Auditórium

El Tigre: ¡Mi decepción, ante la impunidad en la fiscalía cuarta!

"No hay que llevar a los hombres por las vías extremas; hay que valerse de los medios que nos da la naturaleza para conducirlos. Si examinamos la causa de todos los relajamientos, veremos que proceden siempre de la impunidad, no de la moderación en los castigos. Secundemos a la naturaleza, que para algo les ha dado a los hombres la vergüenza: hagamos que la parte más dura de la pena sea la infamia de sufrirla". Fin de la cita. MONTESQUIEU.

Según reza en un diccionario de Cambridge, la impunidad es la libertad del castigo, o de los resultados desagradables de algo que se ha hecho, y queda sin castigo de parte de la justicia. Pero si aplicamos esto en El Tigre-Anzoátegui, en el expediente MP-34124-2021 en la Fiscalía Cuarta, nos damos cuenta de que es un ejercicio tan común como las necesidades básicas del ser humano.

El índice de percepción de la impunidad e indolencia, colocó a esta fiscalía en el lugar 99 de una escala del 1 al 100 a nivel nacional. Esto significa que, si hay corrupción, y delitos comunes es porque hay impunidad. Para mí, la impunidad es la madre de la corrupción, se pare, donde se pare.

Las causas de la impunidad son las circunstancias personales, morales, y políticas que impiden la aplicación de las sanciones penales, por esta razón los autores de los delitos dejan de ser considerado delincuentes por razones de la corrupción judicial, política criminal, y oportunismo político. Aun así, el privilegio, y la corrupción son factores maleables que permiten que esta desgracia (impunidad) aun cuando existen sobrados elementos de convicción en el expediente señalado, para imputar al delincuente, esto a dos años no se ha hecho, por eso persiste el delito sin castigo en una sociedad corrupta, sin norte, no idealista, y menos revolucionaria, al no aplicarse en forma severa la justicia al delincuente.

Las consecuencias de tanta impunidad podrían reflejarse en una dimensión psicológica, según la adaptación de los mediocres. Este mal deja a las personas, y a la sociedad con efectos tan dañinos que podría generar más actos delictivos perpetuados, en contra de las reales víctimas, como lo es la sociedad honesta, y trabajadora venezolana.

Este caso denuncia públicamente a través de www.aporrea.org/ddhh/a298333.html y www.aporrea.org/actualidad/a307536.html es el más visible efecto de la impunidad, cuando es manifestada en lo legal, y en el ambiente político, en particular con el desecho de las leyes, lanzadas al pipote de la basura. Si el Estado es el organismo que permite que se delinque con las leyes, para que protejan, y se apegan al ejercicio de la impunidad, es una razón negada, a las personas de ser los responsables, y garantes de los derechos de la sociedad honesta, y trabajadora, para ejercer justicia.

De acuerdo con este caso de Impunidad, se mide la seguridad, la justicia, y los derechos humanos, que posicionó a la República Bolivariana de Venezuela con un porcentaje de la más alta impunidad, lo que resulta ya de por si muy preocupante.

La impunidad es un elemento clave en la decepción de los venezolanos. La justicia venezolana no garantiza el castigo del delito, y al dejarlo impune, estimula la reincidencia, y multiplica su ocurrencia. Son fracasos sistémicos imperdonables en el régimen de consecuencias que arraiga la impunidad. Espero que con este artículo se haga justicia, dándole de ipsofacto alta celeridad procesal. Ojalá el poeta fiscal tome cartas severas en este asunto, y ordene aplicar severamente las leyes, como el máximo titular del monopolio de la acción penal.

 



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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