La dificultad de definirse español

Ser español y sentirse orgulloso de serlo debe ser una experiencia muy emocionante. No como un portugués, por ejemplo, que vive avergonzado toda su vida por habitar un trozo de península con una población tan discreta, sin guerras interiores ni exteriores desde la batalla de Aljubarrota en 1385 entre el reino de Portugal y el de Castilla, sin protagonismo alguno en el concierto de las naciones. Ese no poder sentirse orgulloso por ser portugués debe ser muy triste… Ser español en cambio es muy emocionante y muy importante. Eso de que el español lo hablen 534 millones es para enorgullecer a cualquiera. El hindi lo hablan 610 millones y también estarán muy orgullosos, pero los hablantes de nada menos que 1.600 lenguas en la península indostánica, deben vivir con una depresión atroz, sabiendo que en el mundo además de esos 610 millones de hablante de hindi, hablan inglés y chino mandarín más de mil millones cada lengua..

Parece ser que fue Cánovas del Castillo el que dijo que "son españoles quienes no pueden ser otra cosa". Pero es posible que seamos muchos más los españoles de los que Cánovas imaginaba que lo somos porque no podemos ser "solo" catalanes, vascos, gallegos, andaluces o asturianos o riojanos. Una atracción brutal, una fuerza centrípeta hacia el centro de la Península actúa en forma de maldición desde tiempo inmemorial porque una parte de los habitantes de España está empeñada en que toda la península sea un circuito político cerrado...

Sin embargo, véase la distancia entre unas sensibilidades colectivas y otras en la Piel de Toro. Mientras el Tribunal Supremo español decide blindar legalmente la prohibición de las consultas populares sobre los Toros, el ayuntamiento de Gijón, de Asturias, ha prohibido la fiesta de los Toros en 8 de agosto de 2021. ¿Qué tienen en común los asturianos de Gijón y esos otros sobre los que el TS no quiere ni enterarse de sus preferencias?

Ser español puede que para algunos sea decir mucho, pero para otros también es decir nada. Cuando una persona muestra orgullo de ser español, alardea de serlo, pienso en si eso mismo lo hará un francés, un inglés, un italiano... más allá de hacerlo en una charla en la intimidad. Ante todo, de ese "orgulloso" convendría saber de quién se trata, cuál es su condición o clase social, su capacidad económica, cuál su origen… Porque no es nada fácil definir lo español y sentirse orgulloso de serlo, si pensamos en las famosas dos Españas que enfrentó claramente a esta nación en dos bandos todavía no reconciliados. Pues no puede decirse que haya reconciliación sólo porque se pariese una Ley de Amnistía en la práctica meramente administrativa, cocinada por residuos de franquistas en 1977. Como no puede decirse que representen un pensamiento y un sentimiento populares otras leyes promulgadas en las que es manifiesto que el pueblo no pinta nada.

De ahí la enorme dificultad de definirse español. Depende de demasiadas cosas, de personas, de hechos y de rasgos en los que se dice "mucho español" en tiempos en los que se supone España no tiene un enemigo. ¿O sí? Porque si lo hay, ha de ser interior: quien no está de acuerdo con la "una, grande y libre" franquista y quienes aspiran pacíficamente a vivir en territorios que se consideran autosuficientes para gobernarse a sí mismos, lo son para lo son para los otros. Y esto sería otra prueba de lo imposible que es definirse español y "lo español".

En todo caso hay dos maneras de sentir. Una escandalosa y otra recogida. La mayoría de españoles no van pregonando sus sentimientos. Los otros hacen alarde o provocan frente a quienes saben que no están contentos por serlo. España, en tanto que una parte de la geografía, es inigualable en lo que se refiere a su paisaje y a su naturaleza, que es un Continente a escala, en miniatura. Y sus habitantes, en general son abiertos, afables, solícitos, compasivos; poseen esas cualidades que dignifican a una persona y a una población entera. Razón por la cual entre el paisaje y la población bien merecen un bien nacido en España o un migrante naturalizado sentirse a gusto con vivir aquí y tener "papeles" de aquí. Pero hay muchos millones en todas partes que tienen muy en cuenta lo que decían los romanos de la antigüedad: ubi bene ibi patria, allí donde estas bien está tu patria. Con lo que ni siquiera valoraban por parecerles ridículo, el hecho de ser o no ser romano.

En resumidas cuentas, debido a factores varios el sello, el marchamo, la impronta del carácter español, de esos y esas que se sienten orgullosos de serlo, lo ponen ellos al pensar en aspectos, historia, epopeyas que para los otros españoles son infamias, ultrajes y motivos de vergüenza. De modo que "ser español", sentir orgullo de serlo es en estas condiciones, en las que siempre o casi siempre han mandado los mismos, es como ser moreno o rubio y estar orgulloso de serlo. No hay diferencia. Unos piensan en las vírgenes y en los santos, en el imperio que fue y en el Quijote o en Murillo, y otros piensan en Unamuno, en Lorca o en Ortega y Gasset. El resultado es tan dispar que difícilmente podemos ponernos de acuerdo en qué es eso de "ser español". Y mucho más difícil, si preguntamos a un vasco, a un catalán, a un gallego, a un asturiano o a un navarro, a cualquiera de cualquier territorio (salvo Castilla, la que da sentido al máximo sentido de lo español porque la lengua del español es la suya, y salvo quienes viven a la vera de la Virgen del Rocío, porque es la virgen más representativa en España de la religión) imaginemos la dificultad a la hora de compartir esa idea, ese sentimiento tan ambiguo de "ser español"… Tan ambiguo, pues también debe haber millones entre los 47 de la población española, que sienten todo lo contrario: vergüenza de serlo…

14 Enero 2023

 



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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