Conversamos grosso modo este sábado 29 de junio de 2019 con un grupo de participantes del Doctorado en Gerencia Avanzada que ofrece la Universidad Fermín Toro de Barquisimeto, por invitación de los colegas doctorandos Lic. María Virginia de Oliva, Prof. Omar Garrido y Prof. Cruz Díaz, en un seminario sobre Ética Empresarial que conduce la distinguida Dra. Petra Cabrera; a quienes agradecemos esa deferencia, sobre todo porque no somos académicos de tradición o renombre sino un ya viejo maestro de escuela y como dice don Pedro Grases simple "meditador" sobre "la dimensión moral" que como una particularidad posee ese ser "bípedo e implume" (Sócrates, dixit) que es el hombre; ese ente antropológico semejante a una caña, dice Blaise Pascal ("Pensamientos") pero una caña que piensa y de la cual deriva toda su dignidad.

Un espécimen que destaca de la serie animal, vegetal y mineral por su "inteligencia racional y sintiente" (Xavier Xaburi, 1998 "Inteligencia racional y sintiente") y de conducta indeterminada (J. M. Briceño Guerrero, 1962: ¿Qué es la filosofía?); así, que nos ocuparemos de lo que Gonzáles-Fabre (2005, "Ética y Economía") da en llamar la "dimensión moral de la existencia humana, que no encontramos en los otros seres de la Naturaleza. La persona humana es una realidad abierta que se halla reflexivamente ante sí misma, capaz de elegir lo que quiere ser" (p. 76).

Entonces, de suyo es un ser en relación con…; de tal suerte que al abordar un asunto como este una primera cuestión disputada viene a ser, cuál es la noción de "Antropológica filosófica", que versa sobre qué es el hombre en sentido individual y social en el contexto comunitario tiene la empresa al desarrollar su actividad y en relación con cuál realidad socio histórica; esto es, ¿bajo qué modelo de sociedad presente o futura actúa?

Por ejemplo, un joven participante acotó que, en general, solemos confundir el liberalismo con la democracia; así, muchos países son liberales, promueven la libre empresa y sus gobiernos acuerdan y firman acuerdos de libre comercio pero eso no quiere decir que sean democráticos; Venezuela misma, nuestro querido país que amamos sobre todas las cosas, que constitucionalmente es una democracia popular, participativa y protagónica, deja mucho que desear en este sentido; y agregamos nosotros que aunque al menos desde 2007 cuando el presidente Chávez declaró su opción del "socialismo" (Socialismo del Siglo XXI), los valores y modelo ético inherente a este tipo de sociedad como son la centralidad de la persona humana, su dignidad inalienable, la igualdad y el respeto al otro, apenas da sus primeros pasos.

Las "empresas estatizadas", así llamadas o "recuperadas" una vez declaradas en quiebra por ciertos dueños especialmente inescrupulosos cuyo accionar se fundamentaba en el utilitarismo, el pragmatismo vulgar vinculado con la especulación financiera y muy lejos de la noción y práctica de la responsabilidad social empresarial, han dado lugar a las incipientes "empresas socialistas" y otras iniciativas productivas, algunas inclusive manejadas por "Comunas"; la visión del hombre por este lado viene a ser el humanismo integral, abierto al otro y a la trascendencia espiritual, dado hay una forma de entender la religión como metáfora ya señalada por Carlos Marx en sus Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844, a saber: ser la religión el corazón de una sociedad sin corazón.

Sí, muchas experiencias de desarrollos industriales apoyadas en el liberalismo, mostraron un empresariado inhumano; no les importó la dignidad de la persona: hombres sin mayor esperanza de vida, niños y jóvenes sin acceso a los bienes de la cultura, educación, salud, vivienda y demás derechos ciudadanos en la modernidad. Por ejemplo, Inglaterra siglo XIX, la que estudió Marx y como muestra el gran humorista Charles Chaplin en la película "Tiempos Modernos" donde le obrero medio vive precariamente, sin trascendencia espiritual ni gozar de los beneficios que produce con su trabajo.

Ya se sabe con Kant (1998) que a la hora y punto de abordar las "claves de razón práctica" y más si queremos filosofar en vez describir los fenómenos que tenemos delante, tendríamos que respondernos las preguntas nodales de una vida examinada dignamente, que en realidad es la que merece ser vivida.

Estas preguntas definitorias serían del siguiente tenor: ¿Qué puedo conocer? ¿Cómo debo actuar? ¿Qué debo esperar? ¿Qué es el hombre?

Sin olvidar necesariamente las demás, aquí estamos reflexionando de la segunda de la pregunta, esto es la que versa sobre cómo debo actuar y en este caso en el marco empresarial ya que, en efecto, de acuerdo con Leal y Vivas (1998) "… el ser humano desarrolla buena parte de su vida en medio de las organizaciones, dedicado a ellas y quizá sufriéndolas. En buena medida es lo que es por lo que en ellas hace o deja de hacer" (p. 9); de donde se tiene que, en contextos organizacionales mediadas por la actividad económica productiva, el comercio o los servicios el hombre y la mujer como recuerda Ortega y Gasset (1965, "En torno a Galileo") deben "hacerse cargo" de sí mismo y del otro su semejante, pues se encuentran "frente a frente él y nosotros, de hombre a hombre" (p. 11).

La ética entonces es lo propio del ser humano en relación consigo mismo, sus congéneres y su entorno físico-natural y socio-cultural, algo que Foucault (1984, citado por Jorge Dávila en: "Otro mundo, otra vida") llama la "tecnología de sí mismo", el cuido de sí, y de un entorno hasta hacerlo humanamente amable y habitable; sino se corre el riesgo que cuenta Wilde (1977, "Cuentos") en su maravillosa ficción literaria "El gigante egoísta" (Pp. 329-334), quien teniendo un bello jardín lo cercó con un alto muro para no tener que compartirlo con nadie de su comunidad, particularmente con los niños que jugaban en él.

Pero sucedió que desde que lo amuralló padeció por años un invierno cerrado, ni los pájaros anidaban ni cantaban, los árboles no florecían porque la primavera, el otoño y el verano se alejaron, sólo soplaba el viento y el granizo furibundo que, constantes fueron horadando todo el castillo, abrieron un boquete y volvieron entrar los niños y las flores; sólo cuando el gigante compartió su jardín volvió a ser feliz. Hasta que ya muy viejo "… el niño sonrió al gigante, y le dijo:

-Me dejaste jugar una vez en tu jardín; hoy vendrás conmigo a mi jardín, que es el paraíso. Y cuando llegaron los niños aquella tarde, encontraron al gigante tendido, muerto, bajo el árbol, todo cubierto de flores blancas (ob cit., p. 334).

Ergo, ofrecer u ofrecerse, ser oferente, satisfacer necesidades es fuente de autorrealización en la línea de Maslow (1989), bien en sentido individual como grupal, o socialmente; antes que amurallarse. Hans Kung (2004 "En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual de las religiones del mundo"), por su parte, acota que diversas comunidades viven su modelo ético de acuerdo a sus modos de vida, estudian, meditan y, sobre todo, desarrollan una conciencia cósmica, sobre todo si se es miembro de alguna religión de India: hinduismo y budismo; China: confusionismo y taoísmo; Oriente Próximo: judaísmo, cristianismo y el mismo islam (p. 19).

Aunque en el campo de las organizaciones empresariales modernas no se trata de desarrollar prototipos del tipo místico, sabio o profeta (ídem), en los últimos años a partir del desengaño propio de la postmodernidad y la asunción del "pensamiento débil" (Giamni Vattimo, dixit) han venido surgiendo propuestas gerenciales mítico-religiosas con libros de autoayuda de títulos muy conocidos, es la llamada "literatura de aeropuerto", propia de los discursos evanescentes de la industria cultural; que no cuestionan el sistema socioeconómico dominante sino que parecen legitimar, luego pensamos que en una escolaridad de un doctorado como el señalado, bien se pudieran generar propuesta novedosas sobre modelos teóricos gerenciales cuyo sustrato sea la ética empresarial, no como una cuestión cosmética sino una acción práctica cotidiana.