“El Acidito”

Iglesia ataca en homilía de la Virgen del Valle

El Obispo que ofició la santa misa el día de nuestra Virgen del Valle, dedicó su homilía a un tema netamente político partidista, además de leerlo porque fue llevado por escrito, pareciera que la conferencia episcopal le hiciera la cartilla; donde manifestó que la gente no encuentra que comer, sin mencionar las restricciones graves que ha tenido el gobierno para palear la crisis, haciendo llegar la cesta clap a una enorme cantidad de hogares venezolanos, realizando maromas entre países para evitar el bloqueo que mantiene Estados Unidos; se refirió a lo que la oposición denomina “presos políticos”, sin mencionar por qué están presos, igualmente atacó la devaluación de la moneda, situación que todos conocemos a qué obedece, entre otros temas, que no era lo que esperaban escuchar los feligreses margariteños y de otras localidades del país quienes vienen a rendir culto a la madre de Cristo en tan importante fecha, todos los 8 de septiembre. Fue tanto el odio irradiado en el discurso que algunas televisoras y emisoras de radio tuvieron que suspender la transmisión.

En contraposición pudimos escuchar al Padre Numa Molina en una sesión del Consejo Legislativo y las Cámaras municipales del estado Nueva Esparta, donde no se tocó para nada el tema político partidista, aunque si la problemática que estamos afrontando, refiriéndose el Padre Numa a tres elementos fundamentales, comenzando por la religión que tiene que ver con nuestra creencia católica, luego la espiritualidad libertadora, social y fraternal, que nos ayuda a conectarnos con los problemas y angustias de nuestros prójimos; y finalmente la mística, que en términos coloquiales significa la capacidad de conmoverse ante el misterio de todas las cosas. No es pensar las cosas, sino sentir las cosas tan profundamente, que llegamos a percibir el misterio fascinante que las habita. Mística no es por tanto pensar sobre Dios, sino sentir a Dios con todo el ser. Mística no es hablar sobre Dios, sino hablar a Dios y entrar en comunicación con Dios. Cuando rezamos, hablamos con Dios. Cuando meditamos, Dios habla con nosotros. Vivir esta dimensión en lo cotidiano es cultivar la mística

El Padre Numa sabiamente nos llamó a ser como una familia, ésta es como los dedos de las manos, todos distintos, pero cuando actúan juntos pueden hacer de todo; actuemos juntos y seamos puente, no importa que nos pisen y pasen por encima, pero debemos buscar un bien común; no seamos muro para bloquear a quienes buscan nuestro auxilio.


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Reinaldo Silva


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