Nogales contra Castro y Gómez

A los veinte años Nogales regresa a Venezuela, después de haber pasado 13 años viviendo en Europa. En una recepción en Caracas el dictador Cipriano Castro se burla del acento extranjero del futuro soldado de fortuna y este ni corto ni perezoso le dijo lo que pensaba del régimen, que reprimía al pueblo venezolano, anunciándole que lucharía contra él en cualquier momento.

Castro sentía animosidad contra Nogales por este haber rehusado a aceptar una plaza de oficial de su ejército, de una vez ordeno su arresto, pero el oficial encargado de cumplir la orden le permitió escapar.

En su autobiografía "Memorias del General Rafael de Nogales Méndez" el tachirense narra que es avisado por un primo que la policía se acerca al casino en Macuto, donde se encuentra con una dama y puede huir hacía una playa, donde obliga a un hombre en una canoa entre recibir un tiro o diez dólares para que lo conduzca a un vapor para poder huir.

Logra evadirse a Republica Dominicana, trajeado con frac y zapatos de charol, llega al muelle siendo recibido por el General Mon Cáceres, que era Gobernador de una provincia conocida como El Cibao y en el futuro sería Presidente, que lo invita a ser su huésped.

Nogales ya ha tomado la decisión de permanecer en el exilio, mientras permanezcan gobernando Castro como Presidente y Gómez como Vicepresidente, era el año de 1901.

El tachirense en Santo Domingo conoce al superintendente del ferrocarril, Fatty Johns, con quien se dedica por cuatro semanas a "parrandear" junto a él, aprendiendo a comportarse en este tipo de "juerga", pero al mismo tiempo se ocupó de comunicarse con el Dr. Rangel Garbiras, líder anticastrista, jefe del partido Nacionalista.

El nacionalista insta a Nogales a visitar al Presidente Zelaya de Nicaragua, quien se dirige en barco a ese país, pero naufraga, teniendo que desembarcar en Puerto Cortés, en Honduras, pero al intentar llegar a ese país es detenido y llevado a la ciudad de Guatemala.

Allí colabora con un movimiento revolucionario conocido como Unión Centro Americana que conspira contra el presidente Manuel Estrada Cabrera, a quien iban a asesinar con una bomba, que termina por no estallar.

El venezolano tiene que huir a caballo, junto a su amigo Pancho González, hacia las montañas, logrando conseguir un barco para escapar, donde llegan a Managua. Siendo recibidos por Zelaya, quien le promete todo su apoyo en la lucha contra la dictadura en Venezuela.

Recibe una carta de Rangel Garbiras donde le ordena regresar a Venezuela para participar en una invasión, que había comenzado el 26 de julio de 1901, que a pesar de que ese ataque contó con seis mil hombres fue derrotado.

El capitán haitiano de nombre Bibelot lleva a Nogales a la Goajira en la goleta Libertad, burlando la vigilancia de los barcos venezolanos. Junto a 25 hombres se dirige a Carazúa.

Capturaron a un guía indígena que les informa que las fuerzas del gobierno cuentan con las tribus goajiras, a quienes habían sido apertrechadas por el gobierno con rifles de repeticiones y dinero.

Desde ese momento comienzan un juego del gato y el ratón con tropas goajiras, que terminan con pequeños enfrentamientos, pero al final llegan a su destino en Carazúa y Nogales se presenta al General Ortega, presentando sus credenciales como representante del Dr. Rangel Garbiras.

Ortega le informa sobre los acontecimientos que se están produciendo con la Revolución Libertadora, patrocinada por la Bermúdez Asphalt Company.

Las fuerzas del gobierno están comandadas por un valiente General de nombre José Antonio Dávila quien ataca con fuego de artillería a los rebeldes, causándole muchas bajas.

Nogales le toca el comando del ala derecha, recibiendo noticias de que se acercaban tropas de refuerzo enemigas. La situación era muy crítica ya que podían verse envueltas entre el centro enemigo y su ala derecha.

A pesar de que el fuego de los cañones de Dávila les causa muchos infortunios, ordena una carga a machete, que realiza, una y otra vez, también contra expertos macheteros de gobierno.

Al caer la noche el combate termino, sin ningún bando siendo ganador, pero con una gran cantidad de muertos en los dos grupos.

Con una herida de bayoneta en la pierna tiene que abrirse paso entre los grupos de merodeadores goajiros y en la costa se hace vela para Santo Domingo, donde recupera su delicada salud.

Luego de ocho años de ausencia Nogales Méndez regresa a Venezuela, había cabalgado junto a los rurales mexicanos, fue vaquero en Nevada, espía en el conflicto ruso-japonés; donde fue herido; luego aparece de cazador y minero en Alaska, participa en la Revolución Mexicana.

Retorna ocho años después, ya no está Cipriano Castro, manda Juan Vicente Gómez. Poco tardaría para darse cuenta que este gobierno no sacaría a Venezuela del atraso donde estaba sumida.

Nogales Méndez no sería el único que sería engañado, el Mocho Hernández y Rangel Garbiras creerían en la supuesta política de apaciguamiento comenzada por Gómez, siendo parte de ese Consejo Consultivo que nunca fue vinculante de las acciones gubernamentales.

Nogales por artículos de prensa pide la paz y la libertad, para callarlo le ofrecen un alto cargo en el gobierno, que rechaza.

A la muerte de Rangel Garbiras en 1910 se dirige a tratar de salvar el Partido Nacionalista en los Andes. Lanza una primera proclama donde informa su promesa a Rangel Garbiras de reconstruir el movimiento.

En una segunda proclama, critica que la jefatura del Partido esté en manos del Mocho Hernández, quien acusa de haber disfrutado de todos los presupuestos gubernamentales y haber ganado solamente una batalla.

El 25 de septiembre de 1911 lanza su Proclama de Ureña, alzándose en armas contra Gómez, con el lema "Libertad y Orden".

Al frente de ochenta hombres invade Venezuela llegando a las cercanías de San Cristóbal, siendo derrotado. Se enfrenta con las patrullas de un bravo general gomecista y primo del dictador; Gral. Eustoquio Gómez.

El militar aventurero no puede mantener sus éxitos, debido a los espías que se habían introducido en sus filas.

Según cuenta Rafael de Nogales Méndez en su autobiografía que habían levantado la primera protesta armada contra el régimen que un periódico alemán tituló "un borrón en las páginas de la historia de las naciones civilizadas".

Nogales retorna a Colombia y licencia a sus hombres. En ese país sufre varios atentados en donde se salva milagrosamente, uniéndose a un "grupo de caballeros" que no querían ser muertos por la Policía de ambos países, en las montañas de Gramalote.

Para 1912 Nogales se dirige a los llanos venezolanos buscando al General Valentín Pérez que invadió Venezuela por el Arauca y se encontraba escondido en el Capanaparo. Burlando las flechas envenenadas de los indios guajibos encontró el resto de las tropas, conduciéndolas a territorio colombiano.

Desde allí parte a Nueva York, en donde prosigue su polémica con el Mocho Hernández hasta que en un restaurante de Broadway liman sus diferencias y acuerdan invadir Venezuela, el Mocho por la Guayana Británica y Nogales por Arauca y Casanare, uniendo sus dos ejércitos en los llanos venezolanos.

Desde Colombia realiza su invasión a principio de 1914 con 17 hombres, capturando un pueblo fronterizo conocido como El Viento, tomó las poblaciones de La Trinidad, Palmarito y Unceín. Controlando por dos meses esos territorios.

Pero se quedó esperando al Mocho que nunca llego, para atacar San Fernando. El gobernador Mogollón envió tropas a bloquear su avance sobre el Apure.

Los llanos se encontraban inundados, tienen que dirigirse al pie de la cordillera, pero era esperado por los chácharos de Eustoquio Gómez y como era tonto enfrentarse con tropas más numerosas y mejor armadas, penetra en la selva del río.

Toma Palmarito, burla la persecución de las tropas gomecistas, llega a las orillas de la selva del Apure. Espera tener noticias de Hernández, hasta que recibe informes que el Mocho había tenido dificultades con las autoridades de Guayana.

Da la ordenes de retirada ya que se aproximan poderosas fuerzas gomecistas de varios regimientos. Cruza la frontera, después de haber tenido en sus manos uno de los territorios más ricos de Venezuela.

De Colombia se dirige a Curazao en donde se entera que Francia había declarado la guerra a Alemania. La noticia lo alegra ya que su lema era: "Cuando veas una buena guerra, ve a ella". Pero esa es otra historia.

Al regresar de la Gran Guerra, se dirige a las montañas de Gramalote a una hacienda, a escribir su primera obra "Cuatro Años Bajo la Media Luna". Se topa con Juan Vicente Gómez, quien creía que el libro era en su contra, trata de evitar su salida de ese lugar.

Nogales realiza una proclama desde Barranquilla, el gobierno venezolano logra por presiones que salga.

Cuando se dirige a comienzos de 1924 a Alemania invitado por su cuñado el Conde de Westerhold, donde permanece un año, el cónsul venezolano informa al dictador que Nogales "abriga" los deseos de publicar un libro en su contra.

Para 1925 Nogales es aceptado en "la Unión Obrera Venezolana" y en sus palabras de agradecimiento señala a Gómez como "bestia apocalíptica".

A mediado de año interviene en el acto fundacional en La Habana de "La Liga Antiimperialista de la Américas", que era presidida por Salvador de la Plaza.

Terminando el año tiene roces con el antigomecista Arévalo Cedeño, demostrando el mundillo de intriga de los exiliados.

El año siguiente Nogales se dedica a promocionar su libro por Europa y el gomecismo se dedica a desprestigiarlo.

En 1929 durante su estadía en Curazao se entrevista con varios estudiantes exilados, el año anterior el Foreign Office ingles informa de la campaña de Nogales para denunciar las intenciones de Gómez de vender a la "diplomacia del dólar", para establecer una nueva Panamá, integrada por la costa occidental del lago de Maracaibo, la península de la Guajira y el norte del Departamento del Magdalena.

En 1931 Nogales le escribe al Presidente interino de Venezuela Juan Bautista Pérez para denunciar los negocios del hijo de Gómez, José Vicente, Diógenes Escalante y otra persona a cambio de una concesión petrolera.

Un año más tarde se dirige al Departamento de Estado reclamando la entrega del sable de Páez regalado por el dictador venezolano al General Pershing.

El 22 de junio 1934 realiza críticas en contra de Gómez desde el hotel Cosmos de Washington llamando a la División Latinoamericana del Departamento de Estado.

Pero lo que recibe son críticas y calumnias.

Ese año y el siguiente, escribe artículos para La Opinión y el San Francisco Chronicle, en Hollywood se entera de la muerte del dictador e inmediatamente se dirige a Venezuela.

Así fue la vida de este caballero andante que enarbolo su lanza en contra de las dictaduras que asolaron Venezuela a principios del siglo XX.



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José Rosario Araujo


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