Docencia Amena

Vencer el actual paradigma de praxis policial es citar a educadores comprometidos

"Una sola debe ser la patria de todos los americanos, ya que todos

hemos tenido una perfecta unidad". (Simón Bolívar)

Pese Venezuela seguir transitando por uno de los momentos más dramáticos de su historia, basándonos en indicadores que pulsan las realidades económicas, sociales y culturales, por cuanto el alto costo de la vida actual registra cifras exageradamente elevadas a la hora de adquirir bienes y consumo, en comparación con países vecinos de la región, la población mantiene aún esperanzas pueda salir del atolladero en que se encuentra sin acudir a una solución brusca. Esa esperanza la ha apuntalado el Gobierno Nacional de manera que el delgado hilo que pende la paz no reviente sin que la seguridad y la tranquilidad de millones de venezolanos sean convertidas en cruentas y sangrientas escenas como las televisadas en Irak, Afganistán, Libia, Siria, a donde la bota yanqui ha pisado con firme terror.

La paz en tierra bolivariana es constantemente amenazada por organizaciones políticas antagónicas al actual sistema gobernante que por medio de intentos fallidos de golpe de Estado, guarimbas y magnicidio, socava las bases del ejercicio de la democracia y se lanza a la aventura de una guerra civil cuyas consecuencias no solo desatarían una crisis sin precedentes en nuestro país sino que podría alterar la paz de Latinoamérica. Por ello resaltamos: ¿En Venezuela dentro de sus filas policiales podría darse el caso de no velar por la paz y en efecto se creen escuadrones financiados por empresarios opuestos a las directrices del Ejecutivo?

De modo que hablar de la paz es rememorar un valor. Cabe decir cuán importante y útil es mantener la paz dentro de una nación que ha sido sacudida por conflictos bélicos tanto con países extranjeros como en asuntos internos.

Las tensiones suscitadas internamente en países de América del Sur, Centroamérica y en el Caribe en que organismos de seguridad se han colocado del lado de intereses foráneos pone en alerta lo que en Venezuela se viene desempeñando con la formación, equipamiento, dotación y adiestramientos de funcionarias y funcionarios que tiene que ver precisamente con mantener el orden y preservar la susodicha paz, pero ¿desde hace cuánto tiempo y cuántas veces nos hemos detenido a considerar la paz como un factor indispensable al momento de exponer la integridad física tanto de colectivos como la propia? Según un enunciado de Shumacher (1983) "una creencia moderna muy en boga considera a la prosperidad universal como el fundamento más seguro de la paz". Es decir, tendríamos que delimitar lo que viene siendo ser rico y ser pobre dentro de las sociedades que formamos parte; lo que podría ser evidente de si existe la paz.

Sobre este punto no creemos sea difícil palpar ciertas conjeturas en una ciudad como Valencia, considerada a partir de la década del cuarenta como ciudad industrial por cuanto empezaron a florecer en sus afueras varios parques industriales. En ciertos aspectos estos inmuebles manufactureros trajo consigo una diversidad cultural que abrió brechas entre la población e incluso en el plano familiar. Territorialmente en la ciudad se demarcarían zonas residenciales de familias con poder adquisitivo y otras más bien improvisaron algún medio de hábitat. Esto transfiguró definitivamente el urbanismo de la urbe. Al norte empezaron a vivir los ricos y al sur lo más pobres. Poco a poco las familias tradicionales de la ciudad quienes ocupaban las casas coloniales las fueron abandonando.

Empero si queremos evaluar la actual situación socioeconómica de un país que parece estar en medio de una estruendosa crisis pero que entre sus habitantes de a pie hay quienes hablan de adquirir equipos telefónicos muy costosos o al transitar libremente por un barrio se nota la presencia de negocios full abastecidos de artículos de primera necesidad pero a precios dolarizados entonces es recomendable tratemos el caso particular de una ciudad como Valencia y su incuestionable arraigo español, pues históricamente se demuestra que los ricos han sido regularmente más pacíficos que los pobres. ¿Acaso hay más ricos actualmente? Sin embargo, se podría argumentar que ellos mismos, los adinerados, nunca se sintieron seguros frente a los pobres; que su agresividad surgió del temor y que la situación sería bien distinta si todos fuéramos ricos. De ahí que hagamos ese análisis yendo hacia ese pasado de nuestra era de independencia porque fue en esa Valencia de 1811, luego de la firma del Acta en Caracas, que se dieron los primeros combates de la guerra, en las cercanías del cerro El Morro y a pocos metros del actual Capitolio, en contra de simpatizantes de la corona española: la aparente paz se había roto.

Al respecto, independientemente de los orígenes de los conflictos librados en suelo latinoamericano y de otras latitudes hay que hacer ciertos tipos de cuestionamientos sobre lo señalado anteriormente: A la hora de gestarse un conflicto ¿Por qué debe un rico ir a la guerra? ¿Tendrá algo que ganar? ¿No son los pobres, los explotados, los oprimidos, quienes parecen destinados a la guerra, dado que no tienen nada que perder a parte de sus sacrificios? ¿El camino de la paz es la riqueza? Sabemos la batalla final por la independencia de Venezuela fue en la misma ciudad de Valencia, en las sabanas de Carabobo, donde ambos ejércitos mostraron lo mejor de sí. Sin embargo en el ejército patriota hubo oficiales y soldados de origen inglés, irlandés, noruego, escocés, alemán, italiano, polaco, español, canadiense, cubano, brasileño y neogranadino, lo que denota que factores clasistas imperan en ciertas acciones para alcanzar objetivos superiores.

El tema de la paz también califica para ser considerado en el sentido religioso y científico, además del militar, por ello tomamos en consideración a Raynaud (1997) quien señala que "la palabra paz es escogida a propósito ya que en mi teoría es inútil buscar una alegría como ideal. Hay que aprovechar las alegrías, pero no estabilizar las esperanzas de vida sobre este punto".

El mismo autor sostiene que esto sería exponerse a ciertas decepciones y al reverso de la alegría: la tristeza. Por lo que es preferible la búsqueda de la serenidad, la estabilidad del espíritu, la liberación completa del fanatismo, cualquiera sea éste: religioso, científico, artístico o deportivo "porque está en todos los campos de la consciencia humana".

Ahora bien, ¿en estos tiempos cómo preservar la paz? Como parte de las políticas de Estado y que en la CRBV queda establecida en los artículos: 332,326 y 332, por citar tres de los más ligados a este estudio, decimos que "la seguridad de la Nación es competencia y responsabilidad del Estado (…)". "La seguridad de la Nación se fundamenta en la correspondencia entre el Estado y la Sociedad Civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos". Mientras que para mantener y restablecer el orden público, proteger al ciudadano o ciudadana, hogares, familias, el Ejecutivo Nacional organizará un cuerpo uniformado de policía nacional de carácter civil, además de un organismo de investigaciones científicas, penales y criminalísticas.

No obstante, el apoyo global junto al sistema de justicia y penitenciario debe garantizar por medio de las leyes esa sensación de paz que todo ciudadano tiene como derecho al ser parte de una nación, pero realmente el asunto no parece tarea fácil para quienes están asumiendo roles desde la alta gerencia, pues el reto a vencer con el actual paradigma de praxis policial nos revela que existen debilidades muy puntuales.

Principios para vencer el actual paradigma de praxis policial

Ya hemos citado unos principios constitucionales en materia de seguridad ciudadana, lo que deba dar tranquilidad a un grueso de la población que, aunque se han dado acciones contra la problemática de la inseguridad existe preocupación y angustia. Para Merente (1983) "la angustia contiene en su unidad emocional, sentimental, esas dos notas ontológicas características: por un lado la afirmación de la ansiedad de ser, y por otro lado la radical temerosidad ante la nada". Por consiguiente la nada desfallece al hombre; y entonces la angustia de poder no ser es lo que presiona y sobre ella se levanta la preocupación. Todo esto nos conduce a querer y saber existir. Hay que plantearse sólidos principios integracionistas, humanistas y holísticos con respecto al tema de la paz a la hora de vencer el actual paradigma de praxis policial.

Dar sentido a la existencia

Luego que en el país la delincuencia experimentara un auge en sus estadísticas y las marchas o concentraciones proselitistas se tornaran muy violentas con saldos lamentables entre fallecidos y daños a las propiedades públicas y privadas, más los secuestros y ajustes de cuentas entre bandas se nos dio conocer el dispositivo de seguridad de la OLP (Operación de Liberación del Pueblo), ¿pero por qué fracasa tal desempeño en una primera etapa? Según el blog informativo Aporrea (2017) "los índices de violencia aumentaron en un 22%. De las 21 mil 752 personas que perdieron la vida en 2016, los organismos de seguridad fueron responsables de la muerte de 4 mil 667. Muertes en manos de funcionarios policiales aumentó en 163% con respecto al año 2015 y 344% en relación al 2014".

En realidad no bajaron los índices de seguridad. Hubo más homicidios, más tenencias de armas ilegales, más violencia, más impunidad. En fin, la ciudadanía no experimentó esa sensación de seguridad y menos de paz que ciertamente se cita en la CRBV y por el contrario se vio más angustia. Una situación muy delicada en cuanto los policías se constituyeran en vanguardistas de la seguridad ciudadana sin poseer herramientas de dar sentido a la vida y ser conocedores de los Derechos Humanos.

Ahora bien, durante todos estos años las políticas públicas en función de brindar mayor calidad de vida, esperanzas y bienestar social se ha aplicado en materia de educación, tanto en los niveles básicos de Educación Media como Superior. Es un nivel muy recomendable para la formación académica del policía nacido en Revolución.

De aquí que tomemos en cuenta conceptos como "No divisibilidad", "Correspondencia" y "Complementariedad". Para Leal (2012) "existe una vía para comprender la relación entre aspectos contradictorios en que surge la transdisciplinariedad". Al efecto, el autor cita a Basarab Nicolescu (1996) físico teórico que afirmó que "…la transdisciplinariedad tiene por finalidad la comprensión del mundo presente desde el imperativo de la unidad: el conocimiento. Su interés es la dinámica de la acción inscrita en distintos niveles de realidad…".

Así mismo se plantea abordar la realidad del estudio con un fundamento epistemológico que es la teoría crítica y su enfoque el crítico dialéctico cuyo fin último es la trasformación, el cambio.

Nuevamente Leal sugiere el "no aferrarnos a ningún paradigma y a tener en cuenta a la sociedad globalizada que nos exige transcender en un proceso sistémico, una nueva realidad, donde las personas se respeten…".

Para nosotros la formación clasista y la educación liberadora que, a decir verdad, es conocida como la Pedagogía del Amor, el Ejemplo y la Creatividad, se puede seguir desarrollando en escuelas y liceos o, en este caso el de Venezuela que posee una Casa de Estudios Superior: la Universidad Experimental de la Seguridad, donde trabajar con docentes comprometidos y padres, madres y representantes responsables se podría obtener mayores y mejores resultados en los adolescentes, pues reconocer toda forma de vida, educación, información y práctica de educación sexual, más la prevención del delito dentro del seno familiar traería responsabilidades colectivas.

Gracias a la Consulta por la Calidad Educativa (2015) existen temas generadores y tejidos temáticos cuyos referentes teóricos prácticos permiten un mayor acto de respeto entre docentes y estudiantes por cuanto debe darse lo planificado.

Los trabajos de investigación con lenguaje cualitativo reducen la distancia entre el investigador y el objeto de investigación, y en el caso que nos corresponde señalar sobre el reto a vencer que es el actual paradigma de praxis policial en el que el tema de la paz se mantiene como bandera de unidad para todos los sectores de la sociedad, es notorio valorarlo dado los acontecimientos en naciones como Bolivia, Haití, Chile o Colombia, donde las fuerzas policiales son consideradas brazos ejecutores de las recetas neoliberales que asisten hoy por hoy a los policías por carecer de una formación realmente sólida en cuanto identidad nacional y visión Nuestramericana.

De ahí que se asegure agentes neocoloniales esa manera de facto de pulverizar los sectores populares y todo lo que huela a antineoliberalismo. Para personas cultas o populares, está claro que contar con la paz como valor colectivo será cuestión del lector y de su formación como sujeto crítico.

(*) bridator2@gmail.com



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Brígido Daniel Torrealba


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