El socialismo: publicidad engañosa

La oligarquía, que son los grandes capitalistas, va a intentar borrar del mapa político de Venezuela todo intento de un gobierno populista, pero borrar sobre todo cualquier tentativa de cambio socialista. Para la derecha oligarca, la socialdemocracia populista y una revolución socialista representan casi lo mismo. Su naturaleza egoísta los hace quererlo todo, no compartir la riqueza del país con políticos y mucho menos con el resto de la sociedad, que no es ella, la privilegiada. Para la oligarquía toda la sociedad debe estar a su servicio.

Gracias a esta lógica los planes del gobierno del presidente Maduro están destinados al fracaso. No se pueden desarrollar programas sociales y al mismo tiempo estimular al capitalista. Construcción de viviendas de "interés social", sostener un sistema público de educación gratuita y universal, pagar por las misiones de salud… y a la vez alimentar la voracidad y el estilo capitalista. El capitalismo crece de manera inversa al desarrollo social de los pueblos. Donde florece la actividad capitalista crece la miseria, la ignorancia, la delincuencia; la corrupción.

Es un disparate. Y es una enorme candidez creer que los capitalistas desde el gobierno y cerca de él van permitir que sigan los "gastos" sociales del gobierno. Es doctrina capitalista contar como pérdidas estos "gastos sociales", que Chávez llamaba "inversión social" en razón a un posible efecto espiritual en las personas. El mercado es el único que determina, el que mide, que decide, por lo tanto será él el que defina también la política social. El mercado es el ambiente donde es posible el crecimiento capitalista, por tanto decidirá sobre la gratuidad o costo y calidad de la educación (por ejemplo, sobre los pensum de estudios o formas curriculares de escuelas, liceos y universidades); el mercado será el que determine la gratuidad o el costo de los servicios de salud. Su doctrina dice que deben estar controlados por los privados. Por ejemplo, creará fondos de pensiones para fortalecer a la banca privada y a las aseguradoras y eliminará el sistema de seguridad social del Estado. El mercado decide los precios de los productos y los sueldos de los trabajadores. Los niveles de desempleo, la calidad del trabajo. Será el mercado quien imponga los horarios de trabajo, las jornadas y en general las regulaciones de las relaciones laborales.

Lo único seguro que se obtendrá de esta alianza es la violación de los avances sociales que se han conquistado. Y la traición. Cuando la oligarquía por medio de sus agentes dentro de los partidos (de todos los partidos) vaya a dar el golpe final a esta revolución envenenada ahí estarán los capitalistas "buenos" aupando a los verdugos. Ahí estarán anunciando el fracaso definitivo del socialismo como sistema político, porque para ellos el socialismo y las idioteces políticas de este gobierno son lo mismo.

Afortunadamente mucha gente sabe que esto no es cierto. Que lo que está muriendo es una pretensión socialdemócrata de gobernar con empresarios capitalistas. Seguir repartiendo la renta petrolera sin crear conciencia, conciencia del deber que tiene cada hombre y mujer de este país por el éxito de toda la sociedad y no de unos pocos.

El socialismo es esa conciencia del deber social, y esa no ha muerto dentro de quien la tiene ahora. El socialismo no pudo haber fracasado porque el equipo de gobierno del presidente Maduro se ha encargado de hacerlo a un lado de todas las decisiones políticas del gobierno. El fracaso es de este equipo de líderes y técnicos de aliento reformista y socialdemócrata. Sin embargo, es eso lo que vociferarán los agentes del capitalismo nacional y foráneo, "¡el socialismo fracasó!!".

Dirán a todo el mundo y de manera repetida hasta la saciedad que el socialismo: son estás colas infernales, es la escasez de productos, es corrupción, es inseguridad; es todo lo malo que padecemos, a causa de la acción de esos mismos empresarios capitalistas despiadados. Pero el gobierno es responsable por omisión, por haber frenado y desmontado las acciones revolucionarias socialistas de Chávez. ¿La más importante? actuar con dignidad.

Pero, por otra parte el gobierno le vende a Venezuela la idea falsa que estamos dentro de un proceso revolucionario socialista, y eso es peor (y es bastante decir) que reconocer que no esto que promueve el gobierno no es socialismo, como Aristóbulo Istúriz, que ha dicho que todo lo que puede hacer este gobierno es continuar repartiendo mucho más que los adecos y copeyanos la renta petrolera, dentro de un pacto socialdemócrata. Varias veces ha dicho Istúriz que ésto no es socialismo, y tiene razón. Los otros solo se engañan y nos engañan; ¡no son tan "inteligentes"!. No obstante, todos tienen miedo del socialismo. No tienen bolas ni imaginación para el socialismo. Les es más fácil el "pacto social", les es más cómodo.

Hoy, todos los esfuerzos del gobierno se resumen en una campaña de desinformación para confundir a la gente con lo que se está haciendo con los empresarios en la Faja del Orinoco. Y los "estímulos" para las inversiones, una manera de dejar hacer (Lasse fer) lo que les da la gana a cambio de "crear empleos", mientras se roban los dólares que les dará el gobierno, para producir lo que debería estar produciendo el mismo Estado, por ejemplo. Una campaña del gobierno en favor de la Venezuela productiva, pero que trabaja a la vez para la explotación eficiente de la Faja por las multinacionales; que está trabajando para mejorar la renta petrolera. Por un lado la condena como un mal y por el otro trabaja para repartirla mejor entre los capitalistas.

Y una campaña para hacer aparecer al presidente como presidente socialista, cuando sus acciones lo desmienten. Echando a un lado las distracciones, lo que queda es una falta de imaginación, una falta de creación, que ahora llaman irónicamente los propagandistas "nuevo modelo económico". Detrás de la propaganda del gobierno lo que queda es una vuelta atrás, con mortales y tirabuzón incluidos. Con qué descaro y con qué rapidez y habilidad el gobierno de Maduro se ha aliado al capitalismo y se ha puesto en contra del socialismo. Para el socialismo se necesita estudio y trabajo, pero para construir el socialismo sí es necesario el uso de imaginación, es necesario que seamos creativos. No para hacer lo mismo de siempre.

Mientras más nos arrodillamos a los capitalistas y a sus soluciones mágicas, mientras más nos alejamos del socialismo se incrementa la propaganda que intenta mostrar las políticas del gobierno como medidas socialistas. En el programa de Mario Silva la imagen de Maduro está entre una imagen de Fidel y una del Che Guevara, qué ironía la de Mario Silva, y que pena con ese señor.



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Héctor Baíz

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