Carta dirigida a Roberto Henríquez

El presidente de la democracia cristiana en Venezuela reconocida por la ODCA, asilado en la embajada chilena. Comete errores que se le podrían aceptar por estar encerrado en esa residencia. Pero debe tener mecanismos o personas capacitadas de confianza que le orienten para la toma de decisiones políticas.

Los dirigentes nacionales de los partidos son los menos llamados a salirse del marco de la sindéresis, porque hoy por hoy es cuando el país necesita del máximo de su inteligencia para rescatar el verdadero sentir del sistema democrático.

Las designaciones de las directivas regionales de la organización que usted preside, en su mayoría están fuera del contexto de la realidad de esta región, pareciera más bien que existe una especie de enamoramiento, en el buen sentido de la palabra, hacia las personas, como primera condición para asignarles la jefatura de los destinos de la democracia cristiana en la entidad.

Sucedió con Leonardo Guzmán en donde usted y Luis Ignacio Plana se peleaban por lograr el apoyo de ese abogado, quien en las primeras de cambio renunció y se fue para Primero Justicia en la administración de Gustavo Marcano, derrotado este, al ser despedido del cargo en la alcaldía de Urbaneja se mete a adeco para trabajar con Barreto Sira en la gobernación del estado.

Hoy nombra de presidente regional al educador Pedro Luis Rodríguez, el cual no ha podido ganar el sindicato de maestros, negándose a entregar las oficinas a la profesora Mercedes Matei. Aparte de eso ha convertido La Casa del Maestro en Barcelona en una feria de hortalizas y supermercado, quitándole imagen al centro gremial por el cambio de uso.

Es cierto que perdonar es de humanos, pero no debes olvidar que Pedro Luis Rodríguez encabezó una protesta en tu contra pintando las paredes de la sede en Cujicito, cuando no le dieron el apoyo a Antonio Cedeño, como candidato a la gobernación.

Y en ese currículo violento de Pedro Luis Rodríguez, tienes que recordar la pelea que tuvo con José Pereira en pleno comité regional, donde a uno de ellos le agarraron 12 puntos en la cara por el lanzamiento de una engrapadora.

No sabemos si te falla la memoria, pero fue pública la pelea en La Casa Sindical, en el enfrentamiento con unos jóvenes reclamando el derecho de unas primarias para postular el candidato de tu organización para la gobernación del estado. Pedro Luis los amenazó con agredirlos y los muchachos se defendieron, tocándole la peor parte.

Este señor no tiene una pizca de solidaridad, durante la enfermedad del profesor y cantautor Carlitos Rivas, que era su apoyo permanente, no fue capaz de auxiliarlo, ni siquiera de irlo a visitar al hospital en sus últimos días de vida.

Cometiste el grave error de premiarlo al nombrarlo presidente de la democracia cristiana en Anzoátegui, para que actúe clandestinamente, sin oírse la voz de sus directivos. Haciendo a la vez nombramientos sin pies ni cabeza. En Lechería, nombran presidente a Asdrúbal Trujillo, cuyo único aval es haber sido hermano de un directivo del partido.

Viene de ser persona de confianza de la alcaldesa de Puerto la Cruz, Herminia García, sobrina de Lina Ron, y que supuestamente ejercía como contratista de la municipalidad. A que vino a Urbaneja, ¿es acaso una quinta columna de los chavistas? No conforme con esto, me nombran secretario general del municipio, sin mi autorización. Irrespetando la dignidad de la persona humana, principio elemental de la democracia cristiana. No pedí, ni quiero ese cargo.

Estimado Roberto póngase las pilas, actívese, si no puede hacerlo, renuncia y vuelve a tus raíces, mudese a su región a aspirar la alcaldía de Caroní. Y deje de creer que es dirigente nacional.



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Claudio Schiveci

Exdirigente juvenil en el Liceo Cajigal de Barcelona, Cofundador de la revista Horizonte, redactor de la revista cultural Candilejas. Columnista en los diarios El Metropolitano, La Nueva Prensa de Oriente y Diario Impacto en Anzoátegui.

 claudioschiveci@gmail.com

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