Damos a conocer una carta-documento político que nos hizo llegar un importante dirigente de la Unidad Táctica de Combate “Bájate de la Mula”, perteneciente al Frente de Liberación Nacional “Pedro Carmona Estanga”, que dirige Carlos Ortega desde la clandestinidad para derrocar el gobierno del presidente Hugo Chávez. He aquí el escrito del comandante Ortega:

“Desde la clandestinidad, le escrivo esta carta al pueblo benesolano. Por tanto, me disculpan la mala letra y los herrores de hortografía, pero es que Manuel Coba me está dictando y yo estoy escriviendo a toda priza. Además el lápis que eredé de Piñerúa me alluda mui poco. Cuanto desearía que esta miciba fuera en berdad una Carta de Trabajo para laborar en PDBSA, puesto que así todos tendrían que vajarse de la mula con miyón y medio de bolos, que es el precio de balor al público, el nuevo PBP pues.

Después de lo sucedido a mi tocallo, tube que enconcharme. A partir de aora, mi nombre de lucha es el de “Comandante El Chácar”, que resulta de la fusión de Chávez y Carlos. Este nombre compuesto surjió de un acuerdo político entre Miquilena y Ramos Hayup. De tal forma, desde la clandestinidad, paso a dirijir, personalmente y en mi propia persona, el Frente de Liveración Nazional “Pedro Carmona Estanga”.

Que no se les ocurra desir a mis enemigos que hando hullendo. Que salí corriendo, porque soi un culiyúo. Que me escondí cuando el réjimen iso sonar el primer coete bin laden en el canpo de bataya.
Aprobecharé estos meresidos días de descanso, para leer y hanalisar a fondo los onse tomos de las Hobras Conpletas del escritor Luis Alfaro Ucero y estudiar denodadamente la baliosa colexión de la Gaseta Iípica, que me iso llegar mi conpañero de partido Unverto Celli.

Confieso que enconcharme no a sido nada fásil. En primer lugar, me trasladaron a la casa de Marta Colomina, pero salí disparado porque la animadora pretendía bejarme y me regañó a causa de que andaba ullendo. Posteriormente, me huvicaron en un apartamento del 23 de Enero, pero rápidamente solicité mudansa, ante el disgusto que me probocó escuchar durante beinticuatro oras el fastidioso gritico de: ¡Uh, ah, Chávez no se ba!

Después me yebaron a la quinta de una conpañera de la CD, pero fue peor la medisina que la enfermedad. La amiga escuálida me atormentaba todo el día ablándome mal de Chávez y cuando dejaba de comadrear del presidente, se ponía a tocar caserola dentro de la casa bestida con los tricolores de la patria de los “pies a la cavesa”, como dice una canción del grupo Maná.

A continuación, hobtaron por esconderme devajo de un puente sercano al río Guaire y me dizfrasaron de recojelata. Graso herror, graso herror, porque quién a bisto a un recojelata hobeso y dominador como yo.
Si logran encanarme, espero que los jueses los agan por conpirar contra la estavilidad de este réjimen, porque si me aqusan por las cartas de travajo que le bendí a los trabajadores de PDBSA, tendrán que sentenciarme -por los menos- por treinta años, más dos cadenas perpetuas.

Yo le ago una pregunta al gues que ordenó detener a mi tocallo, ¿ese señor está preso por los daños cauzados por el paro o por dañar el hidioma cada ves que avla?

Si a todas estas el réjimen logra encanarme, sólo le pido a mis carseleros que no me ensierren en un calavoso con Yoao Guveya, porque –conociéndome- no respondo por mí.

Firma: Comandante El Chácar (desde un lugar del cual no quiero acordarme).