A los camaradas sindicalistas

Me dirijo a ustedes, camaradas sindicalistas, porque ustedes son los defensores por antonomasia de la clase trabajadora; porque en esta etapa de la guerra que enfrentamos, donde el ingreso de los trabajadores es el principal blanco del enemigo, corresponde a ustedes trabajar en construir una propuesta que al menos neutralice el ataque al ingreso de los trabajadores.

Si bien pudiera haber desconocimiento del tema económico en el seno de la dirigencia sindical, está claro que las políticas de protección al salario que se han implementado hasta ahora, no han sido efectivas. Es el momento de construir otras políticas, de buscar alternativas, de escuchar otras propuestas. No se puede seguir haciendo lo mismo y pretender tener resultados diferentes.

Es incuestionable el ataque a nuestra economía, ya que es incuestionable el bloqueo financiero y comercial perpetrado por el gobierno de Los Estados Unidos de Norteamérica. Ellos se ufanan de sus agresiones contra Venezuela y nosotros, para referirnos a esas agresiones, utilizamos el eufemismo: "Medidas coercitivas unilaterales"; mientras ellos nos señalan de dictadura, narco-gobierno y cualquier cantidad de epítetos que cualquiera entiende que son peyorativos.

También es incuestionable el esfuerzo de nuestro gobierno por enfrentar ese ataque que tiene como principal objetivo, el deterioro de la vida cotidiana de la población venezolana. Eso es un principio básico de las guerras: cercenar o bloquear los suministros de tu enemigo, ya que, como decía Napoleón Bonaparte, lo ejércitos marchan sobre sus estómagos.

Pero hay un arma que ha utilizado nuestro enemigo, que ha sido la más efectiva, porque no es posible eliminarla a corto plazo: es la manipulación del tipo de cambio Dólar-Bolívar. Su efectividad se basa en tres factores:

  1. Las páginas del dólar paralelo. Este es un factor sicológico; ellos lograron convertir las páginas que publican el valor del dólar paralelo en la referencia del precio del mercado; aun cuando la suma de las transacciones que supuestamente se hacen en esas páginas, no llegan al 1% de las transacciones en el mercado nacional de divisas. Es decir, no son representativas del mercado.

  2. Somos un país con una dependencia muy alta de importaciones. Esa es nuestra mayor debilidad, y cambiar eso supone un desarrollo tecnológico propio, que impulse el desarrollo de las fuerzas productivas de tal manera, que los niveles de dependencia de elementos externos sean tan pocos que, prescindiendo de ellos, no se afectara sustancialmente nuestra economía. Eso supone también, una transformación de nuestro sistema educativo, para que la ciencia esté al servicio de los planes del país. Esto es a largo plazo.

  3. La dependencia de importaciones nos obliga a utilizar la moneda que más se utiliza en el mercado internacional: el dólar estadounidense. Una moneda que no la hace nuestro gobierno (a diferencia del Bolívar) y que es utilizada en más de un 80% en las transacciones internacionales. Es decir, si nos apartamos en este momento del dólar estadounidense, se reduciría sustancialmente las posibilidades de satisfacer nuestras necesidades de importaciones. La pérdida de la hegemonía del dólar en el mercado internacional, está en proceso, pero es a largo plazo.

Estos factores son determinantes para entender la efectividad del ataque al sistema de precios nacional y al ingreso de los trabajadores, desde la manipulación cambiaria que se realiza desde las páginas del dólar paralelo.

Seguramente cuando desarrollemos nuestras fuerzas productivas y produzcamos aquí casi todo lo que hoy se importa, pero que además la utilización del dólar como moneda de intercambio internacional haya caído al punto que no necesitemos de ella para adquirir bienes o servicios para la producción a lo interno de nuestro país, entonces la manipulación del tipo de cambio dólar-Bolívar no nos afectara el sistema de precios internos ¿Cuánto falta para eso?

La revolución depende de que ganemos elecciones permanentemente para poder darle continuidad. El factor que más afecta el ánimo electoral de las personas QUE APOYAN LA REVOLUCIÓN, es la situación de su PODER ADQUISITIVO.}

Nosotros hemos hecho una propuesta que persigue NEUTRALIZAR LOS EFECTOS DE LA MANIPULACIÓN DEL TIPO DE CAMBIO, PROTEGIENDO EL PODER ADQUISITIVO DE LOS TRABAJADORES (INICIALMENTE DEL SECTOR PÚBLICO Y PENSIONADOS) y resincronizando toda la economía a corto plazo. Es una medida coyuntural de protección, mientras seguimos avanzando en el desarrollo de las fuerzas productivas (Putin lo acaba de anunciar para Rusia, para proteger a su pueblo de las sanciones de EEUU).

Sin embargo, a pesar que hemos estudiado profundamente el problema y la pertinencia de la solución que planteamos, no estamos amarrados a esa solución. Estamos convencidos que, en un debate dialéctico, sin posiciones inamovibles, ni actitudes arrogantes y prepotentes, podremos lograr encontrar una solución a ese enorme problema que pone en riesgo la continuidad del avance de la Revolución Bolivariana.

Ustedes, camaradas sindicalistas, juegan en este momento un papel crucial.

Convoquen ustedes a todos los factores revolucionarios que tienen propuestas para solucionar a corto plazo el problema de la caída del poder adquisitivo de los trabajadores y conviértanse en el epicentro de ese debate, para que finalmente sean ustedes mismos quienes presenten una propuesta alternativa y viable a nuestro gobierno. Como una manera de ayudar.



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Juan Carlos Valdez


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