Cuando las cosas están confusas, la ley que vale es la de la revolución

Los acontecimientos significativos transcurridos en esta última semana son atropellados, casi que uno cayó sobre el otro. Primero, el arresto de Ledesma. El sábado nos sorprendió ver a Mario Silva en la Hojilla conversando con el presidente Maduro y decirle amistosamente que la Hojilla "representa una época, la época de Chávez, la lealtad.... que cuando había que defender a Chávez salías Mario Silva....". Como si nada. Nos sorprendió eso, de que la "época de Chávez" había pasado oficialmente, dicho por el presidente o ¿Sería eso un "acto fallido", o sería que se le chispoteó? Y a Mario mostrarse como siempre, radicalísimo: "Hay quienes que captan algún traidor con la máscara chavista, ... el que se ponga la máscara chavista, que el pueblo se la quite....", alentando al pueblo chavista a que le quite la máscara a los que no son chavista. Ojalá nos pudiera explicar Mario cómo se sabe cuándo un chavista es auténtico y cuándo no lo es, sobre todo ahora que nos hemos enterado que la "época chavista" no es esta, según el presidente, es la de Mario. Pobre Mario, que confundido debe estar. No importa, así nos sentimos todos ahora.

Luego hoy, no enteramos de la noticia de la renuncia solidaria de Izarra por la detención de su suegro (Antonio Ledezma), según versión de su suegra y su esposa. Sin embargo, en un momento fue desmentida por el mismo Izarra.

Pero este domingo José Vicente Rangel fue sorprendido por Óscar Schemel, quien dijo en su programa, entre otras cosas asombrosos, estas: "la Revolución Bolivariana necesita establecer políticas comunicacionales eficaces que contrarresten los ataques de la guerra de cuarta generación, las armas no son los fusiles son los mensajes y los rumores"… "es la ausencia de una comunicación estratégica para enfrentar la guerra psicológica y así restablecer los niveles de esperanza e incertidumbre (yo diría más bien de certidumbre) en la población venezolana"… "no es suficiente llenar los estómagos, hay que llenar los corazones y las mentes". ¡Acontecimientos en pleno desarrollo! Y ¡Cosas vedere Sancho!

En Aporrea, nuestro foro de la revolución, fue vergonzoso leer a un señor confesando su "jalabolismo". Y más sorprendente aún, argumentar sobre porqué su amor al "Chavo" (no sé por qué lo haría, alguien lo compararía con él) diciendo que el "Chavito" nada tenía que ver con las inclinaciones fascistas de su creador, como si fuera posible que una tigra pariera mariposas; como que si ese personaje no sigue dañando, hasta hoy, las mentes de los niños (incluyendo la suya).

Luego, a un comunista renegado defendiéndose de alguna acusación de adeco o algo así, mostrándonos su currículo político y laboral ¡qué cosa!, También hay mucha confusión en el ambiente intelectual.

Mientras tanto, fuera de nuestro bosque, el imperio arma su ataque amenazando a los países "malditos"; hace que AD y COPEI, firmen la carta del "gobierno de transición" para presionar al gobierno revolucionario desde adentro (y es revolucionario, todavía sigue siendo, a pesar del desvío socialdemócrata); afina las acciones de su quinta columna, desde más adentro, y aquí las cosas se confunden de nuevo.

Dónde está esa quinta columna ¿Será ese que renuncia? ¿Será la mitad del gabinete? ¿Serán los capitalistas buenos? ¿Los asesores? ¿La envidia y los celos? ¿Será que no tenemos claro el camino de una revolución socialista, será esa falta de conciencia la verdadera quinta columna del imperio? ¿Será que, como dice ese otro especialista, debemos llenar los corazones y las mentes?

¡Es cierto! pero de socialismo.

La guerra es psicológica, cierto, porque no hemos sabido construir una consciencia socialista y revolucionaria sobre los ataques del enemigo. Lo que alguna vez fue urgente hoy lo hicimos la norma, a saber, regalar y dar cosas materiales al pueblo sin exigir de él consciencia, sacrificio, estudio y trabajo con sentido social. Retomar el camino revolucionario es nuestra única defensa, es nuestra única alternativa, el camino que nos queda y nos legó Chávez. Hablar claro, con la verdad, de cara al socialismo y la revolución. Frente a la guerra continua, hay que hacer una revolución socialista permanente, no hay de otra.

¡Que viva el socialismo, Chávez y el chavismo!



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Héctor Baíz

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