¿Tiene futuro el futuro de Miranda?(I)

"Para nosotros físicos, el tiempo es tan sólo una ilusión"

A. Einstein

"Las cosas no se vuelven irremediables sino cuando los mejores renuncian y se inclinan ante el mito de la fatalidad de los hechos"

Roger Martin du Gard

"No hay viento favorable para quien no sabe para donde va"

Seneca

"Históricamente el "forecasting" es anterior a la "prospectiva". Difieren en su conceptualización y en su finalidad. Para el primero la realidad es lineal, mientras que para la prospectiva la realidad puede ser leída como un sistema de alta complejidad, donde los elementos del todo guardan relaciones de interdependencia y solidaridad"

Francisco José Mojica

"decidirnos por la vida es optar por el futuro"

Simonne de Beauvoir

I. ¿Futuro de Miranda o Miranda del Futuro?

Antes de "mirar el futuro" hay que construirlo.

* "El futuro de Miranda son ustedes jóvenes" (HRC)

* "Estamos preparados para asumir las riendas del futuro" (CO)

En un mundo globalizado y complejo como el de hoy, se hace necesario que las personas, las organizaciones, las redes y los sistemas en general conozcan y utilicen una herramienta vital para la construcción del futuro: el pensamiento prospectivo y la prospectiva estratégica. Me pregunto si los políticos que emplean la palabra FUTURO saben (conocen/entienden) de prospectiva estratégica: "La estrategia nos dice cómo construir el futuro que más conviene. La una sin la otra no tendría sentido. La prospectiva consiste en la exploración de los futuros posibles, es decir, de lo que puede acontecer. La estrategia consiste en lo que puede hacerse".

Nadie domina el futuro. Nadie sabe que pasara mañana. Según el filósofo Maurice Blondel, el futuro es una página sin leerse, una página que todavía está en blanco. Allí no existen datos ni estadísticas; sólo referencias expresadas en forma de tendencias, ideas y hechos probables. Descifrar el futuro .He ahí uno de los grandes retos de la inteligencia humana. Mediante la memoria y con las herramientas que proporciona la historia, podemos rescatar el pasado, o una parte del pasado. Mediante la observación metódica y la aplicación del método científico, podemos incluso comprender el presente. Y, sin embargo, descifrar el futuro implica interpretar algo oscuro y enigmático, situado más allá del horizonte de la realidad lo que ocurrirá mañana. El futuro es una interrogante. El pasado permite encontrar un sentido lógico al futuro. Lo que hacemos hoy, condiciona lo que pasará mañana. No es fácil comprender el pasado. "La historia no es susceptible de ser interpretada por las matemáticas, ya que nunca se podrán poner todos los datos en un computador" (György Lukács). Pero la gran ventaja del pasado es que, al menos, los hechos han sucedido ya. El ayer es susceptible de ser analizado y comprendido. El mañana, en cambio, es algo que tendrá lugar, pero del que nadie sabe con precisión ni el qué, ni el cuándo, ni el cómo. El futuro es contingente. Es decir, puede ser o puede no ser. Los seres contingentes tienen la capacidad de elegir entre diversos futuros: buenos regulares o malos. De esta manera se hace meritorio el logro y el éxito. Bertrand de Jouvenel en "El Arte de la Conjetura" denomina los diferentes futuros posibles como "futuribles" teoría que su a vez coincide con lo expresado por Santo Tomás de Aquino, ocho siglos antes, quien mencionaba las alternativas de futuros posibles como "futuribilia". Para la prospectiva dichos futuros existen en el mundo de lo imaginario pero permiten analizarlos y encontrar el más conveniente pera ser construido estratégicamente desde el presente. ¿Es que el futuro no se presta a una predicción científica? Hay que investigar y reflexionar sobre las tendencias principales y emergentes que pueden tener un impacto decisivo sobre un mañana siempre en construcción. Paradoja: es preciso comprender el mañana para preparar el porvenir.

II. La flecha del tiempo (Lectura Opcional)

El tiempo, curiosamente, ha sido tratado por diversas disciplinas del saber humano: la física, la biología, la historia, la religión, la filosofía…, pero ninguna de estas áreas lo ha definido cabalmente. Incluso, para comprenderlo mejor, se le ha dividido en tres: pasado, presente y futuro; para los dos primeros hay una materia de estudio específica. A la historia le corresponde el pasado y su repercusión en el presente.A la política le toca el estudio del presente y su injerencia en el futuro. Pero ¿a qué disciplinas corresponde estudiar el futuro?

Parece que el futuro no es objeto de estudio de ningún área del conocimiento, porque es algo que todavía no sucede, que es desconocido y, por ende, no se puede examinar. Mas aunque parezca contradictorio, esta dimensión temporal ha sido estudiada en diferentes ámbitos y ha dado origen a diversas disciplinas; entre ellas, la escatología y la apocalíptica, que surgieron luego de que algunas creencias religiosas abordaron el futuro a partir de preocupaciones milenaristas, diversos mesianismos y los mitos del fin del mundo. Todas estas perspectivas están encaminadas a buscar certidumbres sobre el futuro de la humanidad.

El tiempo, intuitivamente, parece tener una dirección: experimentamos que los procesos físicos macroscópicos evolucionan del pasado hacia el futuro pero nunca en sentido inverso. El problema de la flecha del tiempo surge como intento de dar un fundamento a esta idea intuitiva formada en base a tal experiencia y, particularmente en el contexto de la filosofía de la física, este problema asume la tarea específica de encontrar para esta asimetría temporal un correlato físico.

Hasta no hace poco la gente creía en el tiempo absoluto. Es decir, en que cada suceso podría ser etiquetado con un número llamado "tiempo" de una forma única, y todos los buenos relojes estarían de acuerdo en el intervalo de tiempo transcurrido entre dos sucesos. Sin embargo, el descubrimiento de que la velocidad de la luz resultaba ser la misma para todo observador, sin importar cómo se estuviese moviendo éste, condujo a la teoría de la relatividad, y en ésta tenía que abandonarse la idea de que había un tiempo absoluto único. En lugar de ello, cada observador tendría su propia medida del tiempo, que sería la registrada por un reloj que él llevase consigo: relojes correspondientes a diferentes observadores no coincidirían necesariamente. De este modo, el tiempo se convirtió en un concepto más personal, relativo al observador que lo medía. Cuando se intentaba unificar la gravedad con la mecánica cuántica se tuvo que introducir la idea de tiempo "imaginario". El tiempo imaginario es indistinguible de las direcciones espaciales. Si uno puede ir hacia el norte, también puede dar la vuelta y dirigirse hacia el sur; de la misma forma, si uno puede ir hacia adelante en el tiempo imaginario, debería poder también dar la vuelta e ir hacia atrás. Esto significa que no puede haber ninguna diferencia importante entre las direcciones hacia adelante y hacia atrás del tiempo imaginario. Por el contrario, en el tiempo "real", hay una diferencia muy grande entre las direcciones hacia adelante y hacia atrás, como todos sabemos. ¿De dónde proviene esta diferencia entre el pasado y el futuro? ¿Por qué recordamos el pasado pero no el futuro?

A pesar de todo, hay una gran diferencia entre las direcciones hacia adelante y hacia atrás del tiempo real en la vida ordinaria. Imagine un vaso de agua cayéndose de una mesa y rompiéndose en pedazos en el suelo. Si usted lo filma en película, puede decir fácilmente si está siendo proyectada hacia adelante o hacia atrás. Si la proyecta hacia atrás verá los pedazos repentinamente reunirse del suelo y saltar hacia atrás para formar un vaso entero sobre la mesa. Usted puede decir que la película está siendo proyectada hacia atrás porque este tipo de comportamiento nunca se observa en la vida ordinaria. La explicación que se da usualmente de por qué no vemos vasos rotos recomponiéndose ellos solos en el suelo y saltando hacia atrás sobre la mesa, es que lo prohíbe la segunda ley de la termodinámica. Esta ley dice que en cualquier sistema cerrado el desorden, o la entropía, siempre aumentan con el tiempo. En otras palabras, se trata de una forma de la ley de Murphy: ¡las cosas siempre tienden a ir mal! Un vaso intacto encima de una mesa es un estado de orden elevado, pero un vaso roto en el suelo es un estado desordenado. Se puede ir desde el vaso que está sobre la mesa en el pasado hasta el vaso roto en el suelo en el futuro, pero no al revés.

El que con el tiempo aumente el desorden o la entropía es un ejemplo de lo que se llama una flecha del tiempo, algo que distingue el pasado del futuro dando una dirección al tiempo. Hay al menos tres flechas del tiempo diferentes. Primeramente, está la flecha termodinámica, que es la dirección del tiempo en la que el desorden o la entropía aumentan. Luego está la flecha psicológica. Esta es la dirección en la que nosotros sentimos que pasa el tiempo, la dirección en la que recordarnos el pasado pero no el futuro. Finalmente, está la flecha cosmológica. Esta es la dirección del tiempo en la que el universo está expandiéndose en vez de contrayéndose

III. Para saber más

Francisco José Mojica La construcción del futuro: concepto y modelo de prospectiva estrategica, territorial y tecnológica,, Ed. Andres Bello, Colombia



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Luis Antonio Azócar Bates

Matemático y filósofo

 medida713@gmail.com

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