Agroecología, ciencia emergente y militante

Uno de los acuerdos más conspicuos del II Congreso Venezolano de Agroecología que actualmente se realiza en Maracay bajo los auspicios de la UBV y otras instituciones, es el deterioro que la revolución verde ha causado en múltiples ecosistemas agrícolas del mundo, al punto tal que aunque se insiste en su aplicación, se optimizan dosis, se innova en tecnologías menos agresivas, es ambientalmente y socialmente inviable; aunque la fuerza de la imposición como modelo agrícola está culturalmente en los tuétanos de una gran parte de los agricultores del mundo que tributan a las poderosas agroindustrias transnacionales o de altas fortalezas económicas-tecnológicas nacionales. Las evidencias en su contra son muchas, además de los daños directos ya señalados a los ecosistemas, son energéticamente menos eficientes que las producciones en policultivos agroecológicos, tienen menor capacidad de adaptación a los cambios ambientales, tienen una inocuidad cuestionada por el uso de agroquímicos y de cultivares transgénicos, son expoliadores de la mano de obra y se administran bajo las condiciones especulativas del mercado. Estos sistemas de altos insumos reciben más del 80 % de los subsidios de la agricultura mundial, para poder mantenerse competitivos en los mercados internacionales.

Sin embargo, parece ser otra importante conclusión, no resulta fácil avanzar con el paradigma emergente agroecológico en tanto la mayor parte de los insumos que deben sustentarlo son escasos, menos universales que los químicos del modelo industrialista, y demanda una reconversión de agricultores acostumbrados al ensamblaje de insumos y a sistemas crediticios que llevan consigo un "paquetazo" de químicos. De esto no hemos escapado en Venezuela, donde algunas instituciones crediticias otorgan créditos bajo este sistema repelente del cambio de modelo agrícola a otro más sustentable. Y un tercer elemento, relevante es que la agroecología tiene visos de una relación eterna del humano con la tierra, en contextos específicos y determinantes como forma de vida.

En este marco, los estudiosos del tema también la conciben como ciencia emergente emancipadora, transdisciplinar, aun imberbe, que anda en la busca de los campos de estudio que le dan perfil propio. He aquí una de las grandes dificultades, porque las temáticas que se presentan en el Congreso son muy amplias, consecuentes con la complejidad de la agricultura donde lo humano y la microbiología están presentes, donde la educación-formación es parte de las herramientas de reproducción del conocimiento; y la mujer, la familia en general asumen roles relevantes para la vida más allá de la subsistencia, pero también de una corresponsabilidad con la vida de los demás habitantes del planeta.

Para algunos científicos de otras ciencias presentes en el evento, la agroecología es una ciencia militante en cuyos eventos nacionales e internacionales, aparecen las fotos de grandes líderes de procesos revolucionarios como testigos de esa militancia por el cambio paradigmático en la agricultura y por aquello de salvar el planeta.

El problema actual de los sistemas de producción agroecológicos está en los números. En Venezuela menos de 100 mil hectáreas se laboran en este paradigma, una cantidad insignificante frente a las estadísticas de la cartera agrícola que financia el modelo de la revolución verde. Por su parte la agricultura urbana antes que la rural ha asimilado más el concepto de la producción agroecológica. En todo caso las preguntas son muchas y las respuestas deben girar en torno a un sistema de prioridades de investigación y desarrollo ´para la innovación en las cuales avanza el gobierno nacional: 1/ Mejoramiento formal y participativo para disponer de cultivares apropiados para diferentes eco-regiones, valorizando los cultivares locales. 2/ la producción de semilla y el privilegio de "ensemillarse" para evitar las coyunturas en los planes de siembra; 3/ La producción de bio-insumos con sentido local y regional, que son una amplia gama de controladores, mejoradores de la fertilidad de suelo, polinizadores, sustratos, etc. 4/ un cambio paradigmático en la utilización de una gama amplia de recursos para la alimentación animal en el trópico. Mejorar la suficiencia de estos insumos significará un incremento en la producción de base agroecológica.

Pero hay avances, logros verificables, ideas novedosas, militancia por el cambio paradigmático, y sobre todo, un gran amor por la tarea que se realiza para disponer de una agricultura sustentable en el amplio sentido de la palabra.

Otra agricultura es posible.

 



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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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