La educación venezolana y la intranquilidad magisterial

(EDUCADORES DE AYER Y DE HOY, NUESTRO MAYOR RESPETO)

Esta intranquilidad en los docentes venezolanos por la grave situación económica que padecen, es de vieja data, solo que ahora está aliñada con una deplorable acumulación de frustraciones, y, por supuesto, sabemos que no hay manera de desligar los resultados de la calidad educativa que se deriva de tal situación, tanto en el ámbito público, como privado.

Hay que abrir los ojos y afinar la inteligencia, pues posiblemente estemos en presencia de una crónica debilidad social, por decir lo menos, generador de muchos males de la República. El Maestro Simón Rodríguez, tan respetado, pero tan ignorado, insistía que la base fundamental para construir una República, era la Educación:

"El Maestro de niños debe ser sabio, ilustrado, filósofo y comunicativo, porque su oficio es formar hombres para la sociedad" (…) " Nada importa como el tener pueblo: formarlo debe ser la única ocupación de los que se apersonan por la causa social" (…)"Hagan los Directores de las Repúblicas lo que quieran; mientras no emprendan la obra de la Educación social no verán los resultados que esperan, nunca saldrán de la fastidiosa repetición de principios generales ni de la interminable disputa sobre derechos y libertades que ¡tanto perjudica al crédito de la causa y a la reputación de sus defensores ¡…" (1)

Con Profesores, Maestros, Instructores, obreros y todos los que intervienen en el proceso educativo, invirtiendo buena parte de su tiempo en "matar tigres", con dificultades para acceder a libros y menos a herramientas culturales tecnológicas, y, sin posibilidades en general, de mejorar sus calidades de vida, ¡jamás la República de Venezuela!, tendrá una plataforma educativa que la haga crecer en su Economía, Venezolanidad y Cultura.

De seguir nuestras gobernanzas transitando la ruta tradicional de ver la Educación como una "partida presupuestaria más"; sin adentrarse en sus "esencias", continuaremos siendo una sociedad precaria, sin aliento, y empobrecida, aunque disponga de potenciales riquezas en recursos naturales. Hay una verdad de Perogrullo, no será posible el uso adecuado y sostenible de las bondades de la naturaleza, sino disponemos del recurso humano preparado, con conciencia nacional.

El Sistema Educativo venezolano, debe ser enriquecido contantemente, con los aportes de todo el conocimiento tecnológico y filosófico universal, para no cojear ante la implacable exigencia de los nuevos tiempos, eso nos dará terrenalidad nacional, fortaleza política, económica y digna presencia en la historia del planeta. Para ello es fundamental la construcción de una Filosofía Educativa, como lo planteaba Simón Rodríguez. En Venezuela eso es posible, hay gente de talento, pensadores, los hubo ayer y los hay hoy también.

Los venezolanos crecimos oyendo hablar de Soberanía, Independencia, Libertad, igualdad; disponemos de amplia simbología: Banderas, Himnos, Escudos, tanto en las instancias centrales, estadales y municipales que apuntalan historias nacionales y locales e igualmente establecen conceptos democráticos autonómicos. Heredamos un indiscutible procerato civil y militar, no somos súbditos de nadie, podemos hablar con propiedad de nuestro carácter anticolonialista y antiimperialista, como lógica histórico-política derivada de una larga y cruenta lucha para romper el nexo que nos ataba al imperio español, y, construir una Nación y una Patria, cuya organización y avance no cesa ¿Es que acaso, estas enseñanzas no fueron impartidas por nuestras maestras y profesores en las Escuelas?

Los que nos sentamos durante años en un pupitre, y recibimos las bondades del conocimiento de aquellas modestísimas maestras y profesores, con todas las carencias conocidas; al ver las deplorables condiciones actuales magisteriales, no podemos evitar recordar ingratas situaciones del pasado. En el segundo lustro de la década del 70, muchas veces recogí maestras de escuela, que al mediodía a la salida de Cumaná, ante el perpendicular solazo, trataban de refugiarse debajo de unos Almendrones, mientras esperaban una cola para ir a dar clases en la población del Muelle de Cariaco.

En ese trayecto muchas fueron las conversaciones, entre ellas sobresalían, las habilidades de estas docentes para "sobrevivir" con aquellos paupérrimos salarios, y allí, surgían los Tequiches, majaretes, conservas de coco y de batata, tortas diversas, arroz con coco, artesanías de barro, costureras…Durante todo el viaje recibía toda una Cátedra de oficios, Cultura Popular y Formación Social.

Eran aquellos tiempos de la Gran Venezuela, auge petrolero y nacionalización de la Industria (bastante real en las arcas públicas). Un grupo de venezolanos en aquella atmósfera político-económica, andábamos por allí, con propuestas culturales, pretendiendo fortalecer las posturas nacionalistas. Se había creado el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) Igualmente nacía la Galería de Arte Nacional (GAN). En esa circunstancia hizo su aparición la Coordinación de Cultura del Estado Sucre (OCC), el Centro Interamericano de Desarrollo Cultural (CIPADEC) coordinado por el escritor argentino Dardo Cuneo, con él, en el marco de una experiencia de "Formación de Animadores Culturales", con el apoyo de la Universidad de Oriente (UDO) hicimos unos excelentes, e inolvidables seminarios, teniendo como eje al Maestro Simón Rodríguez.

Que asuntos les depara a uno la vida, a veces son inmensas paradojas, pues no era cualquier cosa instalar en nuestra cabeza, a este pensador nacido en el Siglo de las Luces y activísimo en la enseñanza de las más avanzadas ideas educativas hasta el final de sus días, ocurrida en la segunda mitad del XIX, Tutor, amigo y compañero de viaje de Bolívar, quién no dudó en llamarle ¡El Sócrates de Caracas!...mientras tanto, bien avanzado el siglo XX, en la Gran Venezuela petrolera, en la carretera bordeando el Golfo de Cariaco, hablaba con las modestas pero entusiastas maestras cumanesas, sobre las "Granjerías" que tenían que preparar en su tiempo libre para "ayudarse". Ninguna de estas maestras fabricaban jabones y velas, pero al igual que Rodríguez llevaban luces a las niñas y niños en la Escuela del Muelle de Cariaco, no pude dejar de pensar en Amotape…(*)

En estos tiempos del Siglo XXI, adquirió notoriedad ONAPRE, un instrumento gubernamental regulador de presupuestos, que tomó algunas decisiones que, según los entendidos irrespeta y desconoce los derechos laborales del Magisterio. Esta acción de gobierno tuvo la virtud de unir a los docentes en la protesta pública.

Sin embargo, esta crisis venezolana, política, social, económica, ideológica, multimodal, multidimensional, lleve el nombre que lleve, por sus características, puede ser una enorme oportunidad para terminar de desnudar un vetusto y agotado sistema político vario pinto, abundante en parloteos sin que se vislumbre el salto cualitativo necesario, para cumplir con el mandato que nos asignara El Libertador, al renunciar a la Presidencia de Colombia en enero de 1830.

El joven Bolívar en la Sociedad Patriótica, en los primeros días del mes de julio de 1811, mostró su "intranquilidad", ante el desarrollo de los sucesos políticos y la tesis de la supuesta "calma colonial de tres siglos", y luego vino la gesta independentista. !Cuanta lucha! ¡Cuánto camino recorrido! ¡Cuanto dolor! ¡Cuánta escritura política, social, jurídica, diplomática, amorosa, económica!.

Hace casi dos siglos que falleció el "intranquilo" Bolívar, que elevó su voz "incomodando" a ciertos integrantes de la acomodada sociedad de entonces; y, porque alarmarnos en este siglo XXI, por la "intranquilidad", de los docentes venezolanos al elevar su voz y tomar las calles haciendo uso de plenos Derechos Constitucionales, en defensa de su calidad de vida y de la Educación, que a su vez nos incumbe a todos.

La preocupación debe ser más bien por los "rebullones", que al parecer se escaparon de la novela del maestro Gallegos, y, que desde cómodas posiciones en la burocracia, han hecho deplorables señalamientos contra estos venezolanos. ¿Será que habrá que invocar a doña Bárbara, para que a sus rebullones los meta en cintura?

Comenzando la década del 80, me desempeñaba como profesor de Museología en Actividades Complementarias, en la Academia Militar de Venezuela, allí conocí a un joven capitán, apasionado de la Geografía y con vocación docente, además era hijo de maestros de escuelas. Fueron muy agradables las conversaciones en su cubículo, pues ambos teníamos interés en la Historia, la Educación y la Cultura venezolana. Este joven oficial era buen lector, conversador, anecdótico, amigable y con alto sentido de lo nacional.

El tiempo pasó, y como oficial superior comandó el 4 de febrero del 92, una rebelión militar, luego se fue a la lucha política como civil y fue elegido Presidente de la República, cuyo mandato se iniciaría en febrero de 1999. En las dos décadas precedentes 80 y 90, dominaba la política latinoamericana el Consenso de Washington, había irrumpido el "viernes negro" en nuestro sistema monetario, se quejaban los presidentes de haber recibido una país hipotecado o de haber sido engañados por la Banca vivaracha, se avanzó en la privatización de lo público, y nos sometimos al FMI; se produjo el estallido social del 27 de febrero del 89, donde miles de ciudadanos fueron ejecutados por los aparatos represivos en lo que se conoció como "El Caracazo".

En esas sombrías circunstancias de todo orden, entre ellos, el grave deterioro de los partidos políticos tradicionales, resaltaba la necesidad lo de un cambio de orientación en la política nacional. La presencia de Hugo Chávez, fue refrescante en la política venezolana y abría amplias expectativas de mejoramiento de la calidad de vida para amplios sectores poblacionales. Una Constituyente y una Constitución, marcaban la ruta política y jurídica hacia un Estado de Bienestar Social. En el ejercicio gubernamental hubo decisiones controversiales, pero también unos cuantos logros sociales y políticos en el marco de incesantes agitaciones políticas opositoras.

El fallecimiento de Chávez, en el 2013, fue definitivamente una mortal inflexión en el proceso denominado "Revolución Bolivariana", donde concurrieron diversos factores, entre ellos la abierta y sistemática injerencia de los EEUU, y sus aliados europeos y latinoamericanos en nuestros asuntos internos, además con una oposición venezolana, que ha jugado un papel claramente desacertado y teñido con acciones antinacionales, unido a lo que se percibe como poca destreza del liderazgo en el poder, para navegar en ese proceloso océano de la política interna y externa.

Actualmente entre algunos sectores de la vida nacional, hay una visión crítica sobre los que dirigen la política del Estado venezolano, y tiene que ver con decisiones político-económicas altamente sensibles, tales como leyes, que coliden con la Constitución del 99, según enjundiosos estudiosos de conocida solvencia intelectual y profesional. La Constitución Bolivariana en su filosofía enmarcada sin confusión, en el Preámbulo, marca un rumbo altamente democrático en cuanto a la participación y protagonismo de la sociedad. Por ello, pensamos que leyes como la de Antibloqueo, reducen la intencionalidad democrática constitucional, y nos recuerda la frase de Luís XIV "El Estado Soy Yo". Igualmente dudas hay sobre el Arco Minero, Las Zonas Económicas Especiales, y la cesión de tierras agrícolas a Irán. En Venezuela da la impresión que hay un desmontaje incluso, de algunos elementos progresistas enmarcados en la democracia liberal.

Por otra parte, la actitud del Estado venezolano con la Educación, es de cuidado por la alta significación simbólica, por todo lo que hemos dicho. Por ello resulta poco comprensible, que se definan como chavistas, aquellos que irrespetan a los hombres y mujeres que ejercen la docencia. A Chávez, se le podrá cuestionar muchas cosas y seguramente habrá razones para ello, pero de existir una Doctrina chavista, jamás se podrá ubicar en ella, una postura contraria a la Educación.

 

LA REVOLUCIÓN ES CULTURAL

(1).-Rodríguez, Simón/Sociedades Américanas / Págs XXV, 33, 34/ Fundación Biblioteca Ayacucho/Caracas 1990.

(*).- Amotape, Pueblo del Norte de Perú, donde Falleció Simón Rodríguez.(1854)



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Rafael Castro

Especializado en Gestión Cultural. Colaborador y Fundador de Instituciones de la Cultura, en el Sector Público y Privado.

 racasce@gmail.com      @racas42

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