Sant Roz volvió al combate aporreando con todos los hierros

Siete meses y dos dias tenía José Sant Roz sin escribir en esta página web. Ya meterse en Aporrea había bajado de interés para los que buscamos informaciones motivadoras para la acción revolucionaria o material creíble producto de la praxis. El escritor irreverente, sin pelitos en la lengua, que parece una metralleta acabando con los falsos ídolos creados por el capitalismo, se nos había ausentado, pero volvió, volvió, volvió.

Hoy volvimos a encontrarlo, con uno de esos artículos de antología, en el cual describe y desnuda de un solo plumazo a la sociedad mexicana y las formas de su funcionamiento, producto del trabajo cultural que los gringos han hecho sobre ella durante los últimos 100 años. Sant Roz no tiene piedad ni hace concesiones, es directo, certero y con su pluma derriba mitos y leyendas que se han ido instalando en forma progresiva en la mente de muchos pueblos de la Aby Ayala.

En los últimos meses era raro encontrar que, entre los más leídos articulistas de esta página web, los que ocupaban los primeros lugares tuvieran más de 1.000 visitas. Ayer apareció Sant Roz y ya lleva 1.700, ocupando el primer lugar, seguido por nuestra famosa economista Pascualina Curcio que va de segundo con 1021 visitas.

José Sant Roz, con el nombre que se le conoce, es un escritor con más de 25 libros escritos y miles de interesantes artículos, entrevistas y reportajes a famosos. Heredero del talento y carácter de su hermano Argenis Rodriguez, quien en la IV República hacía temblar a los adecos y a la izquierda exquisita con sus punzantes escritos. Argenis en la IV y Sant Roz en la V República son considerados "escritores malditos", odiados y temidos por los detentadores del poder, pues no fueron ni son genuflexos ni tarifados palangristas vendidos al mejor postor. Argenis Rodriguez y José Sant Roz son de una misma estirpe, no se dejan doblegar y eso se paga bien caro.

Durante siete meses no supimos que había pasado con Sant Roz, hubo poca preocupación por su alejamiento, muchos de sus detractores habrán rezado para que más nunca apareciera su nombre en las redes. José superó al Covid 19 que lo atacó duramente en conjunto con su esposa María Eugenia y estuvo reponiéndose en una granjita que posee por la población de Canaguá cosechando sus propios alimentos. Bienvenido otra vez Sant Roz, los que apreciamos tu talento y tu calidad humana, te agrademos que de nuevo estés con nosotros. Síguele dando "palos al tiburón" que nosotros te haremos coro hasta que logremos derrotarlo.



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Juan Veroes


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