El 6D: ¿Las ranas (pueblo) seguirán votando por los alacranes corruptos?

Fabula del alacrán, y la rana. El alacrán quería cruzar el rio crecido, pero no sabía nadar, por lo que pidió a una rana que lo transportara. Esta se negó por temor a un ataque mortal del primero. Finalmente, el alacrán la convenció de que no le haría daño, logró subir a la espalda de la rana y esta empezó a cruzar el curso del caudaloso rio. Cuando estaban a mitad del trayecto, el alacrán levantó la cola e inyectó su mortal veneno, con lo cual ambos animales fueron hacia una previsible muerte, mientras el alacrán lamentado le decía: "Perdóname, ranita, pero es mi naturaleza el ser así". Fin de la cita.

Son muchos los políticos opositores venezolanos que actúan como alacranes: creen que están predestinados a vivir en la opulencia, la trampa, y la viveza, por toda la eternidad; ¿Eso es verdad, por el escenario electoral de las elecciones parlamentarias de este 6 de diciembre del 2020? Con razón escuchamos al presidente Maduro decir, que si la oposición ganaba el 6D la Asamblea Nacional, el renunciaba a la presidencia, por algo lo diría, a está oposición corrupta funcional siempre le escuchamos, sus cotorras sobre lo mal que anda nuestro país, sobre los desastres económicos que nos ahogan, el cinismo de esos falsarios políticos opositores financiados por el gobierno, que se roban también los dineros públicos mientras pronuncian fatuos discursos prostibularios, son los mismos que hacen movilizaciones políticas de campaña electoral con los dineros de la corrupción, que los ha convertidos en unos vulgares ladrones, son los mismos diputados que exigen coimas por las cajas clap’s, dan asco cuando son entrevistados en los programas de opinión de TV, por moderadores jala bolas de baja estofa que embrutecen a las ranas (el pueblo), mientras vemos el drama de los niños frente a los semáforos, pidiendo dinero, y comida etc. Parece que frente a estos criminales no hay nada que hacer.

Venezuela con estos opositores vendidos seguirá siendo una porquería, nos dice el tango. La sociedad venezolana con esta invasión de comerciantes árabes, chinos, y extranjeros especuladores de todo pelaje parece estar podrida, este país es un desastre, el sistema sociopolítico no tiene remedio; los mafiosos enchufados cívicos militares son tan poderosos que nadie los puede parar; los venezolanos, nos hemos vueltos zánganos, nos jodemos los unos a los otros; nos han convertido en un pueblo sin redención, condenados a la desgracia eterna de la miseria económica, y a la putrefacción moral. Esta forma de ver la realidad: sin gasolina, gas domestico, fallas en el agua, electricidad, internet, sistema de salud público etc. Nos hace sentir prisioneros de un sistema de gobierno injusto, y denigrante, pero inevitable de seguir en sus torpezas. La admitida omnipotencia de una estructura militar opresora nos sirve de explicación para adecuarnos resignadamente a la mala situación de la calidad de vida, y tratar de sobre vivir, dentro de este marco de opresión, lo mejor que se pueda.

Esta aceptación fatalista de un gobierno inhumano se basa en una gran mentira: de que los ciudadanos –ranas- no pueden hacer nada al respecto. Todos ahora parecemos unas ranas masoquistas que, aun a sabiendas que nos hacen daño, muchos siguen tolerando este nocivo régimen político, ahora con sus alacranes opositores. La historia universal, y contemporánea, ha demostrado lo contrario de lo que pregonan estos politicuchos. Los pueblos –ranas- tienen la capacidad de elegir su propio destino utilizando dos herramientas fundamentales: la fuerza interior de la lucha por la libertad, y la educación basada en valores. Aunque este perverso sistema social favorezca la corrupción, injusticias, discriminación, marginalidad, donde un pastor evangélico alacrán corrupto, logró el milagro de convertir la sopa en guiso etc. Cada ‘rana’ siempre puede optar por una conducta ética y moral correcta. En su interior, cada venezolano que sufre esta tragedia, debe saber que nadie puede obligarle a ser apoyador de ladrones o políticos venales.

Si el venezolano quiere ser corrupto, y sinvergüenza, viendo este desastre es porque quiere serlo. Los venezolanos no nacieron con un sello genético que diga: de izquierda, derecha, revolucionario, bandido, delincuente o ladrón de las arcas públicas. En cierto modo en este mundo tecnológico de alta gama, los venezolanos se parecen a las computadoras: llevan a cabo tareas según los programas con los que han sido cargados. Si el venezolano desde niño aprende en el hogar, escuela, y entorno social pautas de conductas amorales, permisivas, carentes de límites éticos, entonces, cuando sea adulto, tenderá a poner en práctica esos antivalores. Si un joven se educa, y crece dentro de una familia, y en unas escuelas respetuosas de los principios morales, cuyos miembros asuman en la vida diaria valores como la honestidad, la solidaridad, la justicia, el amor al prójimo, la dignidad humana, el trabajo honrado etc. Es bastante probable que ese joven, cuando sea adulto, sea una persona recta, honrada, trabajadora e interesada en construir una sociedad mejor. No podemos seguir formando alacranes, los venezolanos con un sistema electoral justo, y transparente de seguro que sabrán elegir.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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