Golpe en ciernes

Es un hecho; el golpe parlamentario contra la presidenta de Brasil Dilma Rousseff ¡va!, argumentado el rebuscado "delito" de "supuesto maquillaje" en las cifras de la economía de la Nación carioca, pero a su vez la maniobra parlamentaria busca tronchar la carrera ascendente de Luis Lula D´Silva quien goza de una popularidad que sobrepasa los 55 millones de votantes, garantizando desde ya su retorno a la presidencia de este país en los próximos comicios electorales.

Este hecho consumado tiene antecedentes recientes con tristes ejemplos como los casos del ex presidente Zelaya en Honduras, donde parlamentarios de la derecha de la tierra de Rubén Darío, secuestraron y exilaron al presidente de un solo zarpazo; igualmente en el Paraguay contra el ex presidente Fernando Lugo; y con Cristina de Kirchner, pero allí se valieron de inmensos y millonarios recursos publicitarios para minar la credibilidad de los argentinos, que hoy por cierto se arrepienten de lo que hicieron. Con el presidente Correa intentaron lo mismo con el apoyo de policías en huelga y con el presidente Evo Morales tramaron fragmentar "la hija predilecta de Bolívar" en pedazos para posesionarse de la parte rica en minerales, gas y petróleo; igualmente recordamos el secuestro del ex presidente Aristid en Haití exilándole al África sin fórmula de juicio alguno. En la Patria de Bolívar dieron el golpe mediático, pero la conjunción cívico militar hizo de ese secuestro del 11 de abril un 13 de abril victorioso, cuando rescató al Comandante Eterno de sus captores.

Todo un plan firmemente urdido, con experiencias practicadas en Europa y el Medio Oriente, donde en Ucrania "las manitas blancas impulsaron la caída del presidente constitucional o en Egipto y la desastrosa "primavera árabe" aunque el término esté mal empleado porque los egipcios no son árabes, pero si lo son los sirios, cuya Nación ha sido ferozmente agredida por fuerza mercenarias, financiadas por organismos vinculados a los EEUU . Pero ahondando en los conflictos del Medio Oriente recordemos Irak y sus armas de destrucción masiva nunca encontradas o en Libia, quien su extinto y asesinado presidente Gadafi financió fuertemente la campaña presidencial en Francia de Nicolás Sarkozy, quien luego fuese su verdugo como aliado de la OTAN.

No, no hay casualidades, la derecha neoliberal avanza reagrupándose y atropellando sin escrúpulos, y para ello se basan en "la defensa de los derechos humanos", que luego le dan con los pies y asesinan sin inmutarse, y todo esto ante la mirada impávida de los organismos internacionales que supuestamente "protegen los DDHH, volteando la vista para esconder la verguiza cómplice.

Lo de la presidenta Dilma es "alarmáticamente abusivo y poco ético" como ella misma lo declara; y lo lamentable que este golpe pareciera programado para acabar con los gobiernos progresistas de nuestra América Latina, quien bajo el liderazgo de Chávez, Kirchner, Lula, Correa y Evo impulsaron mecanismos multilaterales de unión, tales como la CELA, UNASUR, ALBA, organismos que defienden la soberanía y desarrollo de Suramérica y el Caribe, instituciones que han sido duramente criticadas por la presidenta del Fondo Monetario Internacional FMI Christine Lagarde, quien le disgusta que tengamos "muchos" organismos para atender las economías locales. ¡No está fácil! diría un amigo llanero.

Nuestra Patria Grande está en serios problemas; solo la férrea voluntad del pueblo venezolano puede contener la brutal embestida económica, mediática, científica y hasta militar de los poderes fácticos con asiento en los EEUU y países aliados. Pero para ello nos hace falta fortalecer nuestra casa; unificar la estrategia y las tácticas contra este todopoderoso enemigo, que no tiene enemigos sino intereses que controlar a sus anchas. La India, Cuba, Vietnam, Corea del Norte, China y Rusia han podido superar las adversidades contra este coloso imperial, Bolívar y luego Chávez también lo hicieron. ¿Podremos entonces nosotros superar esta crisis?

ACUERDOS NECESARIOS

Definitivamente habrá que llegar a establecer acuerdos mínimos de convivencia entre los dos modelos en pugna, no hay una "salida" mágica para encontrar el camino para la paz y el desarrollo de la Nación, donde todos podamos tolerarnos y reconocernos, ya hay demasiadas bajas, pérdidas materiales y humanas para no entender esta conflagelación intestina es innecesaria, que si no se detiene puede iniciar una guerra civil, cosa que no queremos quienes amamos a Venezuela.

Tanto odio, tanta descalificación y desconocimientos del otro solo acarrea más radicalismo y separaciones entre hermanos, amigos o vecinos. Lo mínimo inmediato debe ser el respeto a la Constitución, carta magna elaborada de manera inédita, donde el pueblo es el protagonista fundamental de su desarrollo, logrado en libres y democráticos comicios. Quiere decir respeto a la institucionalidad y las normativas expresadas en este documento para defender y proteger a todos los seres que habitamos esta Tierra de Gracia.

Si la oposición quiere respeto debe reconocer la majestad del poder ejecutivo, cosa que no ha hecho desde que el mismo Chávez ganó la presidencia y luego a Nicolás Maduro a quien con saña se le han obstaculizado y saboteado su gestión en todas las áreas públicas. Y por su parte el gobierno deberá entender que la iniciativa debe salir de su seno y ser promovida por sus voceros políticos e incorporar a los voceros de la oposición de manera paritaria. Ese debe ser el comienzo de una larga discusión que no debe detenerse por intrigas malévolas de quienes no desean el fin del conflicto.

LEYES ANTICONSTITUCIONALES

Si alguna acción exitosa quedará para la historia de la Nación será la emprendida por Hugo Chávez con la Gran Misión Vivienda Venezuela. Nunca antes gobernante alguno pudo superar los obstáculos que existían para el desarrollo de viviendas de carácter social; lo vemos en los anillos que circundan nuestras ciudades con los cordones de miseria en ranchos o casas construidas con mucho esfuerzo, precisamente por los trabajadores de la construcción. Y es que el sistema capitalista no contempla construcciones de este tipo, salvo los que el estado apenas pueda subsidiar en terrenos de poco atractivo económico para el sector inmobiliario.

Chávez tuvo la valentía de imponer que la vivienda familiar sea un derecho constitucional, donde su valor es de uso y no de cambio, precisamente porque con ello se garantiza que el subsidio otorgado al beneficiario sea para el uso de la familia y no para que pervertidamente sea utilizada con fines comerciales en detrimento de esa familia a quien el estado le otorgó este beneficio. Es por ello que la titularidad de la vivienda se blindó legalmente para uso de la familia que la habita y no de una individualidad que firma el documento; las metas se cumplen, más de un millón entregadas y dos millones en desarrollo, garantizan que los hijos de los titulares actuales y futuros puedan desarrollarse armónicamente.

Y otro error calculado o no es la Ley de Amnistía y Reconciliación, de quién? nos preguntamos; este documento es una copia de las amnistías elaboradas en regímenes que salían de dictaduras y que los salientes buscaban la "Gracia" de los nuevos gobernantes, que aceptaron con presión el auto perdón para sus verdugos.

MOTOR AGROALIMENTARIO

Para muchos la más importante acción que el ejecutivo desarrolla en la actualidad para contraatacar la corrupción, el acaparamiento y la especulación desbordada para distribuir alimentos al pueblo. Y ahora con la activa participación de las comunidades organizadas se entregan bajo censo de ellas, casa por casa. Además se procura el incentivo y protección del agricultor, marginado eterno de lo que siembra y produce.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1996 veces.



Henry Hernández Armas

Analista social, experto en Imagen Corporativa, Relaciones Públicas, Estudios Sociales.

 hernandezarmashenry@gmail.com

Visite el perfil de Henry Hernández Armas para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Henry Hernández Armas

Henry Hernández Armas

Más artículos de este autor