"Es difícil construir edificios socialistas con albañiles capitalistas"
Pepe Mujica. Expresidente de Uruguay.
Para millones de personas que en el planeta se empeñan en buscar una salida humanitaria a los desmadres sociales del capitalismo, cada vez se les hace más urgente responder a la pregunta de por qué han fracasado los intentos de edificar el socialismo, desde la experiencia soviética de 1917. En el caso latinoamericano esta pregunta adquiere ribetes de angustia existencial actualizada, cuando vemos que los llamados "gobiernos progresistas", se debaten en lucha agónica con el fantasma neoliberal que amenaza con entronizarse de nuevo en estas tierras, traído de la mano por el voto popular.
En lo que respecta a Venezuela, el reciente triunfo de la derecha política le ha puesto fecha al fallecimiento de la llamada Revolución Bolivariana. Esto ha determinado que el alto mando del chavismo, se pronuncie por un acelerado acuerdo con las fuerzas económicas del capital, con el fin de llegar a salvo, hasta las próximas elecciones presidenciales en 2019. Desde enero del presente año, la retórica política oficial es un canto al colaboracionismo con los denominados empresarios patriotas, como expediente para vencer el nefasto capitalismo rentista que esos mismos empresarios edificaron en los últimos setenta años en la vida del país.
Este gran viraje del Madurísmo hacia los intereses coyunturales y estratégicos del capital, a nuestro juicio obedece a que la alta dirección de la Revolución no tiene otra salida, dentro del actual cuadro político nacional e internacional. La caída de los precios petroleros, aceleraron el proceso de alianzas con los empresarios que ya venía desde los días del eterno comandante. Por eso justificamos la salida socialdemócrata del presidente Maduro. El norte del actual gobierno debe ser la EUROPA CAPITALSITA NÓRDICA con su Estado de Bienestar, que le ha traído muy buen vivir a las clases trabajadoras de aquellos países. El empeño voluntarista de edificar un edificio socialista cuando no se tiene todos los materiales a la mano que se necesitan para semejante obra, está destinado a terminar en tragedia. Esta ausencia de herramientas para la construcción del socialismo que ha signado a la revolución bolivariana, se ha manifestado en:
1.-La dramática carencia de una teoría revolucionaria que nos indique cuales son los pasos a seguir para avanzar hacia el socialismo, desde una sociedad preñada de capitalismo rentista.
2.-El equipo económico del gobierno chavista siempre estuvo integrado por profesionales liberales, formados en los abrevaderos de la economía neoclásica.
3.-La hegemonía cultural, ideológica de la clase capitalista no sufrió el menos deterioro durante los dieciséis años de chavismo. Nuestras clases trabajadoras siguen teniendo el sentido común que emana de los empresarios rentistas.
4.-La tremenda confusión entre estatismo y socialismo terminó generando la más grande cosecha de ladrones que el país conozca en toda su vida republicana.
5.- Por último y esto es los más importante, la dirigencia roja pensó que el enemigo a vencer era el capitalismo neoliberal, cuando la verdad es que el enemigo de la clase trabajadora es la civilización del capital que tiene más de cuatro mil años sobre el planeta, siendo el capitalismo apenas una fase de este demoníaca civilización fundada en el valor de cambio y en el atesoramiento individual de la riqueza. Con una burocracia y un liderazgo consustanciados con la civilización del capital, todo intento de edificar el socialismo nacerá muerto.
En conclusión, debemos apoyar la salida socialdemócrata de Maduro siempre y cuando desde este marco político se comience a edificar el Estado de Bienestar y a formar la cultura contra hegemónica, que en un futuro no muy lejano, quiebre la dominación de los dueños de los medios de producción y siente las bases del verdadero hombre nuevo con el que soñó Ernesto Guevara de la Serna.
