Alquimia Política

Inicio de vacaciones de los docentes y personal adscrito al ICEP-Portuguesa

Foto: Centro de Bellas Artes "Amanda Muñoz de Urriola" semillero de la cultura en Guanare | Gobierno de Portuguesa.

Una de las tareas más importantes del Instituto de Cultura del estado Portuguesa, ICEP, es el plan de formación en áreas de las bellas artes y oficios, que eleva la condición de institución de enseñanza de las habilidades y destrezas para la consolidación del talento artístico de las nuevas generaciones.

En este sentido, el ICEP, en su condición de Institución de enseñanza bajo el criterio de ejes transversales, se suma al período de vacaciones escolares en sus Centros de Bellas Artes, la Biblioteca Pública y alguna que otra estructura cultural que por Contratación Colectiva entra en este rigor vacacional. Para nadie es un secreto que el ICEP, está retomando el camino de las Escuelas de Formación artísticas, ya organizando la activación de las Escuelas de Danza, Teatro, Pintura y Música en Bellas Artes Guanare, y mantiene la prosecución formativa en Bellas Artes Acarigua, así como los Talleres formativos en las diez Casas de Cultura que se activaron nuevamente después de varios meses cerradas por la Pandemia del Covid-19.

El ICEP, está despertando después de una hibernación obligada para preservar la vida de los ciudadanos y ciudadanas del estado Portuguesa; no es que ahora el problema de pandemia haya pasado, sino que ahora hay medidas más racionales y efectivas para combatirlo y minimizar el número de contagios. Bajo ese esquema de bioseguridad, hoy se le ha dado cuerpo y forma a una planificación que no queda solamente rezagada a la formación académica-escolar, sino que va más allá, buscando integrar a las comunidades al trabajo creador, con un brillo que impacte en la consolidación de nuestra idiosincrasia local.

A todas estas, la cultura no se genera en el vacío, sino que se construye históricamente; la formación en el ICEP, se da bajo el criterio de una cultura cuyos límites es el talento de las personas, ofreciendo una educación de las artes que busca la comprensión de las tareas educativas, integrando a los docentes, talleristas, profesionales de instituciones culturales, con quienes acuden al ICEP, en búsqueda de herramientas para mejorar y pulir sus habilidades y destrezas. Se busca en el ICEP, estimular el diálogo entre docentes y aprendices, para construir visiones conjuntas que resuelvan los problemas del ejercicio permanente de la cultura local y regional que sea autóctona y exaltadora de los valores aborígenes de nuestra tierra.

En el ICEP, nuestros docentes y talleristas, se hacen desde la reflexión y el diálogo, consolidados por la calidad educativa de los facilitadores y partiendo de un plan de acción que concentra cuatro perspectivas que le dan fuerza a la enseñanza: un aprendizaje que apunta a los conocimientos que adquieren los/as estudiantes; una pedagogía que hace referencia a cómo las personas implicadas en el proceso educativo conciben su quehacer; incentiva a la comunidad a revelar la naturaleza de las relaciones sociales en el aula y fuera de esta; y la generación de un medioambiente enfocado en el espacio físico donde se trabaja, los materiales y el tiempo destinado a la educación de las artes.

El plan de formación del ICEP, se enmarca en un programa educativo que busca mejorar el tradicional espacio tedioso de la Escuela formal para el alumnado, involucrándolo con talleres donde se genera un proceso participativo activo, con el fin de estimular los aspectos creativos que rodean una conducta humana hacia las bellas artes.

A grandes rasgos, se está ante una educación artística impartida por docentes que son ejecutantes de sus talentos creativos y no docentes bajo la formalidad de una academia que ante la exigencia de un dominio de reglas y preceptos científicos, tiende a opacar el papel de la enseñanza humanista e integradora de los saberes. El ICEP, tiene un plan de formación que es impartido por artistas o cultores/as con formación pedagógica o asistidos por docentes, donde los participantes se motivan y se sienten estimulados para conquistar el máximo nivel del aprendizaje de las herramientas y técnicas que harán posible el fortalecimiento de sus habilidades creadoras.

Es importante precisar que en el ICEP, la formación artística se orienta hacia la calidad, ocupando un espacio relevante en la formación de las personas escolarizadas, donde se complementa la formación en Artes Visuales y Música por medio de diversos talleres presentes en las horas de libre disposición o fuera de la jornada escolar obligatoria.

Del mismo modo, en el ICEP, se cuenta con los recursos necesarios en términos de infraestructura, materiales y tiempo asignado, siempre con los límites propios de la depreciación de los espacios físicos; esos recursos van orientados en razón de una planificación que considera los contextos culturales en razón del conocimiento significativo, a partir del contexto de la realidad de cada estudiante y permitiendo desarrollar su pensamiento abstracto, reflexivo y crítico. Siendo evaluado según objetivos que exigen y articulan, a lo largo de los años, el establecimiento de vínculos con la comunidad local y con la comunidad artística, en razón de promover la realización de actividades de arte y cultura en el ámbito del paisaje urbano y natural de la colectividad.

En el ICEP, tenemos nuestra propia nomenclatura: el cultor o cultora, que es la persona que practica una técnica propia de su cultura de manera tradicional; la tarea de hacer un desarrollo de públicos y/o audiencias, como proceso estratégico de carácter formativo y a largo plazo que busca, mediante la interacción, hacer más accesibles a la comunidad las manifestaciones artísticas para que las personas vivan una experiencia significativa de goce y valoración; el respeto a la diversidad cultural, originalidad y pluralidad de las identidades que caracterizan los grupos y sociedades, permitiendo el intercambio, la innovación y la creatividad, constituyéndose en patrimonio común de la humanidad, que debe ser reconocido y consolidado en beneficio de las generaciones presentes y futuras; el eslogan de una "Educación Para Todos", como compromiso para dar educación de calidad a niños, niñas, jóvenes y adultos; el respeto a la igualdad de género, como la capacidad de ser equitativos y justos en relación al trato de hombres y mujeres, teniendo en cuenta sus diferentes necesidades; la identidad con el género, como un conjunto de características sociales, culturales, políticas, jurídicas y económicas asignadas socialmente en función del sexo de nacimiento y aprendidas durante el proceso de socialización; la mediación artística, en el marco de la comunicación que permite a quienes acceden a una obra artística comprenderla y apreciarla mejor; el reconocimiento del Patrimonio cultural inmaterial, que se refiere a los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes a las comunidades, grupos y, en algunos casos, individuos que se reconocen como parte integrante del valor patrimonial de la cultural y la gente.

En el ICEP, se logra transmitir de generación en generación, la recreación de una interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. Se da la percepción del espacio/lugar, el cual comprende el espacio más allá de sus cualidades geométricas articulando conocimientos, emociones, experiencias y vivencias para reconocer en los lugares lo que nos vincula a ellos. Es una tarea que busca fortalecer las técnicas artísticas que son los procedimientos y recursos por medio de los cuales se pone en práctica una manifestación creadora desde los miembros de una comunidad.

A todos nuestros docentes del ICEP, así como al personal de Biblioteca y Bellas Artes, les animo continuar con su tarea de una educación para todos de calidad; a incorporarse con fuerza al culminar estas merecidas vacaciones a las tareas de darle prosecución a un proceso cultural dinámico y vital, que no oculte su papel histórico y sea la mejor excusa para honrar la memoria de quienes ya partieron y dejaron honda huella en nuestros planes de formación artística y cultural, como es el caso del profesor Pastor García (1939-2019).

 



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Ramón Eduardo Azócar Añez

Doctor en Ciencias de la Educación/Politólogo/ Planificador. Docente Universitario, Conferencista y Asesor en Políticas Públicas y Planificación (Consejo Legislativo del Estado Portuguesa, Alcaldías de Guanare, Ospino y San Genaro de Boconoito).

 azocarramon1968@gmail.com

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