No sin sorpresa y desagrado hemos visto como varios renombrados "analistas políticos" se han tirado al ruedo "lanza el ristre" para combatir y destruir a todos aquellos malvados, pendejos, ignorantes, pacatos, malintencionados y muérganos que se han atrevido a manifestar opiniones en las cuales se atribuye algún grado de responsabilidad al Pdte Maduro y al Diputado Cabello en el desastre del 6-D.
Yo confieso no tener la trayectoria, los pergaminos o el pedigree que me certifiquen como experto de talla mundial (como pidió un cierto analista) para poder opinar, sin embargo soy venezolano, tengo bastante experiencia, cierta instrucción y formación y sentido común y he acompañado y sacrificado bastante de mi vida por el éxito del proyecto bolivariano ( puedo garantizar que jamás he desempeñado cargo público alguno ni he recibido ningún tipo de dádiva del gobierno) además mis opiniones no están condimentadas con ninguna intención oculta de congraciarme o agradar los oídos de ningún poderoso; creo que es urgente identificar las razones que produjeron la pérdida del apoyo del pueblo, analizarlas y diseñar un plan con correctivos; si no se toman acciones efectivas, que la gente entienda y comparta, se corre el riesgo de que esta derrota sea seguida por una o unas más dolorosas o peor aún, que esta situación quede grabada como una sentencia definitiva de que el socialismo es sinónimo de fracaso.
La presente coyuntura demanda que cada revolucionario deponga sus intereses o ambiciones personales o grupales en favor del bien colectivo y para salir con éxito de este hoyo hay que escuchar a todo el mundo, procesar todas las opiniones; lo que hay que rechazar son aquellos que se creen poseedores de la verdad y se arrogan la autoridad para calificar a los demás y decidir que se debe hacer y que no, con fines innobles que no están en sintonía con lo que requiere el país y el proyecto bolivariano. Si bien es cierto que a veces ciertas críticas pueden no tener bases o pueden tener la intención de perjudicar algunas personalidades, más cierto es que la respuesta no es que alguien se atribuya el poder de calificar o censurar a los demás: la solución es facilitar la participación de todos los militantes, amigos y simpatizantes en talleres, conferencias, reuniones etc organizadas por el PSUV y sin ninguna restricción en cuanto a emitir opiniones y a su procesamiento. La determinación de la responsabilidad o no de algún funcionario, sin importar su nivel, no puede provenir del mal uso del concepto de lo que es fidelidad o de trucos retóricos; por ejemplo decir que un ministro o cualquier otro alto funcionario no es responsable de la labor de sus subordinados, es, por decir lo menos, un exabrupto, para eso el ministro hace la selección correcta, después instruye a sus empleados cual es su labor, sus responsabilidades y que se espera de ellos y, finalmente, controla resultados.
Superar la derrota del 6D es tan importante y puede tener tantos efectos colaterales dañinos que desviar esfuerzos en cuidar intereses personales o grupales puede tener un resultado multiplicador donde todo el mundo empieza a cuidar su parcela y nadie cuida el proyecto.