Auditórium

¡La revolución cagalitrosa!

"El que quiere gobernar debe oír y no oír, ver y no ver". Johannes S. Agrícola.

Una revolución no es obra de la casualidad, ni de la ambición desmedida de poder, y la riqueza fácil de unos individuos, o de sus capacidades para la maniobra; una revolución en mi humilde entender se gesta; a través de los valores de las personas, y del pueblo, cuando va acumulando una serie de sucesos, que han de convertirse en una desgracia que lastima su libertad, su dignidad, calidad de vida, y que termina por afectar tanto física como moral, el tanto sufrir por la escasez, hiperinflación, especulación, inseguridad etc.

Hoy en Venezuela (basta escuchar los comentarios en cualquier cola) se gesta un movimiento silencioso, donde participa todo un país, ya que el descontento es general, el pueblo actúa en forma pasiva, pero reactiva ante esta situación que lo oprime, y que por los momentos no lo ha llevado a utilizar la violencia, las armas, la guerra como un medio para quitarse el yugo del alto costo de la vida, que lo está aniquilando, debemos rezar porque una implosión social no se desborde. Ya que una vez desatados estos acontecimientos no será posible contenerlos.

Hoy el pueblo necesita quien organice, y encabece una lucha, y serán aquellos que tengan el valor, y la fortaleza suficiente para enfrentar este descalabro económico y social, y el coraje necesario para superar esta coyuntura del hambre y la escasez. ¿Aparecerá el Salvador con el Arpa? para que se convierta en el líder, que encabece las demandas de un pueblo ávido de calidad de vida, equidad, justicia y libertad.

Esto puede ser el generador, de una nueva revolución, que impulse al pueblo a mostrar su carácter, de mantener una serie de conquistas que prevalezcan como un estilo de vida, para lograr el ascenso social, y no lo que vemos bajo el amparo de una nomenklatura estalinista que beneficia a una "minoría", de la riqueza de Venezuela, y es coparticipe del poder, a expensas de una "mayoría", que sufre la encomienda de mendingar, y trabajar bajo las ordenes de unos esbirros militares.

Hoy finalizando el año 2017 los venezolanos viven una profunda desigualdad, la diferencia es tan grande entre las clases sociales. Donde la deserción en la educación hoy es muy alto para la clase baja por la falta de alimentos y ropa, creando una grave consecuencia donde un alto % de la población es controlada por el estomago, condición que es muy favorable para el poder, para seguirlos manipulando y usando, entre más ignorantes sean es mejor, así no tienen oportunidad de exigir respeto a sus derechos.

Claps.- La explotación esta en manos de unos cuantos burócratas en complicidad con comerciantes sirios y chinos, que son los dueños de grandes depósitos de alimentos, y otros rubros, donde la distribución es muy desigual, porque la mayoría sufre los embates de la escasez, y la carestía de alimentos, repuestos, medicinas etc. Gracias a la adopción de un sistema capitalista de estado salvaje controlador.

El pueblo venezolano demanda que se derrote la inflación, y se estabilice el salario. Mejoras en sus condiciones de vida. Desaparecer la injusticia de las colas, que hacen perder millones de horas hombres- trabajo. La conjunción de los aspectos atrás nombrados, aunados a la corrupción política y administrativa, es la negación de la democracia, y el estancamiento del país: en lo educativo, político, social y cultural, dando como resultado una grave injusticia socioeconómica. La desigualdad no se puede combatir sólo con buenas intenciones utilizando pañitos calientes.

Por todo esto, es que Venezuela entera se unirá, y se pondrá en movimiento, encabezada por líderes que reclamen patria y libertad, que liberen al pueblo de la tutela de cualquier imperialismo llámese norteamericano o chino, y del actual colonialismo económico explotador de sirios y cubanos.

Queremos una nueva clase social naciente, y moderna alejada de caducos dogmatismos ideológicos, que busque poner la ley por encima de las armas. Donde el sufragio sea efectivo, y se destierre la reelección, entre otras cosas más. En la Constitución de 1999, quedaron plasmados los ideales para una verdadera revolución, de parte de ese pueblo que la impulsó aquel 15 de diciembre con su aprobación en referéndum popular. La gran pregunta es que a más de 18 años de gobierno bolivariano, ¿cuáles son las condiciones actuales de nuestro país, y qué tan lejos estamos de una verdadera revolución?



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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