Azúcar: edulcorante que recuerda el Caribe amargo

En estos días, hablando con los "vejetes" amigos míos, camaradas hermanados además en las desventuras cotidianas de la economía, donde la ausencia de rubros como el azúcar, han hecho desaparecer los postres y jugos en nuestras casas; además de las meriendas necesarias en las personas de la tercera edad; así como tener que ofrecerle a mis habituales contertulios el café con una ñinguita de azúcar para poder pasar esta infusión generalmente adulterada y costosa que se consigue en el menguado mercado.

Leí alguna vez, que varios siglos (a.c) los habitantes de la India consumían una especie de pudin de arroz, leche y azúcar, y algunas bebidas edulcoradas, pero que fueron varios siglos más tarde, cuando los moros desarrollaron esa tecnología llevándola a Europa con las invasiones. La reconquista de la península ibérica, puso en manos de los portugueses y españoles los ingenios azucareros establecidos por los árabes en el Mediterráneo, acentuando y expandiendo el uso de la mano de obra esclava africana.

Esta experiencia agrícola y tecnológica llegó a América con Colón, pero tuvo en las Antillas pobres resultados con la mano de obra nativa, pues nuestros ancestros no habituados a las crueles jornadas de trabajo impuestas por los europeos, enfermaban y morían. La consecuencia de ello fue el incremento y fortalecimiento de la esclavitud africana en todo el Caribe y su secuela de desintegración étnica y bárbaro genocidio cometidos contra esos pueblos del otro lado del Atlántico.

Para nosotros ese inmenso mar poblado de vida, con islas y costas llenas de verdor, antiguamente habitado por pueblos movilizados, hábiles navegantes que lo cruzaban en todas las direcciones: es el Caribe, región llena de historia, que además de rebeldía social, es talento, es música, es canto, es alegría, es baile, es lo real maravilloso, es el negro y la negra que llevan el apellido de sus amos, es el niño y la niña, concebidos en un matorral en las fiestas de San Juan, es la negra preciosa que con sus movimientos dancísticos nos estremece, mientras nuestro hermanos negros hacen retumbar con tanta fuerza a los tambores, que estos en vez de gemir cantan, es como si estos objetos se transmutasen. El Caribe es también la Hipólita que amamantó a Bolívar. Es el ¡Azúcar! de Celia Cruz.

Nunca será suficiente la alegría construida y desplegada por los caribeños para superar cuatrocientos años de humillaciones, explotación miserable, genocidio e hipocresía filosófica, política y religiosa en el marco de la producción de un edulcorante que les resultaba TAN AMARGO. En cambio el Caribe fue muy dulce e importante en la prosperidad de algunos mantuanos y fundamentalmente de las metrópolis ibéricas.

Hoy, vemos consternados en nuestras calles las "tetas y téticas de azúcar", lamentablemente esto nos lleva al pasado reciente, muy reciente, y a la urgencia de revisarnos, sí, nos proponemos avanzar hacia alguna estabilidad republicana y mucho más aun, si queremos dar un salto cualitativo hacia una sociedad superior Socialista. Resulta que en estos predios durante mucho tiempo se cultivó caña de azúcar, hasta que un buen día se presentaron unos expertos y dictaminaron que había que erradicar esos cultivos, y expropiar esas tierras dando para ello una cantidad de razones técnico-agrícolas y sociales, muy convincentes, sobre todo por aquello que había que producir alimentos, que era lo que el pueblo necesitaba, para erradicar una economía basada en la importación de alimentos propia de un sistema rentístico-petrolero.

El caso es que han pasado unos cuantos años, y en estos predios ya no se producen los rubros agroindustriales que atendían a los intereses de las industrias capitalistas ni tampoco los alimentos para el pueblo y, para completar el asunto los altos funcionarios responsables de las políticas agrarias en aquellos tiempos iluminados ya no están y, otros fueron sembrados en otros cargos.

Lo grave de todo esto, es que los venezolanos nos estamos acostumbrando a que no se rindan cuentas. Los logros en las gestiones de la burocracia parecieran reducirse a un asunto curricular, eso sí, aderezado con mucha presencia en los medios, discursos, visitas al campo hasta donde llega el asfalto, vestimenta para la ocasión, cámara filmadora, informes técnicos seguramente muy bien diseñados y organizados en sus respectivas y atractivas carpetas de archivo, fotos y nada, nada de arrime al Mingo.

La caña de azúcar en estos territorios tiene fuertes raíces histórico-mantuanas; la enorme hacienda "Mocundo" del Marqués del Toro, ocupó vastos espacios en Guacara, en los pueblos de indios de los alrededores y las orillas del lago de Tacarigua. En el último año del S.XVIII, Humboldt, se alojó en dicho ingenio y observó el empleo de camellos en las tareas agrícolas en el acarreo de caña a los trapiches, estos fuertes y resistentes animales eran usados con frecuencia en las Islas Canarias.

LA REVOLUCION ES CULTURAL



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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