Crucial responsabilidad: La Asamblea Nacional Constituyente

Más allá de la cuantificación cansona de los votos alcanzados para la ANC, de la vocinglería desgastada por su advenimiento fuera de todos los pronósticos, más allá de la contingente retórica volcánica, ya es de extremada importancia mesurar este logro a la luz de la valoración racional, la urgencia, la necesidad, las prioridades, la honestidad política; únicos caminos que podrían conducir a despejar los obstáculos que traban las salidas de tanto caos y desaciertos, como a la construcción de un nuevo orden social de elevación democrática cuya expresión política se sintetiza en la vocación y acción por el socialismo y el antiimperialismo.

El pudor político debería ser rescatado de las mandíbulas del personalismo y comenzar por reconocer desde el corazón abierto y el entendimiento desprejuiciado, que sin este pueblo que aún sueña redención a pesar de tantas pesadillas y traiciones, no estaríamos en estos momentos con mayor presencia de ánimo vislumbrando mejores tiempos.

Nadie debe atribuirse en términos personales o grupales este atisbo de victoria en ciernes, no es justo y menos decoroso; los alcances sociales son el producto de lo colectivo con sus anhelos, sus temores y certezas, sus convicciones y sus determinantes acciones.

¡Que no se secuestre a la ANC! que se abra al pueblo, que ese primer impulso hijo de la costumbre que cooptó en supuesta procura de "representación" de los "mejores" cual derecho hereditario cerrado, deje de ser una práctica chocante; es extremadamente agobiante ver como las estrategias "democráticas" del gobierno se fundan en el reciclaje permanente de personajes y personajillos no solo desgastados por ésta maña sino también por el desprestigio, cerrándosele el paso a luchadores sin las máculas del ejercicio del poder mal concebido y peor aprendido, luchadores con mucho en sus sacos existenciales y corazones. Solo le tienen miedo a lo democrático quienes no lo son. A la ANC no se debe llegar con un guión, con un decálogo. Es necesario el debate profundo, substancioso y libre de camisas de fuerza. Una ANC cónsona con estos tiempos y proyectada cual disparo de esperanzas hacia el futuro debe construir el escenario negado al desperdicio histórico de pretender apuntalar o consolidar un grupo de poder en su lucha por la hegemonía enmarañado en la sordidez de lo inmediato perdiendo de vista la transcendencia, lo extremadamente necesario en cuanto responsables actores sociales en la cresta del hecho político.

Son muchas las materias pendientes por las cuales el pueblo salió en busca de soluciones eligiendo su ANC y para lo cual asumió todo tipo de riesgos y sacrificios, no se deben dejar de lado. Este pueblo eligió su ANC fundamentalmente para detener al fascismo, cerrarle el paso, para salir de la angustia de una situación económica agobiante, extrema, como nunca había padecido y que no es endosable solamente a los enemigos del proyecto bolivariano, sino por igual y quizás mayormente al pesado fardo acumulado en el recorrido temporal de las malas gestiones, de la ausencia de planificación racional, a la corrupción, la ausencia de visión para construir las bases sólidas de un estado productor y eficiente, a la improvisación, al derroche, al ejercicio arrogante y delirante del poder, a la distorsión aberrante de la práctica de lo asumido como democrático donde las fronteras de lo personal, lo institucional y lo colectivo se extraviaron, peor aún la retórica acomodaticia del socialismo bolivariano, concebido a capricho e inspiración en arrebatos circunstanciales, personalísimos o replicantes de forma lisonjera para hacerse congraciantes del jefe de turno.

El pueblo espera respuestas asertivas, contundentes. Después del triunfo e instalación de la ANC la terrible carga blandiendo el sable sangriento de la especulación por parte de los hambreadores se hizo con mayor saña y extremo descaro, el pueblo no encuentra como sobrevivir, léase bien, sobrevivir, no vivir…por todos lados la especulación, la salud, el sistema de salud pública cual barco encallado haciendo aguas con mayúsculas, la salud privada dígase clínicas médicas y odontológicas especulando al extremo sin el menor rubor, las farmacias por igual haciendo inalcanzables los medicamentos…el pueblo recurrió a su ANC para acabar con todo esto, pero también con los banqueros carroñeros deshumanizados, ¿ por qué no nacionalizar la banca, qué lo impide?. ¿Que impide una carga de "artillería revolucionaria" que dé al traste con semejante panorama? El camino al socialismo debe dejar de ser solo retórica y canción, no es fácil, pero es el camino.


 



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