La muerte historiográfica del medinismo alimenta el antichavismo

La historiografía de la Venezuela del siglo veinte, indudablemente está colmada de claroscuros; en ella se encuentran medias verdades, satanizaciones y muchos procesos invisibilizados. Lo grave de este asunto es que esta historia ideologizada como falsa conciencia, da origen a presupuestos teóricos que, a su vez, dan legitimación a prácticas políticas del presente. La historia-acción es una práctica ideopolitica de vieja data, aunque todavía no se le ha otorgado carta de ciudadanía académica.

En este orden de ideas, vale la pena destacar la satanizaciones que la historiografía adeca ha endilgado a la cuestión militar, achacándole al estamento castrense todo lo negativo en la historia nacional del país, así como también; y al mismo tiempo, ha sembrado la idea que la luz de la democracia y del progreso llegaron a estas tierras de la mano de Acción Democrática, con el golpe de estado de 1945, contra el general Isaías Medina Angarita.

La invisibilizacion adeca del gobierno medianista, pero sobre todo de su política petrolera, también ha sido acompañada por la versión historiográfica marxista-leninista, cuestión que todavía falta por aclarar en el afán historiográfico nacional.

En los tiempos que corren, cuando la soberanía nacional está en peligro y la cuestión petrolera reclama mayor protagonismo y participación por parte del pueblo venezolano, es de urgente necesidad política, visibilizar el astronómico empuje en materia de soberanía nacional petrolera que la nación alcanzó bajo el mando del general Medina Angarita. Entre los grandes logros petroleros que la nación obtuvo en los tiempos del medinismo podemos enumerar los siguientes:

1.-Plena soberanía petrolera. El país no tuvo que pedirle permiso a nadie para enmendar los entuertos petroleros que heredó del pasado gomecista y, promulgar bajo nuevos rieles políticos, la Reforma a la Ley Petrolera de 1943.

2.-Soberania impositiva. En la nueva Ley Petrolera, las compañías concesionarias quedaron sometidos la Ley de Impuesto Sobre la Renta recién creada en el país, adquiriendo así la nación, el derecho a apropiarse de las ganancias extraordinarias del Cartel Petrolearon Internacional. De esta manera se puso fin al carácter impositivo contractual de la época gomecista.

3.-Soberania Jurídica. En la Ley Petrolera del 43 quedó firmemente establecido que las desavenencias jurídicas entre la nación y las compañías concesionarias se dirimirían en los tribunales nacionales; principio jurídico de vieja dato en la historia del país. Bien lejos de los arbitrajes internacionales que hoy comprometen a la república.

4.-La refinación de parte del petróleo extrado por las concesionarias debía ser una de las grandes metas de la política petrolera nacional. Así nacieron las refinerías de Paraguaná en 1945 para suministrar gasolina eximida de renta petrolera, al mercado interno.

5.-Valorizacion del bien natural petróleo. Según la Ley Petrolera del 43, del petróleo extraído por el concesionario, debía entregarle a la nación un 16 ½ por ciento del producto. Con esto quedó santificado el derecho de la nación a cobrar una renta por el bien natural extraído. Este emolumento seria destinado al desarrollo económico de nuestro pueblo. La nación tiene derecho a un royalty y a un impuesto sobre la renta petrolero que garantice el desarrollo económico nacional.

6.-Antimperialismo petrolero competente. Sin acudir a un antimperialismo vocinglero, el general Medina utilizó el petróleo como arme geopolítica para obtener los mejores dividendos para el país. Imponerle al imperialismo petrolero los intereses nacionales de Venezuela, sólo se pudo lograr, aprovechando las contradicciones interimperialistas provocadas por la Segunda Guerra Mundial. Medina Angarita fue el primer presidente venezolano que derroto al imperialismo petrolero que se negaba rotundamente a hacer concesiones económico-jurídicas en estas latitudes. Medina Angarita hizo uso del miedo que el imperio yanqui-angloholandés le tenía a Hitler y al General mexicano Lázaro Cárdenas.

Estos inmensos logros en materia de soberanía petrolera fueron invisibilizados por la historiografía contemporánea concretada por el adequismo y el poder petrolero internacional. Siendo sustituidos por las babosas consignas del fifty-fifty (50 y 50) y la política de "no más concesiones petroleras".

La Revolución Bolivariana de la mano del comandante Chávez, implementó una política petróleo nacionalista muy influenciada por los logros en esta materia del medinismo. Sin embargo, el comandante no le dio al medinismo el crédito que merecidamente se ha ganado en el devenir histórico del país. La política de plena soberanía petrolera que ejecutó el chavismo no tendría sentido si desconocemos los aportes del régimen del general Medina.

La plena soberanía petrolera del comandante Chávez, no logro erradicar de PDVSA la llamada política de Apertura Petrolera implementada en el país, a partir de los años ochenta, bajo los lineamientos de la apología neoliberal. Los aperturistas se agazaparon en la estatal petrolera esperando el momento propicio para asaltar la dirección de esta empresa. La oportunidad les llegó con la muerte de Chávez y la conducción de Nicolas Maduro. Inmediatamente después de la ascensión de Maduro a la presidencia, comenzó el antichavismo perolero a tomar cuerpo. La cosa comenzó con la reformulación del Plan Patria 2013-2019, presentado por Chávez como oferta electoral. Los llamados "hijos de Chávez" se consideraron autorizados a enmendar los supuestos errores del padre contenidos en dicho documento. Así, en la medida que se profundizaban los lazos petroleros con China y Rusia, la política petrolera del maderismo se deslizaba por los rieles aperturista-neoliberales agazapados en PDVSA. La desvalorización del recurso natural petróleo, la renuncia a una renta petrolera internacional y la soberanía petrolera arbitrada, volvieron a sacar carta de ciudadanía. El antichavismo petrolero ha descubierto su antipatriótica cara con el informe elaborado por le comisión reformadora de PDVSA, "Ali Rodríguez Araque", donde sin rubor, al decir del exministro de cultura (2014-2016), Reinaldo Iturriza, el antichavismo petrolero descubre su antinacional y antipopular juego (Iturriza. R. Cuarentena (XIII): La batalla por nuestro petróleo- https://elotrosaberypoder.files.wordpress.com/2020/05/la-batalla-por-nuestro-petrc3b3leo-13-1.pdf). Los lineamientos que propone la fulana comisión harán que Chávez se retuerza en su tumba, al ver como el madurismo desanda la ruta nacionalista petrolera que su proyecto político le impuso a Venezuela.

En Venezuela, desandar el sendero nacionalista-petrolero que arranco con Pedro Manuel Arcaya y Gumersindo Torres, continuado por Salvador de la Plaza y Juan Pablo Pérez Alfonso, entre otros, ha sido una tarea fácil, una vez que la historiografía del petróleo oculto y/satanizo la obra de personajes ligados a los afanes nacionalistas-rentistas. Ocultar los gérmenes nacionalistas de la Ley Petrolera de 1920 y ese monumento a la soberanía nacional que fue la Reforma Petrolera del 43, es del recurso ideológico necesario para que el imperialismo y el cipayaje nacional, capturen las riquezas del subsuelo de la patria.

En conclusión, si no emerge una historia insurgente de petróleo venezolano, reivindicadora del Medinismo y otros lances nacionalistas, los intereses petroleros imperiales incrustados en la garganta de la revolución bolivariana, convertirán el subsuelo nacional en "patrimonio común de la humanidad", o sea, en propiedad de las empresas del capital internacional. El antichavismo petrolero está a punto de barrer la esperanza que Chávez sembró en las masas depauperadas de este continente.

 



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Humberto Trompiz Vallés

Historiador y profesor universitario jubilado, especializado en historia petrolera de Venezuela.

 htrompizvalles@gmail.com      @trompizpetroleo

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