Asidero

Evo y otros presidentes, decadencia de una ideología pragmática y de doble hoja estructural

El presidente boliviano, Evo Morales Ayma debió asumir con mayor responsabilidad la explotación del litio como su industrialización junto al cultivo de la hija de coca, dos variables fundamentales de la economía para llevarla como un valor agregado hacia los mercados globales y articular un proyecto o programa que conlleve al ensamblaje de baterías eléctricas y la producción de otros elementos de valor ha sido identificado como una de las posibilidades más prometedoras para aumentar las exportaciones bolivianas en el mediano plazo e impulsar el desarrollo de la gran región altiplánica del suroeste nacional

Pero, es que ninguna motivación le llevo a formar nuevos liderazgos según su propio testimonio en Argentina y obvió la producción industrial más innovadoras del siglo XXI.

Al hablar del litio, nos referimos a la revolución que promete transformar en los próximos 20 años la industria del automóvil y la matriz energética mundial. De ahí que, bien encaminado este emprendimiento nos permitiría participar en uno de los eslabones tecnológicos críticos de este siglo. Sobre la hoja de coca ya conocemos sus resultantes y debe reconocerle su jerarquía, después de la marihuana para hacer preparados farmacéuticos en laboratorios legalizados y, constituye una nueva agenda del desarrollo nacional latinoamericano para apuntar como constituir un ambicioso polo de industrias innovadoras en los salares de Potosí y Oruro en torno al litio.

La alianza con una empresa alemana para industrializar este elemento, que además contaba con el respaldo decidido de su Gobierno, perfilaba un escenario interesante. Bolivia conseguía así un socio estratégico que tiene la urgencia de subsanar su rezago frente a sus competidores asiáticos y estadounidenses en el creciente negocio de los vehículos eléctricos. Lo cual lo impulsó a invertir recursos financieros, aceptar condiciones particularmente favorables para Bolivia y generar tecnologías adecuadas para que el proyecto siguiera adelante.

¿Qué le sucedió a Evo y a Maduro Moros, sin olvidar a Lula? Simplemente no formaron la escuela de cuadros y no llamaron a tiempo para llamar a una Asamblea Constituyente que reformará el arcaico poder jurídico del Estado, la Ley del Comercio y crear leyes que arropara a la vieja Ley del Transporte para evitar que los transportistas abusaran del pueblo, a la vez, los choferes cuidaran a los autobuses que trajeron de China para contrarrestar los abusos ya conocidos. Además de una economía en caída porque los ministros y quienes conformaron el cuerpo directivo de los organismos institucionales cayeron en la mediocridad como nefastez del ejercicio en esos cargos públicos.

Pero lamentablemente, esta importante iniciativa se vio afectada por el conflicto político de octubre pasado y la confrontación del entonces oficialismo con los grupos cívicos de Potosí. El resultado fue la abrogación del decreto que estructuraba el acuerdo con los socios alemanes, dejando en ascuas el esfuerzo de varios años. Y hasta la fecha no se ha logrado dar estabilidad institucional a las instancias encargadas de la cuestión: hay una rotación preocupante de altos cargos, sin que aparezca una línea política al respecto.

Por su carácter estratégico y de futuro, se precisa que esta agenda sea retomada y discutida por todas las fuerzas políticas que aspiran llegar al Gobierno en mayo próximo. Urge saber qué quieren hacer con el litio y la coca; es decir, con uno de los pilares de la futura economía nacional. Y es de esperar en el Gobierno transitorio un mínimo de orden y, al menos, el compromiso de preservar lo avanzado en esta materia, a la espera de decisiones de mayor alcance.

En el plazo establecido en el calendario electoral, cinco alianzas se registraron para competir en los comicios generales del 3 de mayo. A ellas se suman cinco partidos políticos que están habilitados para postular candidaturas. Hubo sorpresas y quedan interesantes secuelas. El siguiente paso, decisivo, es la inscripción de las listas de candidaturas los próximos días.

Sin duda la principal novedad, varias veces negada pero finalmente consumada, es la postulación oficial de la Sra. Jeanine Añez. Su conversión de presidenta transitoria en presidenta-candidata ha provocado un fuerte remezón político en el bloque anti-MAS. Añez está arropada por la alianza Juntos, conformada por su partido, Demócratas, y tres agrupaciones departamentales, dos de ellas hasta la semana pasada socias del candidato Carlos Mesa (Sol.bo y Todos). Se trata de una importante expresión de pragmatismo político.

Una segunda alianza es precisamente Comunidad Ciudadana, que repite candidatura presidencial tras su segundo lugar en las fallidas elecciones de octubre. En rigor, esta alianza quedó reducida a un partido político testimonial (el FRI) y dos agrupaciones locales menores. Lo más bullado en este caso fue el abandono de su exaliado Luis Revilla, quien rompió con Mesa para declararse al servicio de Añez.

Otra alianza, cuya conformación fue precoz y hoy está registrada formalmente, es Creemos, que postula al binomio de los exdirigentes cívicos Luis Fernando Camacho y Marco Pumari. Esta alianza está compuesta por dos partidos residuales (UCS y PDC) y la agrupación de un exprefecto tarijeño. Cuenta también con adhesiones de otras organizaciones locales y un partido redivivo: ADN. Otra fracción del PDC, en tanto, junto con una agrupación orureña, se inscribió como Pueblo Unido. El TSE debe decidir sobre la dualidad en el PDC.

Por último, está la alianza del excandidato presidencial Jorge Quiroga, quien primero lanzó su postulación y plataforma programática, y luego se ocupó de buscar sigla. La alianza se llama Libre 21. Más que alianza, en los hechos se trata del partido político MNR (de la fracción de Siles) y una agrupación paceña. En cuanto a los partidos políticos, el MAS-IPSP formalizó su participación con el binomio Luis Arce-David Choquehuanca; MTS, PAN-Bol y FPV anuncian candidaturas; y resta saber lo que hará UN.

A la luz de las sorpresas, pactos e incluso "traiciones" en torno a las alianzas para los comicios de mayo, puede preverse una dinámica intensa y disputas internas (que ya provocaron crisis de gabinete) para la inscripción de binomios y listas de candidaturas El mismo día las fuerzas políticas deben presentar sus programas de gobierno y se inicia el periodo de campaña en espacios públicos. Correrá entonces, aún sin plenas garantías, la cuenta regresiva de 90 días para la votación.

Mientras la ruta electoral avanza, la anhelada pacificación sigue tropezando con intimidación y acciones de hecho. Hace apenas unos meses, en medio de un temible escenario de violencia con quema de tribunales y domicilios, gritos de "guerra civil", amenaza de cerco a las ciudades, agresiones y vigilias, las Fuerzas Armadas y la Policía desplegaron operativos en diferentes lugares. Como resultado más de 30 personas fallecieron, en especial en las masacres (como las calificó la CIDH) de Sacaba y Senkata.

Producto del diálogo del Gobierno con representantes del MAS y dirigentes de organizaciones sociales, con el acompañamiento de la ONU y la Unión Europea, se logró frenar el riesgo de enfrentamiento y más muertes. Quedó pendiente el compromiso de una ley de garantías y resarcimiento de daños, mientras arrecian las detenciones y juicios contra autoridades del anterior régimen. Y se allanó la vía para la extensión del mandato de todas las autoridades electas, además de la presidenta transitoria.

Evo, pudo evitar estas tensiones generadas por la derecha, sabia que no podía ser candidato presidencial y el pueblo a través del sufragio le indicó otras opciones, una de ellas, la de su vicepresidente Álvaro Linera. Ante tal irregularidad, el Estado Plurinacional se lleno de movilizaciones con una buena cantidad de muertos y, al final, la inaceptable declaración de Morales sobre "milicias armadas" (de la cual se retractó rápidamente), el Ejecutivo no tuvo mejor idea que ocupar el territorio nacional, en especial las ciudades, con militares y policías fuertemente armados "para el restablecimiento del orden público". Rara forma de operaciones de prevención "para estar tranquilos"

La paz social es un principio fundamental de toda sociedad democrática y es una condición de gobernabilidad y convivencia. Esa paz se construye con diálogo, con el reconocimiento del otro, con genuina voluntad de lograr acuerdos. Las declaraciones altisonantes y la militarización no generan paz, sino miedo. Y prolongan la polarización, el asedio, el revanchismo. Con falta de garantías y "patrullaje en las calles" se está dañando la difícil ruta electoral arduamente lograda hasta el momento.

Pero, hay un mal concepto de líder y los presidentes desean perpetuarse en el poder a beneficio propio y no en beneficio de un colectivo. Ya el catrismo quedo atrás, son momentos históricos para formar una República. Ya sabían del caso Venezuela, como una traición, Paéz y la firma de la Cosiata en Valencia, Carabobo. Esto, quebranto duramente a Bolívar, porque Santander conjuro también para dividir La Nueva Granada, La Gran Colombia y sus países anexados Ecuador y Bolivia, ya la altiplanicie andina conformada por Perú ya había sido liberada por el Mariscal, Antonio José de Sucre.

Por causa del severo conflicto político que atraviesa el país no se están abordando temas urgentes como la necesidad de renovar los motores productivos, con miras a generar excedentes para las arcas nacionales. Los fundamentos del actual modelo socioeconómico se basan en la redistribución de estos recursos, sin los cuales su sostenibilidad a corto y mediano plazo podría verse afectada.

En los últimos 14 años, la dinámica socioeconómica del país ha dependido de la capacidad de ciertos sectores estratégicos para generar recursos excedentarios en favor del Estado, los cuales luego son distribuidos mediante políticas sociales y de diversificación productiva. Este modelo ha sido posible en gran medida gracias al incremento de la renta gasífera, y complementariamente por un buen desempeño del sector minero y agroindustrial durante algunos años.

Hay, por supuesto, voces críticas respecto a la capacidad de este esquema para renovar y ampliar la base productiva que lo sostiene. De igual manera, existen dudas sobre la eficiencia del Estado a la hora de redistribuir los recursos, ya sea por la vía de inversión social o con la implementación de proyectos de industrialización y diversificación productiva. Resulta más que necesario evaluar y reflexionar de manera rigurosa y sin apasionamientos sobre esta experiencia.

Sin embargo, la historia nos recuerda que es muy difícil romper radicalmente con orientaciones y lógicas arraigadas en la estructura socioeconómica y en el comportamiento de los actores. Por tanto, más que apostar por una transformación radical, posiblemente poco viable, en una primera instancia sería deseable trabajar con miras hacia una renovación inteligente del actual modelo. Es decir, buscar nuevos sectores capaces de generar excedentes, junto con esfuerzos para mejorar la eficiencia de los mecanismos estatales de redistribución y diversificación del aparato productivo nacional.

El anterior gobierno apuntaba a la explotación del litio, la generación de energía eléctrica a través de represas y el relanzamiento de la agroindustria como alternativas para complementar o suplantar las divisas del complejo gasífero. Todas opciones válidas, pero no exentas de cuestionamientos de diversa índole, geoestratégicos, ambientales o sociopolíticos, que merecen ser ampliamente discutidos.

Lo cierto es que, sin el relanzamiento del actual modelo productivo (lo cual requiere decisiones políticas y señales claras que deberían ser tomadas este año), el escenario económico de mediano plazo se perfila muy complicado. El debate electoral que se abrirá en las siguientes semanas constituye un espacio privilegiado para impulsar estas conversaciones colectivas urgentes, que ojalá nos conduzcan hacia una agenda compartida y constructiva de desarrollo. Solo una crítica, ¿Cómo falló Evo, a la revolución? Si, desde un principio el gobierno bolivariano de Venezuela le presto colaboración con milicianos y helicópteros. De verdad, hay una carencia de estrategia y los empresarios y oligarquía se enriquecieron desde el mismo Estado, olvidándose de las necesidades del pueblo. ¿Qué perfil jugo la milicia en La Paz? De verdad, perdieron el tiempo y un gasto en dólares muy excesivo para la nada.

El anuncio presidencial, al igual que con otros sectores de alta conflictividad durante el anterior gobierno, parece también una retribución por los esfuerzos desplegados, y sin duda crea grandes expectativas entre la población. Es deseable que la transformación estructural de los servicios comience sin más demora, pues las enormes necesidades y carencias son mucho más urgentes que los discursos políticos y los posicionamientos ideológicos de uno u otro lado.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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