras durante el velorio, dijo: "Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época, es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas".

Descubrí a Marx por uno de los más grandes caricaturistas y comunistas mexicanos de este maltrecho continente: Rius (Horacio del Río). La caricatura se llamaba Marx para principiantes. Y, por cierto, en Rius se inspiraron muchos de los caricaturistas de la industria cultural de antes y de ahora. Ese comic sobre Marx (ahora lo llaman animé, aunque los japoneses le dicen Manga) me contaba algo que yo no sabía y que me estaba perdiendo. No se estudia a Marx en bachillerato, ni siquiera se les dice a los chamos quién fue quizás el más grande pensador de los últimos 200 años de la vida humana. Entonces le pregunté a un amigo intelectual quien era casi egresado del Pedagógico de Caracas y que en mis inicios de lector me regaló "Isabel viendo llover en Macondo" de García Márquez, sobre Marx. No sabía mucho sobre el tema, pero me regaló un librito de un autor español, como de 100 páginas, que era la biografía de Marx. Dos meses después en la Casa del Escritor que quedaba en la avenida Lecuna, no sé si aún queda allí, conocí a un poeta, que estaba hablando con otra persona sobre Marx, allí me quedé, escuchándolos absorto, como una hora hasta que la otra persona se fue. Él poeta se quedó conmigo plácidamente explicándome sobre el filósofo, hasta que nos botaron a las 4 de la tarde porque iban a cerrar. Entonces nos fuimos a una panadería a tomar café y estuvimos hablando hasta las 9 de la noche que cerraron la panadería. Antes de despedirse, sacó de su mapire, un Manifiesto Comunista y me lo regaló, nos despedimos; y a las 11 de la noche comencé a leerlo, duré todo el día viernes y todo el sábado hasta la noche cuando lo terminé. Fue muy curioso que mientras lo leía, iba al comic de Rius. Me di cuenta de que este pensador podía aplacar en parte mis angustias y mis dilemas sobre el hombre, la vida, la justicia y todo ese montón de cosas que elucubra un chamo, para quien el conocimiento era más importante que cualquier cosa. Menos mal que me había graduado de bachiller, porque de lo contario, estoy seguro que lo hubiera abandonado, convencido ya del montón de porquerías inútiles que nos enseñan. Por cierto, soy el proponente, hoy en día, de la creación de una universidad para desaprender. Si nos sacaran toda la mierda que nos han metido en la cabeza desde la escuela, imagine qué no seríamos a los 50 años. También hoy en día digo que si hubiera existido Google cuando yo tenía 12 años, jamás hubiera ido a la escuela.

Junto con Marx comencé la militancia clandestina, convencido de que la lucha armada era la única salida para la toma del poder político, con ese poeta que resultó ser un guerrillero urbano. Por Marx leí a Engels, Lenin, Mao, Marcuse, Mariátegui, Ludovico y tantos otros que formaron parte de mi formación. Conocí a Ludovico Silva. Fui a su casa en Sebucán, con el poeta Erik Quiroga, creador del Parque Universal de la Paz. Su sobrino, Pedro González Silva, excelente periodista y astrólogo, es mi gran amigo, aunque hace tiempo que no nos vemos. Irma, su madre, hermana de Ludovico y secretaria jubilada de la UCV, me prestó su toga para mi acto de graduación. Estaba muy arrugada e intencionalmente la dejé así y fui objeto del bulin de un amigo que luego fue ministro del chavismo. Yo estaba orgulloso de graduarme con la toga de Ludovico Silva. Su Anti manual es una de las obras más extraordinarias que he leído, junto a Belleza y Revolución.

Marx creó los únicos dos métodos que son infalibles para el análisis: la dialéctica y el materialismo histórico. Quien los utilice y los aplique correctamente, es imposible que se equivoque.

Recuerdo que cuando comencé a leer "El Capital", al llegar al capítulo del Valor, me dediqué a estudiarlo disciplinadamente a razón de tres horas diarias, durante ocho meses. Al final no entendí un coño. Si a usted, lector, le pareció difícil "Más allá del Leviatán" de István Mészáros, no se meta pa´l Capital, porque no le va a ir bien.

Cuando di clases en las universidades, siempre les dije a mis alumnos que, si querían entender la vida, conocer a los seres humanos, saber de qué se trataba el mundo, era fundamental que leyeran a tres autores: Darwin, quien demostró que la vida no es nada sin evolución y que la evolución es constante; Freud, quien explicó que el ser humano no es uno, sino dos: uno por fuera y uno por dentro, controlado y determinado por las tres instancias del yo. Consciente, subconsciente e inconsciente. Y nadie se escapa de allí; y Marx, quien explicó que el hombre no solo es un ser social, sino que inexorablemente está dividido en dos: los muchos, que son los pobres, y los pocos, que son los ricos; y que los dos peores males de la sociedad son la propiedad de la tierra y la plusvalía.

Hoy, el gran Marx tuviera 205 años. Ya la tecnología tiene en desarrollo los ciborgs que es una mezcla de humano y robot. Si se hubiera esperado un poquito, estaría vivo, con esa cabeza produciendo para crear una humanidad, menos depredadora y más humana. Pero, al fin y al cabo, es verdad que las utopías no existen.

Caminito de hormigas…

"Olmos, no quieren decir nada, pero no están haciendo nada. Las solicitudes de baja se cuentan por miles y hay oficiales, como yo que la pidió hace más de un año y no me dejan ir porque no tiene a quién poner en ese cargo. Y ahora si se te ocurre pedirla, de inmediato te acusan de espía o de enemigo. No entienden que un Mayor como yo, no puede ganar 42 dólares al mes. Y no puedo desertar, porque a dónde coje un viejo como yo. La vaina es que no buscan una solución".



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1172 veces.



Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

Visite el perfil de Rafael Rodríguez Olmos para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Rafael Rodríguez Olmos

Rafael Rodríguez Olmos

Más artículos de este autor