Luego de la gasolina ¿alimentos y medicinas?

Pareciera semi resuelto el problema del contrabando de extracción de gasolina hacia Colombia, aunque por la tardanza en la aplicación de los precios internacionales al menos una parte importante de los 1.500 millones de Dólares que correspondería al contrabando de gasolina hacia Colombia en el lapso comprendido entre mediados de agosto cuando se tomó la resolución y fines de septiembre, cuando se anuncia que entrará en vigencia; aceptando como buena la cifra aportada por el propio Presidente Maduro de 18.000 millones de dólares anuales, que se pierden básicamente por nuestra frontera occidental, el monto que sigue escapándose continua indetenible, a pesar de ya se sabe como detenerlo.

Da la impresión de que la toma de la decisión final del monto escogido para aplicar como precio internacional les esta resultando difícil y no entendemos ¿por que? Ya que no tiene discusión; y bastará tomar como referencia el precio de Estados Unidos o algún país de la Uión Europea; lo que sí habría que pensar un poco más es cuanto será el subsidio directo a los usuarios y si hubiese alguna diferencia por uso del combustible por sectores: para particulares, para transporte colectivo, transporte pesado en general, transporte de alimentos y otros productos de primera necesidad y personalmente pienso que, mes y medio para la escogencia citada con el perjuicio multimillonario, resulta como muy dilatada, porque se siguen escapando por millones litros y dólares con la gasolina que se contrabandea, siendo que a mi juicio una reunión por sector seria suficiente y en consecuencia, en una semana se tomarían todas las resoluciones a que hubiese lugar, o será qué después de matar al tigre le están teniendo miedo al cuero, por la reacción que pudiera crearse contra Venezuela sitiada por USA y especialmente por Colombia.

Aunque llamé la atención sobre el retardo en la toma de decisión sobre el contrabando de gasolina, el problema que me preocupa en esta oportunidad no es la gasolina sino alimentos subsidiados y medicinas, que igualmente se escapan por nuestras fronteras, para alimentar las poblaciones de los departamentos de Santander y Norte de Santander con 8.000.000 de habitantes, y no es que seamos mezquinos con nuestros vecinos, pero resulta que nuestra situación en ese aspecto no es precisamente boyante, y la biblia establece que "quieras a tu prójimo como a ti mismo", lo cual deja claro que, primero tienes que saber cuanto te quieres para poder dar y además aquel dicho que reza: en las puertas de cielo primero yo que mi compadre, porque bien entendida nuestra grave situación, no podemos dar lo que nos escasea y por indolencia o incapacidad negarlo a nuestra propia población.

Indudablemente que la solución no es sencilla ya que el problema envuelve a una importante parte de nuestro comercio fronterizo, especialmente por el hecho de que los comerciantes de Táchira y Zulia, reciben de las "mulas" casi siempre de origen colombiano, precios superiores a los regulados, porque estos no reclaman el sobreprecio, este beneficio adicional e ilegal sobre estas mercancías, determina la preferencia de los minoristas por los grupos activos en el trasiego por caminos verdes de nuestros alimentos y medicinas, porque en su natal Colombia son substancialmente más caros, y los nuestros subsidiados constituyen un negocio adicional al revenderlos a los propios venezolanos, que cruzan el puente internacional para adquirir a precio de bachaquerismo, lo que el comercio minorista de la frontera no les ofrecen a los propio connacionales.

Ya es conocido que la movilización de alimentos en transporte pesado hacia la frontera con Colombia, es muy superior a la demanda que pudiera tener la población de los estados fronterizos y es que resulta que a través del pernicioso contrabando de extracción, se esta proveyendo de alimentos especialmente de los subsidiados por el Estado Venezolano, a varios millones de ciudadanos colombianos ubicados en la cercanía de la frontera binacional, además con posible complicidad venezolana, han estado contrabandeando ganado en pie, carne beneficiada, huevos y pollos y hasta frutos menores como: yuca, que de los campos andinos se enviaban a los centros de consumo nacional, las zonas densamente pobladas con grandes ciudades y hoy día, se prefiere exportarlos para la vecina Colombia, en busca de mejores precios y posiblemente en divisas.

El origen de mi preocupación estriba en el hecho de que si para el contrabando de la gasolina que es una resolución simple aunque un problema multimillonario, se ha tomado tanto tiempo, pareciera que el más complicado contrabando de alimentos más allá del río Táchira quedara sin solución, manteniendo el desangramiento de nuestros alimentos subsidiados a través de la frontera, obligando a nuestros connacionales de los estados fronterizos a pagar altos precios por sus alimentos, porque no abordemos con prontitud, inteligencia y diligencia tan grave problema.



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Edgar Valero Díaz

Ingeniero Agrónomo.

 edgarvalerodiaz@gmail.com

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