Esto es lo que haremos con el barril a 60 dólares

Parece que la nueva tecnología del "fracking", que permite obtener petróleo a partir de ‘bolsones’ de petróleo relativamente pequeños, que no se encuentran a tanta profundidad y que a fin de cuentas -salga costoso o no costoso el producirlo-, ha traído una sobreoferta que, al parecer, es la causante primera de la reducción de los precios internacionales. Esta tecnología produce daños ecológicos irreversibles en acuíferos que se encuentran en la trayectoria de los tubos de inyección de agua y químicos a alta presión, que rompen (fracturan) aquellos pisos rocosos que retienen ‘encapsulados’ a estos relativamente pequeños reservorios de petróleo y contamina aguas potencialmente aptas para el consumo humano y animal. Según lo afirman los que saben, solamente se viene trabajando con esta tecnología, en territorio de los Estados Unidos y en algunos lugares de planeta con fondos poco profundos, en mares territoriales igualmente estadounidenses.

[ A los gringos, al parecer, poco les importa dañar sus reservorios de agua dulce, puesto que siempre están mentalmente afincados en su poderío militar, el cual les permitiría diversificar sus objetivos de guerra, y así, en un futuro no muy lejano, agredirán e invadirán países no sólo para robarles su petróleo, sino también para apropiarse de sus reservorios de aguas dulces… ]

De la sobre oferta producida, que ha provocado el descenso de los precios del barril petrolero, se han derivado dos posturas político-económicas para combatirla, que varían en estrategias, tácticas y, sobre todo, plazos en el tiempo. Una, la que llevó el canciller venezolano al seno de la OPEP, que proponía una reducción importante y calculada de la producción en los países de la organización, para provocar un alza inmediata de los precios. Y otra, la sostenida por algunos expertos comercializadores de petróleo (de la OPEP), que habla de mantener el nivel al que han bajado los precios del barril, para acabar en corto tiempo (uno o dos años a más tardar) con esa oferta emergente de petróleo, producto del ‘fracking’ (o fractura), por considerar que manteniendo los precios bajos, esa ‘novedosa’ e inusual competencia va a convertirse en ‘poco rentable’, haciendo fracasar a sus propiciadores, además de considerar que estos ‘bolsones’ o reservorios de petróleo, extraídos con esta técnica, no son cuantiosos y por tanto van a morir de mengua, en poco tiempo. A partir de la ‘liquidación’ de esa oferta marginal de petróleo por esa vía, los precios volverán a tornar a niveles adecuados y convenientes a los países productores, o, al menos, a la mayoría de ellos.

Total que el problema se reduce al tiempo que se tarde en liquidar ese excedente -pasajero- de petróleo. Si se trata de dos años, pues eso en términos económicos suena como poco, pero a lo mejor preocupa (como en el caso nuestro) a quienes la cobija apenas nos alcanza, por la costumbre (idiosincrática) de vivir permanentemente en un ‘border-line’ económico, para el cual el colchón de reservas del cual se dispone, nunca resulta suficiente garantía, y menos frente a una corrupción desatada que acrecenta la fuga de capitales que desde tiempos inmemoriales se produce en el país.

Tal vez para el resto de países productores de petróleo, miembros de la OPEP, que no utilizan ‘tácticas’ electorales reducidas o resumidas a comprar votos, unos a cambio de dádivas y ‘bondades’ entregadas directamente, y otros a punta de ofrecimientos demagógicos muchas veces incumplibles, sino que por lo contrario pueden mostrar índices reales de crecimiento, y mejoramiento y bienestar -aparente o real- de las ‘economías’ de las personas, podrán esperar por esos lapsos de ‘reacomodo’ del mercado (petrolero) con menos angustia… tampoco ‘gozan’ de competencias electorales en el número que hemos tenido en Venezuela, y de allí, también, las menores angustias…

Está demás decir que la postura llevada por el canciller venezolano fue derrotada por la que hemos explicado anteriormente, y Venezuela tendrá que ajustarse a los nuevos precios que le ha deparado esta coyuntura geoeconómica, la que -desafortunadamente- ha venido a sumarse a la ‘guerra’ que le tiene instalada desde diversas posiciones de tiro, la oposición venezolana, mantenida y amamantada por el aparato industrial-militar de los EEUU y el mismo imperio, el más criminal de toda la historia de la humanidad. Ese imperio, que arrastra inmensos problemas económicos y que -según fuentes serias- ha sido desplazado como primera potencia económica por China, en sus últimos estertores y dentro de los formatos inamovibles y poco creativos de ‘hacer la guerra’ como catalizador económico, viene planificando una confrontación nada más y nada menos que con Rusia, que resultará de una irresponsabilidad tal, que pondrá al borde de la desaparición a toda la especie humana y al planeta mismo. A favor del canciller Ramírez podemos decir que en sus declaraciones, luego de su viaje al seno de la OPEP, coincide con lo efímero que puede resultar este ‘mercado’ oferente de petróleo, que va a dejar chamuscado (y hasta quebrado) a más de un inversionista…

Con este bajonazo de precios petroleros se golpea a Rusia, que es uno de los mayores productores de petróleo y el poderoso enemigo a vencer al otro lado del planeta… y con la misma salivación sádica, se relamen porque la reducción de precios golpea a un país como Venezuela al que consideran el peor ejemplo para el resto de países de latinoamérica, es decir, de lo que todavía consideran su ‘patio trasero’, ya que afincándose en el viejo adagio de que muerto el perro se acabaría la rabia, pues piensan que desmontando a un gobierno progresista, y solidario con los demás países del subcontinente, como lo es Venezuela, acabarían, o al menos reducirían notablemente, la tentación de ir a la búsqueda de un supuesto socialismo que en realidad sería, hoy por hoy, como sistema de gobierno, la única salvación no sólo para la región, sino incluso para el planeta entero y la gente que lo habita.

Rusia, a diferencia de Venezuela, no es un país monoproductor de materia prima. Es el país más grande del mundo y es una verdadera potencia que puede desafiar exitosamente hasta las sanciones económicas más perversas y absurdas que le hayan planteado desde su vecina (compradora y suplidora) Europa, a instancias de los Estados Unidos (que tras bastidores también disfruta de la crisis que el capitalismo salvaje, en gran parte exportado de los EEUU al viejo continente, le ha impuesto), y puede soportar con mayor holgura la crisis mundial de los precios petroleros. Y como por allá sí saben de guerras económicas porque ya las han vivido antes, se preparan en paralelo para una confrontación bélica a gran escala, y es por ello que muestran sus garras y colmillos, exhibiendo novedosas armas y aviones de combate de última generación, que superan con creces a los estadounidenses… pero también amenazan con contribuir al empobrecimiento de la Europa sometida, que por jugar a lacayos de los EEUU, percibieron muy tarde una maniobra que ni de lejos ‘tocaría’ al país americano, pero a ellos sí y muy de cerca, y ahora son desplazados como mercados oferentes de numerosos bienes, por países ofertantes del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) y por otros como Ecuador o Uruguay…

Venezuela, por su parte, va a sentir el bajonazo de precios a pesar de que quienes deciden en materia económica ‘sostienen’ que el presupuesto del país ha sido calculado a partir de estimar ingresos provenientes del petróleo con barriles a 60 dólares por unidad. Lo cual puede ser cierto, pero en la práctica se ha hecho un uso bastante discrecional e improductivo del excedente que por muchos años significó contar con un barril petrolero con precios promediados anualmente por encima de los 100 dólares… y aun cuando se han hecho esfuerzos por echar a andar el aparato productivo del país, viejos y amañados sectores de la burguesía han hecho gala de sus astucias, del cohecho y de múltiples corruptelas y trampas, para apropiarse de esa renta petrolera y, con el mayor desparpajo, han continuado con la exacción de capitales, con la alimentación de un mercado paralelo de divisas y con una serie de mecanismos políticos que no concuerdan con los parámetros de lo que es o representa un sistema democrático, para derrocar al gobierno, elegido libremente y limpiamente en las urnas de votación. Dueños de los principales y mayoritarios medios de comunicación, le piden y le exigen todos los días al gobierno, lo que ellos no dan ni producen. Y provocan malestar en la ciudadanía al especular obscenamente con los precios de productos que mayormente adquieren con dólares preferenciales otorgados por el estado venezolano, pero venden a precio de dólar negro, alimentado por ellos mismos para proteger las inmensas fortunas que poseen fuera del país. Provocan escasez de un sinnúmero de productos y acusan al gobierno -a través de sus medios-, de la fulana escasez. Aumentan desmedidamente los precios de los bienes y acusan al gobierno de no controlar esa situación. Y a esa burguesía depredadora tradicional se le ha sumado una fauna emergente de funcionarios altos y medios, incrustados en la burocracia actual, con una precoz escuela de corrupción en sus cabezas, que han contribuido a lo que durante muchos años ha venido sucediendo: que como muchos venezolanos tienen inmensas cantidades de dólares acumulados en los EEUU y en paraísos fiscales diversos, todos ellos presionan de diversas maneras para que el bolívar se deprecie día a día, y así ellos ahorrarse sus dólares. Los que viven en el extranjero, les cuesta cada vez menos venir al país y prodigarse unas vacaciones ostentosas y estridentes, ya que cada vez, de menos dólares tienen que disponer para ello.

El experimento gubernamental de los últimos 15 años, dilapidó ingentes recursos en proyectos y obras inconclusas (que en Venezuela ahora llaman elefantes rojos), y que sin llegar a convertirse en entes productivos, fueron mermando unas arcas que se llenaban permanentemente con el chorro de petrodólares que ingresaba. El gobierno se confió demasiado en factores adversos que jugaban al coqueteo con el poder, con el único objetivo de encontrar las formas de apropiarse de la renta que producía el país. Y gran parte de esa renta apropiada, se utilizaba en combatir al mismo gobierno que los proveía de divisas… Pareciese que los conductores de este experimento al que llamaban (y llaman) rimbombantemente ‘revolución’, nunca creyeron seriamente que las tales revoluciones, a menos que sean propiciadas por la derecha internacional para derrocar gobiernos populares y progresistas, son combatidas a sangre y fuego… hasta derrocarlas.

La revolución cubana, y lo traigo a manera de ejemplo, no ha tenido un solo año, de sus más de 55 años de instalada, en que no haya contado con algún tipo de agresión. Ha sufrido intentos de invasión, su máximo líder ha sufrido incontables atentados (frustrados afortunadamente), han sido contaminados sus sembradíos, han colocado bombas en lugares públicos (como en hoteles repletos de turistas) y han hecho voladuras de servicios públicos (como la que se produjo en la central telefónica de La Habana), los han contaminado con virus diversos que han flagelado a la población, les han montado medios de comunicación audiovisuales a menos de 160 kilómetros para manipular insidiosamente a su pueblo, los han atacado mediáticamente acusándolos de cuanta aberración se les ocurre, ahora últimamente han tratado de montarles ‘redes sociales’ vía Internet, que tienen como objetivo directo subvertir el orden público y desestabilizar al país, y los tienen bloqueados desde hace más 53 años… Y eso que no tienen petróleo en la cuantía que lo tenemos nosotros. Ah, pero en Venezuela, muchos creyentes todavía en ‘pajaritos preñados’, hablan de que no hay que ser ´tan sectario’, que debe convivirse con el enemigo (con un enemigo que lo que quiere es acabarte), que no debe avanzarse en medidas reales que nos lleven por lo menos a una articulación socio-político-económica de mayor justicia e igualdad y a un adecentamiento del manejo de la cosa pública… etcétera.

En el caso que compete a Venezuela, frente a esta baja en los precios petroleros, se plantea una competencia de fuerza y aguante. Y de algo que este gobierno todavía no maneja muy bien, pero el inmediato anterior lo hizo mucho peor, y es mantener bien informado al pueblo de lo que sucede. A eso, sumarle el combate efectivo a la corrupción (para lo cual se han creado instancias nuevas, pero no hemos sabido de sus mecanismos de actuación, y mucho menos de sus resultados…).

Venezuela tiene que ajustarse al nuevo panorama económico que se le ha planteado, reduciendo gastos suntuarios e insustanciales (y a veces hasta ridículos). Debe reducirse al mínimo posible la repartidera de dólares que desafortunadamente no cogen otro camino que el de la alimentación del mercado paralelo (raspadera de cupos y demás lacras). No nos conviene como país mayoritariamente importador, que a nuestra moneda nos la sigan haciendo polvo. A un país como el nuestro, que tiene que importar grandes cantidades de alimentos, no le conviene el desmoronamiento de su moneda frente al dólar. Y hablarle claro al país, porque ante las perentorias necesidades de importación de bienes, cualquier desangre debe frenarse ya. Como país rentista, monoproductor petrolero e importador nato, necesitamos de todas las divisas posibles para traer lo que necesitamos. Óigase y léase bien: ¡ LO QUE NECESITAMOS…!

Con apretarnos apenas un poco el cinturón podemos aguantar y salir adelante. Pero si continuamos con esta danza de millones, dándole prioridad a autos costosos y celulares carísimos, por encima de alimentos y medicamentos, vamos a un fracaso y a una quiebra que no sólo será económica sino moral, ética…

Venezuela produce 2 millones 700 mil barriles diarios de petróleo. No imaginan cuántos países quisieran tener la cuarta o quinta parte de esos ingresos (y menos), para vivir hasta mejor que nosotros. Ese montón de barriles de petróleo, a los precios de hoy (USA 60 dólares), equivaldrían a un ingreso diario de 162 millones de dólares, lo que en un año sumaría 58.320 millones de dólares… que cambiados a tasa de Sicad 2 (Bs. 50), equivaldría a aproximadamente 3 billones de bolívares fuertes… !!!

En los tiempos de la llamada Cuarta República recuerdo haber oído hablar de ingresos petroleros por 13 mil millones de dólares al año, en sus topes máximos. Y contábamos en el año 1998 con 22 millones de habitantes. Hoy tenemos más gente, alrededor de 31 millones de habitantes, pero tenemos ingresos cuatro y media veces mayores…! Es decir, la población aumentó en 41 % pero los ingresos aumentaron en más de 345 % !!! Y, claro que se vino ‘pagando’ lo que dimos en llamar ‘deuda social’. Aumentamos los sueldos, aumentamos y pagamos las pensiones a la gente mayor, construimos viviendas como nunca antes, aumentamos la matrícula escolar y universitaria como nunca antes, y, como muy pocos países en el mundo, acabamos con el analfabetismo, y un montón de etcéteras más… pero ahora nos va a quedar cuesta arriba reducir cualquier rubro de esos, y menos cuando nuestros gobiernos se afincaron más en comprar directamente votos, a cambio -prácticamente- de dinero, y no en ganar votos a cambio de convencer, con hechos, con producción, con importaciones sensatas, con buenos ejemplos administrativos, etc., y convencernos, a fin de cuentas, de que íbamos de menos a más, y de más a mejor…

Tal vez si hiciésemos como la comandancia y conducción de la revolución cubana, en el sentido de desarrollar una ética auténticamente revolucionaria, que mantiene una fuerte postura oficial contra la corrupción, un rechazo definitivo a toda ostentación, un uso racional de los recursos que se tienen, y una inflación suprimida a punta de controles estatales, podríamos alcanzar un patrón adecuado y sano en cuanto a los cambios que puedan producirse entre los precios relativos y los ingresos de las personas. Y en esto concuerda una economista británica, de nombre Emily Morris, cuando explica los factores que hacen sostenible y exitoso al proceso político-económico en Cuba, a pesar de ser un país pobre, al que no le ingresa ni la vigésima parte de lo que le ingresa a Venezuela…

Por eso lo recomendable es un ajuste y una campaña educativa dirigida al pueblo patriota venezolano, explicándole principalmente que nos encontramos en un escenario de guerra despiadada, al que coyunturalmente se le sumó el de la confrontación internacional EEUU-Rusia, de las que somos y seremos víctimas por un tiempo posiblemente corto, durante el cual tendremos que arroparnos hasta donde nos alcance la cobija, que por cierto es una de las cobijas más 'fondeadas' del planeta…

Lo malo de todo este asunto, es que -al estudiarlo y analizarlo- uno se encuentra con un montón de incongruencias vertidas por supuestas ‘fuentes oficiales’. A saber:

1. Dicen que el presupuesto aprobado será de 741.708 millones de bolívares (es decir, 741,7 millardos de bolívares). Si como dijimos, los ingresos por concepto de venta de petróleo, solamente, alcanzarían los 3 billones de bolívares, vendiendo el petróleo a 60 dólares el barril, aparentemente, no tendríamos mayores problemas, con esos cuantiosos ingresos. Que incluso para este año que culmina son mucho mayores, puesto que estamos calculando el barril a 60 dólares, pero resulta que el promedio anual 2014, a pesar de que el precio hoy (en el momento que escribo estas notas) bajó a 58 dólares por barril, mantiene un promedio anual -para el cierre del 2014- todavía de alrededor de 90 dólares…!

2. El jefe del Seniat, ha dicho que se han rebasado las metas de recaudación, y habló de que han recabado a la fecha, alrededor de 51 millardos de bolívares, de lo cual inferimos que para el fin de 2014 esta cifra podría alcanzar los 55 millardos… lo cual no parece ‘cuadrar’, puesto que hace tiempo que vienen diciéndonos que los tributos en Venezuela casi se ‘aparean’ en términos absolutos y porcentuales, con los ingresos por venta de petróleo. Entonces en algún lugar debe haber algún error de cifras. También dijo, más recientemente que con esos tributos se cubriría el 68 % del presupuesto 2015…, pero si la cifra del presupuesto es real, lo que cubriría lo recabado por el Seniat, apenas cubriría el 6,8 % y no el 68 %. Pero en este caso debemos esperar por las aclaraciones. Además de que existe -siempre- la excusa de que fueron los periodistas los que transmitieron mal las cifras o los datos (lo cual infortunadamente sucede muchísimo). El 68 % del presupuesto nacional 2015, equivaldría a 504, 56 millardos, y eso sí que concordaría con lo que nos han venido diciendo, en cuanto a que el Seniat recaba una cantidad parecida a lo que nos ingresa por concepto de petróleo… De otra forma, o de acuerdo con lo que dijeron antes, no podrían…

Pero volviendo a nuestras cifras solamente referidas a ingresos petroleros, yo no puedo creer que no podamos sobrevivir medianamente bien con alrededor de 3 billones de bolívares fuertes de ingreso anual, que se traducirían en 255 millardos de bolívares mensuales. E incluso con la mitad, sacando la otra mitad para pagar deuda externa y otros compromisos… La cantidad anual, que ya quisiera casi cualquier país, cambiada a tasa de Sicad 2, y solamente por ingreso de petrodólares, correspondería a un poco más de 58 mil millones de dólares…

Incluso, si los precios bajaran a 50 dólares por barril, y ese precio fuese el promedio anualizado, para el año que viene contaríamos (con la misma cuota de producción) con ingresos por el orden de los 48,6 billones de dólares… que a tasa Sicad 2, hoy, nos proporcionarían 2,43 billones de bolívares…! Entonces ¿ a dónde es que va lo que dicen que nos falta ? O existe todo un enredo con las cifras, como sucede con lo que han dicho desde el Seniat ? El otro problemas es que los voceros no han resultado confiables… o dicen cifras controvertidas sólo por enredar y confundir adrede…

Con el barril a 60 o a 50 dólares, más lo que recaba el Seniat, tendremos dinero de sobra, siempre y cuando los corruptos no superen sus expectativas…

¿ Cómo quedamos entonces ?



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Manuel Rugeles


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