Parte II: Mi introducción al tema

El eco-socialismo para principiantes como yo

Ecosocialismo es más que solo modelos productivos sustentables o ecológicos, es más que distribución justa de riquezas, es más que una "política oficial"; el ecosocialismo es una cultura, una forma de vida, una manera de vivir.

Sobre este concepto mucho se ha escrito desde antes de 1998 y especialmente ahora, dentro de nuestra revolución. Nuestro comandante eterno tiene el mérito de rescatar esta filosofía del ecosocialismo que se viene gestando desde la década de los años 1970 y aún desde finales del siglo XIX. Nuestro inmenso titán colocó en la dinámica mundial, ciertamente, con total vigencia, como bandera en las luchas nacionales, el paradigma del socialismo ecológico como única vía para evitar la destrucción de la humanidad. Nuestro inmortal comandante Hugo Chávez Frías, puede decirse, debe decirse, es Padre del naciente ecosocialismo contemporáneo: el socialismo del siglo XXI; ideólogo de este e iniciador de su praxis. Y estas dos facetas, formulador y practicante, poseen relevancia singular, profundizó en su definición, la adecuó a estos tiempos (nuestra realidad actual) y comenzó a construirla a una escala nacional. Nunca antes un país entero había asumido el hecho ecosocialista como su bandera de lucha diaria y general.

Aun así queda mucho por escribirse sobre el fenómeno ecosocial – político; mucho por definir, mucho por analizar, mucho por entender, ni se diga de lo que está por hacerse. Nunca estará de más el reflexionar y expresar ideas que nutran nuestro proceso revolucionario.

Una de las primeras caracterizaciones hechas por nuestro comandante Chávez sobre el proceso bolivariano es el de "Sustentable, Endógeno, Equitativo y Participativo". Son estos rasgos básicos del ecosocialismo. Podemos hablar de un Desarrollo Endógeno doblemente Sustentable, Sostenible pues; sustentable ambiental y socialmente. Para que sea sustentable ambientalmente debe mantener los equilibrios básicos ecológicos; para que sea sustentable socialmente debe estar imbuido de protagonismo popular, justicia y equidad.

El ecosocialismo, que se basa entonces en un desarrollo endógeno sostenible, es también, por sí mismo, innovador; tan innovador que es revolucionario. Inventor de nuevas relaciones sociales y de producción, de nuevas técnicas, nuevos métodos y procesos, incluso de nuevas contabilidades, pero sobre todo, de una nueva cultura.

¿Qué busca el ecosocialismo? Alcanzar un estadio de humanidad libre de pobreza, libre de hambre, de analfabetismo y oscuridad de ideas, de enfermedades y epidemias absurdas, libre de guerras, de injusticia, libre del "mal vivir" y del falso "vivir bien" que tenemos hasta ahora entendido, en compaginación perfecta con la dinámica ambiental ecológica del planeta ("casi perfecta" pues el equilibrio absoluto entre civilización y naturaleza no es posible)

Para esto debemos "reinventar al mundo", a nuestra sociedad, a nuestras instituciones. Esto explica por qué nuestra revolución debe reinventarse constantemente. Esto explica los futuros seguros cambios que seguirán ocurriendo. No existe plan previo, no existen recetas ni fórmulas preestablecidas, no existe un "Manual para el establecimiento del modo ecosocialista"; Samuel Robinson lo dijo: O inventamos, o erramos.

Aunque tampoco es "tan así" con eso de "inventar"; no todo tenemos que inventarlo. Muchas cosas existen definidas, mucha dialéctica desarrollada al respecto del ecosocialismo (recomiendo altamente leer "A propósito del I Congreso Constituyente de los Movimientos Sociales Ambientalistas y Ecologistas por la Paz", Julio Escalona, Aporrea.org, 07/05/2014. Cuidado: el título del artículo no hace honor a su profundidad filosófica, diría que fundamental para entender el porqué del ecosocialismo) muchas experiencias locales y hasta regionales, muchos ejemplos que debemos tomar ensayar y asumir, ajustándolos por supuesto a nuestra realidad nacional y realidades regionales y locales. Esto nos obliga a un constante investigar y estudiar, a leer, a debatir, a reunirnos, a comunicar, a practicar, ensayar y enseñar; esto tiene que ser tarea diaria de todo militante de este proceso revolucionario nuestro y en verdad de todo aquel que se tilde de revolucionario en el mundo. El estudio y el debate van acompañados de la acción; poner en práctica nuestros pensamientos es convertir la teoría en realidad.

Imponer el ecosocialismo empieza por el estudio y luego, como dicen los especialistas en gerencia y desarrollo organizacional y personal, por "internalizarlo". Cada uno de nosotros es la revolución en sí. La comunión crea la masa crítica que transforma toda realidad; de aquí lo imprescindible de la reunión la organización y la comunicación.

La revolución ecosocialista debe producir cambios radicales en todos los órdenes de la existencia nacional, cambios en lo social, cultural, tecnológico, organizacional, económico y productivo. Estos cambios comienzan por cada persona en lo individual. Los cambios históricos son impulsados por el pueblo, nuestras organizaciones de base, nuestro partido y nuestro Gobierno revolucionario. No basta con querer hacerlo. No basta con saber lo que está mal y cómo debería ser. No basta con preocuparnos por la cuestión ecológica o por la justicia social. Deben crearse estructuras y superestructuras capaces de canalizar las inquietudes de la gente y convertirlas en realidades.

Tampoco hacemos mucho resolviendo parcial e inconclusamente las cosas; resolver unas asociadas a otras que no son resueltas o resolver "a medias". El entendimiento de los conceptos de "Sistemas" debe imperar en toda decisión y acción que se produzca. Por eso debe ocurrir un acompasamiento en las políticas estrategias planes y proyectos que se pongan en práctica. Pretender derrotar el cambio climático sin modificación de nuestros patrones de producción y consumo, sin modificar nuestros hábitos de vida, es imposible; detener el deterioro ambiental y de recursos naturales sin imponer justicia social es vano; tratar de mejorar la ecología humana sin vivienda y sin dotación y mejoramiento de los servicios básicos, por ejemplo, es estrellarse directo al fracaso; empeñarnos en el desarrollo nacional sustentable ambientalmente sin crear nuevas tecnologías y rescatar antiguas, lo cual a su vez obliga a mucha investigación, a darle rienda suelta a los poderes creadores del pueblo y a mejorar nuestra preparación para el trabajo, es irrealizable. …. Y esta es dialéctica materialista, pura y simple. Atacar las "causas raíz", como lo viene haciendo desde el primer momento nuestra revolución, y aplicar a la sociología y la política el principio o ley de "mínimos de Liebig", de uso en la agricultura, nos ayudará mucho en el camino hacia el ecosocialismo.

Transitamos una senda ardua, sinuosa, empinada, difícil. No hay soluciones a los problemas mayores, de hoy para mañana. La instauración plena de una forma de vida ecosocialista en nuestro país demorará décadas. Esta conciencia debemos tenerla. … Y saberle responder a las mal intencionadas críticas que hacen opositores de nuestro proceso, entre estos se incluyen "expertos en desarrollo", politólogos, ‘analistas políticos" y ciertos "prestigiosos" ambientalistas y grupos ambientalistas que se oponen a todo cambio. Para todos ellos un mensaje: EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI ES EL ECOSOCIALISMO, bolivariano, robinsoniano, zamorano y chavista, también sustentado y enriquecido por el pensamiento universal de muchas y muchos pensadores nuevos y no tan nuevos. … Seguiremos empujando hasta que se conviertan en realidad los ideales expresados por nuestro comandante eterno Hugo Chávez.

Ing. Inocencio Soto C.

ingenieroisoto@gmail.com



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Inocencio Soto

Ingeniero Forestal

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