Pa' que se lo quemen

La CIA demuestra una vez más que no es escaparate de nadie, ni para guardar secretos, ni para guardar esperpentos que ya no le son útiles. Como en la película "Víctima necesaria", referente a la invasión de Irak, apoyada en una mentira inventada por George Bush presidente de USA para el momento, cuando sacrifico a un diplomático de carrera y a su mejor agente femenina en el Medio Oriente; en Venezuela, el director de la familia mandó al pajonal a la "oposición Venezolana" y sus cómplices en el continente.

Los "patriotas" Julio Borges, Freddy Guevara, Luis Florido,, Juan Resquesent, Miguel Pizarro, Henrique Capriles Radonsky de Primero Justicia y Voluntad Popular, Henry Ramos Allup de Acción Democráticas y sus socios de Un Nuevo Tiempo y Movimiento Progresista, el director de la CIA, les quitó la escalera y los dejó colgando de la brocha, al igual que a Juan Manuel Santos de Colombia y a Enrique Peña Nieto de México, quienes son sus principales socios en el trabajo sucio encomendado por la Casa Blanca, como es el derrocamiento del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y propiciar una intervención extranjera directa para restaurar la IV República.

La CIA, como lo demostró con el fallecido General Manuel Antonio Noriega de Panamá, no tiene aliados, solo tiene asalariados hasta que le conviene para sus planes, cuando ya se tornan molestos les saca la silla y los deja en el aire, para que se defiendan como puedan.

La CIA, no exige ni garantiza lealtad, por cuanto ella la compra y en consecuencia deja de ser un sentimiento o una norma ética, para convertirse en mercancía, cotizada de acuerdo a la importancia en el mercado.

Por eso a quienes caen en desgracia no les da solidaridad y mucho menos defensa contra lo que les pueda acarrear el haber formado parte de una organización criminal, creada para la desestabilización de gobiernos y el asesinato selectivo de líderes que en el mundo resulten incómodos al Complejo militar, Industrial y Comunicacional, a cuyo servicio ha estado y estará siempre el inquilino de turno en la Casa Blanca, que no es más que un simple relacionista público de ese monstruo, que se ha fijado como estrategia final, imponer al universo la dictadura financiera apoyada en la ensangrentada bota militar, ahora configurada en la OTAN, el nuevo sicario, que impide el sacrificio directo de militares norteamericanos, como ocurría hasta mediados del siglo pasado.

Guarras como la de Corea, Vietnam, Camboya y otras del sudeste asiático le costó a Estados Unidos de Norteamérica, miles de vida de soldados enviados al frente y su reputación de "héroes" de guerra, cuando tuvieron que salir a la carrera entre gallos y medianoche, huyendo de un pueblo que les propinó más con su inteligencia y patriotismo, que con las armas las más vergonzosa y contundente derrota al pirata planetario. Hoy día ese trabajo lo hace la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), gracias a la sumisión, en condición de taparrabos de la Unión Europea, que siempre anda oliendo los gases del monstruo del norte.

La CIA está demostrando que tampoco es agencia de beneficencia de cadáveres polítiqueros insepultos, que intentan a toda costa volver a su condición de saqueadores de la cosa pública, como lo fueron hasta el 1998. Si cobran tienen que justificar su salario y el jefe ha sido claro y terminante.

La CIA exige resultados, razón por la cual ya sus cipayos venezolanos no le sirven, porque se han dedicado a hacer turismo y a estirar la mano para recibir el mendrugo, pero no han aportado resultados de lo que les ha encomendado la compañía. El anterior director los tenía aguantados, pero el nuevo vino por la goma y se fue por la calle del medio lanzándolos al pajonal y los dejó con el trasero al aire y sin ropa interior, Pa' que se lo quemen.

 



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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