Binóculo Nº 347

Las Palmitas: la nueva república

Las Palmitas: la nueva república

Recientemente TV O Globo de Brasil entrevistó a Marcos Camacho "Marcola" un superpran millonario preso en una cárcel de Sao Paulo. He leído esa entrevista seis veces y vale la pena leerla con detenimiento. Dice cosas como estas: "… soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿qué hicieron? Nada. ¿El gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros solo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre la "belleza" de esas montañas al amanecer" … ahora estamos ricos en la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social". ¿Usted no tiene miedo de morir? Le pregunta el periodista. "Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar a matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva "especie", ya somos bichos, diferentes a ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común… Ustedes tiene la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en "súper star" del crimen. Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados…".

Al final de la entrevista, su reflexión es apocalíptica: "Estamos todos en el centro de lo insoluble. Solo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Solo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: "Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno".

Aterrorizan las reflexiones de este filósofo del inframundo humano. Los Marcola están apareciendo en el escenario latinoamericano. Son una especie de sustitución de la dirigencia política que debía conducir los designios de un Estado incapaz de resolver los problemas de la sociedad. Esos son los pranes de Las Palmitas, popular y gigantesco sector del sureste de Valencia, invasor de una urbanización que fue construida originalmente para la clase media a principio de los 80.

Las Palmitas son 21 sectores, un laberinto de calles, avenidas y recodos, por donde no pasa una patrulla de policía, tan solo en operativos cuando van por decenas apertrechados para la guerra y matan indiscriminadamente a justos y pecadores. Ningún organismo oficial sabe cuál es su población. Ni siquiera el CNE, pero profesores de la zona me aseguran que deben ser más de 20.000 habitantes. Hasta no hace mucho se consideraba uno de los sectores más peligrosos del país. Fue muy publicitado por los medios la decapitación de una mujer por una venganza entre pandilleros. "Esos ya están muertos" me contó un defensor de los derechos humanos

Hoy, no hay movimiento importante o actuación de algún habitante que se haga en Las Palmitas sin el consentimiento de los pranes, fundamentalmente de El Bebe, el principal y más "buscado". Todos ellos son considerados Robin Hood

Pero en esencia, los pranes decidieron tomar la ley en sus manos y cuidar a la propia ciudadanía. Copiaron métodos del paramilitarismo colombiano. Nada se pierde en Las Palmitas, nadie roba, nadie es capaz de meterse con un vecino o de maltratarlo. Todos los problemas son resueltos por los pranes, a tales niveles llegó su poder, que los propios vecinos, para dirimir sus diferencias van donde los pranes. "Ellos lo resuelven de una vez. Antenoche un tipo se robó unos cables de una casa. Y lo obligaron no solo a devolverlo, sino a instalarlo de una vez a las doce de la noche. Tuvo el hombre que montarse en el poste y hacer la conexión", me contó Virginia, quien vive en esa comunidad desde hace 30 años.

"Los pranes son una especie de gobierno que vino a sustituir la ineficiencia de un Estado que además de corrupto es ineficiente. Los pranes ponen las condiciones para quitar y poner la luz. En todas partes se va la luz los fines de semana, pero no en Las Palmitas, porque los pranes hacen fiesta, y como es aquí donde está la central eléctrica, sus trabajadores están amenazados. Y ellos no hablan en vano, si tienen que matarlos, los matan. William era un vikingo que andaba siempre por ahí con su mujer, Nadie se metió con él hasta que le dio por robar. Los pranes se lo advirtieron una vez; y a la segunda, le metieron cuatro tiros. La distribución del gas era un problema aquí, y fue resuelto por los pranes. Los camiones de gas están más seguros aquí que en cualquier parte. Hay orden, control y nadie se queda sin gas", explicó Darío, un profesor de historia de educación media y habitante de la zona.

"Por años, Las Palmitas fue un escenario del terror. La delincuencia, los atracos, el irrespeto por la gente, los asesinatos, las matanzas entre malandros, la muerte de personas inocentes, esa era la constante, hasta que los pranes decidieron poner el orden, convertirse en jueces y ejecutores. Mataron a varios rateros que no quisieron coger línea y se empezó a poner orden. Hoy en día, la gente protege a los pranes, les avisan de inmediato. Son una especie de salvadores ante la desesperación, sumado a la incompetencia y la corrupción de la policía. Nada ocurre en Las Palmitas que no lo sepan o no permitan los pranes, porque ellos garantizan todo: los operativos de gas, la luz casi permanente, las medicinas en los CDI, la venta de comida, incluso operativos. Y de paso, ningún policía porta por allí. Las veces que van es a motus propio porque a algún comisario no le pagaron su tajada, pero desde que entran, ya los pranes están avisados y se esconden en este laberinto, por lo que esos malditos policías matan a los pendejos. Vivo aquí desde hace 25 años, y nunca hubo tanta tranquilidad en esta comunidad", narró Héctor, profesor de educación media.

"Por supuesto que eso tiene un costo. Todo comercio paga una vacuna y todos obedecen las ordenes de los pranes. La gente cambió la paz por la tiranía. Prefieren hacer lo que ordenan los pranes, pero que no entre un malandro a las doce de la noche y le roben el televisor, su dinero, o le violen una hija. Es un costo muy alto, y parece mentira reconocer que es la única salida", analizó Angélica, dirigente de un consejo comunal.

Creo que fue el futurólogo austríaco-estadounidense Peter Druker, quien habló de la "aldeización de la sociedad". Es decir, los grupos sociales que desarrollan sus propias formas de resolver ante la incompetencia del Estado. En Las Palmitas hay varios Marcolas, pero menos inteligentes, menos filósofos y menos ricos, aunque igual de despiadados. Es decir, bichos, pero con muchos megabytes, teléfonos inteligentes y armas de alto poder; en complicidad además con bandas policiales capaces de matar a cualquiera por un puñado de dólares.

Caminito de hormigas…

Un amigo me llama desde Cumaná y me dice lo siguiente: "Hermano, una de las vainas que más me arrechan son los discursos hipócritas de mis camaradas. En el día del asesinato de Sucre, si te vas a la plaza Gran Mariscal de Ayacucho, en Cumaná, seguramente te roben y te maten. Es una guarida de ladrones, putas, vikingos y traficantes. Ni siquiera porque hoy debió haber una ofrenda floral, limpiaron esta mierda. Que tristeza hermano.



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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