Producir felicidad!!!

La batalla del país se centra en la producción, en la creación y consolidación de un nuevo sistema económico bajo la premisa del socialismo, la democracia, la libertad y la felicidad de la ciudadanía, en este orden de ideas pues tenemos que hablar no solo de la producción de cosas sino también de la creación de condiciones para que nuestro pueblo sea feliz en todo el sentido de la palabra. Ahora bien, esto tiene un conjunto de aristas que van más allá de lo meramente superficial, de lo que se ve allí encima de la mesa. ¿Qué es felicidad, cómo se logra? Estas han sido interrogantes permanentes que el ser humano interpreta cada quien de acuerdo a lo que los científicos llaman, condiciones objetivas y condiciones subjetivas. En el capitalismo la felicidad consiste en acumular dinero y cosas, esto le da poder al individuo y todo consiste en una lucha por "ser mejor", es decir: estar por encima de los demás.

Si estudiamos un poco nuestra historia nos enteraremos que, posterior a la invasión española, pasaron alrededor de 200 años que la provincia de Caracas, es decir, lo que hoy es Venezuela, era una provincia pobre. Se comenta que para 1700, inicio del siglo XVIII, en el país no había ni siquiera telas para vestir un luto, éramos pobres. Luego vino lo que podríamos llamar un boom económico y nuestra producción se centró en el cacao, los que comerciaban este producto se hicieron rápidamente potentados, de allí aquello de "los grandes cacaos", para referirse a los llamados mantuanos, ó "los amos del valle". Pero es importante comentar ciertos hechos para poder ubicarnos adecuadamente en lo que queremos transmitir; los blancos criollos ricos, que adquirieron con dinero títulos nobiliarios, se hicieron esclavistas y se convirtieron en una casta llena de prejuicios, terminaron creando las condiciones para que se desatara la terrible guerra social de 1812 y que luego continuará con la guerra federal hasta la muerte de Zamora y la concreción de la traición de los llamados liberales. Posteriormente hubo intentos de construir lo que podríamos llamar una conciencia nacional pero el pueblo siempre terminó manipulado y engañado por grupos que se posesionaron del poder para usufructo de élites en detrimento de las mayorías. Golpe tras golpe llegamos a la revolución bolivariana de Chávez, l@s y soldad@s del 4F y 27N. Evento desencadenado por el caracazo de 1989, estallido social que fracturó el pacto de gobernabilidad logrado por la burguesía en el llamado "pacto de punto fijo", que no fue sino el pacto de Nueva York, apadrinado por Rokefeller, en donde se excluía a cualquier movimiento de izquierda o que se acercara al nacionalismo como lo existieron en sectores de AD, Copei, URD, etc.

En todos estos acontecimientos la felicidad se centraba en la óptica del capitalismo y la concentración del control del sistema en élites que reeditaron los prejuicios que arrastraba la llamada sociedad mantuana. En esos prejuicios el odio y el desprecio eran aguijones para destacar la superioridad de un sector social sobre los pueblos, así se lo creyeron siempre y hoy continúan igual. Mucha capacidad e inteligencia se ha derrochado para quedar en la nada por celos absurdos, rencillas y complejos. Esto ha sido un talón de aquiles a la hora de concretar un proyecto nacional que nos haga trascender de esa mentalidad pequeña para crecer, producir y generar felicidad a montones y para todas y todos.

Chávez desarrolló el tema del "vivir viviendo", por supuesto no logró crear una teoría, pero lanzó ideas importantes y sus ejecutorias demostraron su convencimiento de que "solo por la vía del socialismo" era posible lograr la felicidad para todas y todos, sin exclusión. Venezuela tiene todo para que treinta y pico de millones de personas vivan felices, a pesar de las sanciones, los chantajes y saboteos. Por supuesto que los prejuicios y la mala intención es un terrible peso muerto para desplegar todas nuestras capacidades. No somos tan ilusos como para pensar que los imperialistas nos dejarán en paz; los gringos necesitan nuestras materias primas cada vez con mayor desesperación, cuando nos referimos a los gringos nos referimos al estado imperialista, no al pueblo estadounidense que es víctima del imperio también. El imperio seguirá tozudamente en su plan desestabilizador contra Venezuela, nos toca por lo tanto unir a todas y todos quienes aman este país, valoran lo nuestro y son capaces de hacer sacrificios por la sanidad de la patria. Pero debemos concentrar nuestras ideas y nuestros esfuerzos en el tema de la mentalidad, el tema de los prejuicios y de los complejos que están sembrados allí en lo más hondo de nuestra psiquis. La mentalidad y cultura mantuana ha hecho mucho daño, tanto así que el pueblo pobre en 1812 terminó alineándose con "los defensores del rey" y en contra de los mantuanos, clan donde la gente pobre ubicaba al mismísimo Bolívar. Luego, Bolívar entendió los mensajes del pueblo y trató de estar a la altura de sus demandas, tanto así que los mismos soldados que lucharon al lado de Boves, "en defensa del rey", traspasaron más tarde la cordillera de los andes para combatir en Ayacucho, al mando de Sucre. Pero Bolívar también fue traicionado y allí mismo surgió escasos 20 años después el inicio de la guerra federal con la consigna justiciera de "tierra y hombres libres" encarnada por Zamora, traicionado también y asesinado, y con esa muerte de Zamora se "enterró" la justicia para los pobres y se impusieron nuevamente los prejuicios y complejos de superioridad de la cultura mantuana.

Bolívar lanzó decretos y proclamas, habló del sistema que produce "mayor suma de felicidad" como el adecuado para que el pueblo sea eso, feliz, ¡pero cuánto ha costado! y a cuantos molesta la felicidad de la gente pobre, los que hemos movido la historia a través de los tiempos, generalmente con el síndrome de chacumbele, para jodernos a nosotros mismos, pero sin el motor de los pobres, los capitalistas del mundo andaría en guayuco. Ahora bien, hablamos de la producción de felicidad, de la generación de ese estado anímico en donde nos sentimos chévere, relajados, felices... Sin duda que es un tema complejo, pero que se debe abordar con mucha creatividad y sin complejo alguno... ¡¿Qué es la felicidad plena, ó "la mayor suma de felicidad" que nos legó el padre Bolívar?!

Yo voy a hablar de temas sencillos y sin ínfulas de sabiondo; pongamos por ejemplo, el metro de caracas, ¿Cuesta mucho informarle a la gente en cuántos minutos aproximadamente pasará el tren que esperas?, no el ritornello gangoso de "por fallas operacionales". ¿Cuesta mucho que cada usuario pueda recargar por el monedero patria su tarjeta del metro? Y así evitarnos colas interminables para hacer tal diligencia. ¿Es acaso imposible controlar las y los vendedores de chucherías y adecuarles sitios para que trabajen sin andar empujando a todo el mundo? Eso no necesita de hacer un magíster en ninguna parte, solo necesita un poquito de sentido común, y no cuesta nada. ¿Es muy difícil contratar a unos muchachos y colocarlos cómo una especie de guardianes de las normas del uso correcto del servicio metro y que con amabilidad, incluso con un buen chiste le diga al señor que se atraviesa en el piso que se levante? Y así sucesivamente; miles de cosas que se pueden hacer sin necesidad de una "gran inversión" que pareciera lo único que nos importa.

Otra cosa... ¡¿Hasta cuándo seguirá malgastando los recursos del estado en una pésima televisión estatal alabanciosa y que no aborda los problemas de l@s ciudadan@s de a pie?! La televisión es una herramienta que llega a los sectores más humildes, siempre ha sido así, incluso el capitalismo la usa como "pan de los pobres" y con sus noveles pone a soñar y llorar a millones; así cómo el capitalismo los pone a llorar y a soñar que algún día serán ricos pegando la lotería. Hagamos de la TV un arma para que el pueblo despierte y se sienta identificado con ella... ¿Acaso es cierto que los revolucionarios nos volvimos tan santurrones que teniendo en nuestro poder cañones de plomo grueso para abatir la cultura capitalista, por el contrario la promovemos pintando todo chévere? Eso decían nuestros medios de Barinas y miren la coñaza que nos dieron, entonces hay que revisar todo a fondo. Hagamos de nuestra televisión algo dinámico, revolucionario, contestatario, denunciante. Nuestros medios deben ser cañones contra la corrupción, la ineficiencia, la burocracia, el vivismo y todo lo mal hecho.

Chávez después del 4F se convirtió en un fenómeno; no repartió cargos, no repartió bloques, ni bolsas de comida, ni juguetes... ¡impregnó al país de esperanza!, lo llenó de lo nuevo, lo llenó de cambio y eso lo tradujo un pueblo alicaído en felicidad, en fé-licidad.

En este sentido, cuando hablamos de producción no podemos cerrar la mente y ver esto cómo solo lo referente a productos, petróleo, dinero, comida, etc. Aunque todo eso es necesario, es poner el coco a pensar y dejar el acartonamiento que nos arrastra hacia la lógica capitalista sin darnos cuenta. Si alguna "virtud" ha tenido el capitalismo es en desarrollar la mezquindad y el individualismo a la máxima potencia, el yoismo crónico que enferma. Revisemos en el entorno de gobierno estas enfermedades y quedaremos sorprendidos. Esto es un mensaje para la dirigencia mayor, que no podemos negar el esfuerzo que en el alto mando existe, y la angustia que estos dirigentes tienen, pero, hermanos, aguas abajo lo podredumbre es descomunal y que se haga metástasis en el país lo de Barinas, por la vía que vamos no es cosa del otro mundo.

Así como hago la crítica le advierto a la derecha; la virtud del revolucionario es abrir la mente a todo para captar lo que hablan las piedras si es necesario. Esa labor de zapa que vienen desarrollando al interior del gobierno no es nuevo, tiene mucha mierda y muchos millones detrás. Los infiltrados están de plácemes por lo ocurrido en Barinas, pero no se hagan ilusiones... nosotros podemos criticar la revolución, a lo mejor nos equivocamos una vez, muchas veces, pero eso de que nos vamos a entregar al capitalismo está bien lejos. Que venga la contrarrevolución es posible, eso lo intentan todos los días, que tome el poder político, que desplace el proceso, que lo desvíe; todos esos son escenarios posibles en una batalla como la que libramos, pero que eso represente una derrota definitiva, eso está bien lejos, y cuidado y de tanto jalar a la cuerda aquí estalla una tercera etapa de la guerra social... 1812-1860-1989... y? La patria del gran Bolívar, la patria de Chávez, de Fabricio, de Chimiro, de Motilón, de Américo Silva, de Sucre, de Anzoátegui, de Zamora no se entregará jamás... ¡No se equivoquen!



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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