Tiempo final y comienzo de una nueva era

Desde que hay realidad así ha sido, no existe duda, Descartes lo planteó, Kant, y cuantos podríamos nombrar de una lista numerosa, sobre sus hombros se han establecido no pocas de las mayores cuestiones que nos permiten decir qué hay y qué no, pues son los referentes del pensamiento sobre lo que se ignora y se quiere saber, por lo menos para quienes se cuestionan la serie de hechos que acontecen y no dejan de sorprendernos diariamente, de cómo somos en nuestra constitución, desde lo espiritual, lo mental y lo físico, armonizados por la conciencia, cuando se está despierto, nos damos cuenta, aprehendemos y de alguna manera intuimos que lo que hay está aquí, y es ahora, con lo cual, estando en el presente, siendo testigos, será lo que creo, y por ende lo que para mí es; todo dentro de la nada, a modo de espacio infinito, vacío, en el cual se manifiesta y ponen en evidencia, lo que en el imaginario colectivo acontece, y al que apelamos y es el fundamento de la comunicación con las masas. Se acata, pero no se cumple, reglas impuestas por las circunstancias de nuestra realidad histórica, y de los asuntos de intereses y relaciones en nuestros ámbitos y la cultura, o deberíamos decir las culturas con las cuales nos hemos formado. Y lo digo en plural, tratando de poner en claro que ya estamos predestinados a vérnosla con todos y todas, no podemos seguir mirando al universo desde nuestro ombligo, desde donde se nos impone una ideología, se nos encierra en un paradigma, y nos restringen a una episteme propia, con una tranquilidad pasmosa, negando que hay más que lo que se supone, consecuencia de lo que ha sido la peor equivocación cometida al prestarnos a esta existencia que no es fortuita, no es casual, no proviene de un azar, sino del designio de una ennoia que nos muestra la luz, como si de irracionales se tratara, versiones que han servido a quienes detentan poder y lo administran a su antojo, a sus anchas, y cuando no, se imponen a la fuerza, sometiendo a cualquiera que ose disentir.

Saber es poder, en cuanto a conocer, entender y tratar de interpretar teniendo los elementos de juicio previos para dar una opinión plausible. Entonces me pregunto cómo es eso de que siendo el ser de tal perfección creador y hacedor de todo, y de su hijo, no nombra para nada a su hija, a su imagen y semejanza, en quienes insufló su hálito vital, y dotados de libre albedrío, aunque sufriendo de amnesia, perdiendo de localidad espacial esa memoria que nos recuerda y puede llegar a ser referente antiparadojal, evitándonos los sinsentidos, o caprichos de los sinos del destino, de una causalidad, un defecto, una interferencia por la imperfección de los sentidos, o por el ocultamiento que incapacita el darnos cuenta, de poder soñar, de imaginar, de saber que todo y nada es ilusión. Siendo que estamos somos, puesto que ya "... en el espíritu de todo hombre existía una dimensión intrínseca a la función imaginaria, y que el poder del sueño, hasta el fantasma, que la fuerza del símbolo y la maternidad de la imagen componían una especie de "fantástica trascendental" que no se podía ignorar, salvo que se quisiera mutilarse." Porque en todo hay engaño, se miente con descaro, se impone a rajatabla y se quiere que todo siga siendo igual que como hasta ahora, cuando hay más comunicación, más información, más son las posibilidades, queriendo, teniendo la intención de saber, qué es lo que nos conviene y que nos perjudica.

Desde la más mínima partícula, desde la singularidad, desde la propia expresión de las formas y cualidades que les hemos incorporado, que ha sido dividida, separada, escindida, dual, a cara o cruz, principio y fin, energía y material, cuerpo y espíritu, idea y pensamiento, mente y cuerpo, onda y vibración. Es lo que los místicos, filósofos, sociólogos, antropólogos, psicólogos, psiquiatras, historiadores, recurriendo al tiempo de remitirnos de nuevo al mito, a la racionalidad de la razón, a partir del logos, al despliegue oculto de la fuerza que en cada era se manifiesta, se remantiza, y cada época dice que no fue lo que fue, sino lo que es, enajenándonos. Entonces nos preguntamos ¿Quiénes somos? ¿Quiénes son lo que nos dicen lo que somos? Tenemos la mínima idea para decirlo, tú lo sabes, él o ella. Yo, no lo sé. ¡Pues entonces "Se resucita la figura del profeta acompañado de la ennoia de Dios! ... vínculos del hermetismo renaciente con el nacimiento de la ciencia: ... del mito de la razón, ... sumergir, como decían los alquimistas, en su baño original, haciendo resurgir la razón general de todas las razones desplegadas. ... fundamento que anclaba la razón a su razón superior." Y puesto que sé que nada sé, frente al mundo, a esta realidad que no es nada, solo soy testigo, solo eres testigo, frente a la idea que expresamos como propia, personal, sujeta a cuantos quieran determinar en este presente fluctuante en el que nos dirigimos a la eternidad. ¡Prodigioso proceso de liberación personal, de liberación del pensamiento, de liberación de las facultades de crítica y del libre examen! , para que salten las trabas, se abran los cerrojos de las puertas y las ventanas; que circule el aire por nuestros pulmones, por toda la casa, por la Tierra, a través de los sumideros, las chimeneas. Lo significativo es "... el haber abierto la vía a nuevos modos de pensar, el haber hecho descubrir continentes desconocidos cuyo espacio, sobre los mapas. no había figurado más que bajo la forma de blancos." Asegurémonos de que todos los dominios del saber buscados por todas partes, no han cesado, he ahí develándose todos los misterios de la vida en toda su magnitud, en toda su plenitud.

El verdadero cambio reside en cada uno, hombre o mujer, en cada ser, en cada individualidad, sin resistencias ni reticencias ante el vertedero de la historia como creación entre cursos y recursos, con verdaderas transformaciones, y no simples saludos a la bandera, en un ciclo incesante de esquemas tripartitos, de imposturas desde lo alto hacia lo bajo, de la cúspide a la base, de los pocos sobre los muchos, haciendo que sea cada vez más hondo y profundo el abismo que se yergue entre los ideales de amor y de bondad, con la certeza de que lo que se está haciendo se hace por los demás. Fácil decirlo cuando desde posiciones de confort, se quiere vender que se es altruista, y que se trabaja para servir a los demás, a las demás. No se pueden llamar guías, a los pocos que son ricos, frente a los muchos que son pobres, a los que viven del Estado, pues gobiernan a sus anchas, saltándose las leyes, las normas, los procedimientos establecidos, apoyándose en falsos liderazgos, en mesianismos desfasados de la realidad actual, la del siglo XXI, de la pandemia y el Coronavirus, de la debacle económica, de los asuntos insoslayables del calentamiento global, de la eliminación sistemática de las libertades individuales, de los derechos humanos, de las reivindicaciones sociales, de la seguridad jurídica, personal y de lo poco que se tiene para sobrevivir ante la andanada de prejuicios, monomanías, de segregaciones y aislamiento de los que piensan distinto, que se atreven a hacerle frente al poder fáctico.

Qué nos depara el ahora con respecto a esta crisis terminal, que ha generado este caos en el que nos han sumido los que hasta ayer destruyeron las fuentes de recursos, explotando inmisericordes todo en su vorágine, y ahora como resultado se quieren hacer las víctimas. Esta espada de Damocles sobre los muchos que somos pobres de solemnidad, víctimas principales del Covid-19, que pasó a ser 20 y ahora 21, en sus tercera y cuartas fases de mutaciones y agresividad superiores. Está infligiendo más daños, más tormentos y angustias, con mayores casos de infestados, más enfermos y mayor número de decesos. Nos siguen fetichizando, mistificando, ideologizando, manipulando, estas nuevas elites, estos grupos, sectores, clases altas y medias altas; ese el 1% de los 800 millones de la población total del planeta, y las elementales consideraciones que se deberían tener por quienes llevan tres siglos explotando, depredando, destruyendo y socavando la existencia de las especies terrestres, poniendo en grave riesgo, más que el propio Covid-192021, que apenas es otro de los daños que en el fondo tienen el mismo componente estratégico impuesto por la mentalidad de quienes dominan desde 1750 el mundo con el sistema que se impuso a partir del siglo XI, en la Europa de los burgos. Estamos al final de la era, y con ella, también de los referentes conocidos. Entramos en lo que para muchos y muchas no es comprensible, era cuántica, del 5G, de la 5D, en la que la tecnología, y la Inteligencia Artificial, serán las que marcarán el rumbo luego de la colisión que está gestándose, de las cual se impondrá el Nuevo Orden Global. El control, como nunca antes en este planeta, donde el 1% del 1%, ejercerá hegemónicamente el control absoluto y total de todas las criaturas y creaturas de este universo.



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Franco Orlando


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